"El dinero es igual que el estiércol;
solo sirve si es esparcido"
La señora recibió el billete de 50 dólares, con el rostro cabizbajo, al sentirse desconcertada sin poder hacer nada, faltándole poco para dejar escapar las lágrimas, al escuchar la voz del comerciante asiático repitiendo varias veces ¡falso! Los que esperaban el turno para pagar con los verdolagas o tarjeta en la mano, se empezaron a ver las caras, sin soltar una sola expresión, pero nunca faltan los jodedores con la chispa encendida para endulzar el instante; no se había retirado la mujer, cuando se escuchó la voz de un muchacho ¡O busca al que se lo dio o lo rompe; la fábrica donde los hacen está bien lejos!
Resuelto el pequeño impasse en el pago, se abrieron los comentarios de los verdaderos "economistas" sin título del país: los pobres, quienes no tienen nada por envidiarle a un Rodrigo Cabezas, o a la Oly Millán Campos, en su eterno parlotear al opinar, pero no presentan una sola solución viable frente a la grave crisis desatada en el país, por el bloqueo criminal del mandatario saliente: Trump, y la dolarización echada andar en todo el comercio de nuestro país, a tan punto, que, son escasos los billetes como representación del bolívar nuestro, y los que circulan los reciben con total desprecio.
A la hora de hablar, cada quien aporta lo que oye, y la experiencia propia por los contratiempos, cuando cargan los dólares en la mano, al no conseguir cambio, o corren el riesgo de la señora, que le den la mala noticia, cuando lo único que cargan para comprar la comida es un billete falso; pero frente a esta realidad nos encontramos a los que hicieron su paseíto en los gobiernos del Comandante Chávez, y el Presidente Nicolás Maduro, y apenas los cesantearon antes la deficiencia demostrada, empezaron a dictar cátedra de economía, sin ningún resto de vergüenza, como lo hizo Rodrigo Cabezas, al lado del autoproclamado Guaidó, y ahora no lo quiere ni el mismo Julio Borges, a quien le faltó poco para llevarlo a la pila bautismal.
La gran tarea del imperialismo en estos momentos, es atarnos de pie y manos y para eso han presentado miles de trabas con sus respectivos compinches, empezando por el alicaído, desamparado y casi huérfano, el que al final está resultando lo que siempre ha sido ¡nada! y como todos se parecen a la hora de atacar al gobierno venezolano, podemos utilizar la expresión del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, al momento de la muerte del ministro de la defensa de Colombia, Carlos Holmes Trujillo ¡me deja en tremenda orfandad! Tiene razón, porque este señor le servía de protector para todos sus tropelías en Colombia, sin dejar a un lado las amenazas a Venezuela; así, como Trump, protegía a Guaidó, desde el mismo momento de aparecer dejándole que hiciera con los bienes y los dólares robados lo que quisiera; al marcharse deja a este halconcito fuera del nido, totalmente delirando.
Con toda razón un señor, que, de economía no sabe nada, si no asimilar los "palos" como la mayoría de los venezolanos, cada momento repite ¡Entre Trump, Guaidó y la oposición nos volvieron a tirar en la fosa, de la que estabamos saliendo! Cuando le preguntan, el por qué de su afirmación; sin titubear responde ¡Les parece poco lo que han hecho; si, estamos atados por la dependencia tecnológica, nos podemos imaginar ahora, cuando están tratando de manejarnos con el dólar, para regocijo de los pitiyanquis!
Total no queda otra, como lo profesó el comandante Chávez: la unidad de los patriotas para enfrentar la anarquía, el cual han desatado, con cuanta acción emprende la reacción para tratar de salir de un valiente, como Nicolás Maduro, y para esto tienen un arma muy poderosa: los dólares, y la fábrica en los Estados Unidos. Como dicen en el estado Lara ¡Naguará!.