Agricultura urbana en tiempos de pandemia

Sin duda que el confinamiento a escala mundial, debido a la pandemia provocada por el Covid-19, ha traído algunos beneficios. Entre ellos se debe destacar el aumento en la actividad de agricultura urbana, bien para producir algunos alimentos para autoconsumo, o como simple entretenimiento para paliar el aislamiento y el estrés que éste ha provocado. Esto ha contribuido a reforzar la tendencia que se ha manifestado durante los últimos años en cuanto a la creciente práctica de la agricultura urbana, tanto en centros urbanos de países desarrollados, como de países subdesarrollados. Un ejemplo de ello es el programa que se lanzó en octubre de 2010 en Seúl, capital de Corea del Sur, para formar a un millón de agricultores urbanos, con fines de producción de alimentos, mejora de las condiciones ambientales e integración de las comunidades en tiempos de pandemia.

La práctica de la agricultura urbana tiene múltiples beneficios y no debe ser vista como un fin en sí mismo, sino como un medio para alcanzar diversos objetivos que permitan construir mejores ciudades. Porque no es solamente la producción de alimentos en espacios intraurbanos y periurbanos, especialmente en lugares donde la población de los centros urbanos tiene dificultades para acceder a los mismos, sino que ésta se puede insertar como parte de la planificación de espacios verdes en las ciudades, creación de mejores condiciones ambientales, generación de empleos y programas educativos, turísticos, recreativos y terapéuticos.

La agricultura urbana es ya una realidad, independientemente del nivel de arraigo, mayor o menor, que tenga en algunas ciudades, y ese es el resultado de los esfuerzos que han hecho organizaciones como la FAO y numerosos gobiernos nacionales, regionales y municipales de diferentes países, a lo cual se une la contribución que han hecho universidades, organizaciones ecologistas, colectivos agrícolas y personas de manera individual. Todo esto se ha constituido en una poderosa fuerza que día tras día empuja hacia adelante la práctica de la agricultura urbana, ya que ésta tiene un importante rol que jugar a la hora de pensar en temas como el cambio climático, la soberanía alimentaria, la búsqueda de una mejor alimentación y la amenaza de pandemias como la que estamos viviendo en estos tiempos.