La consigna de aumento de salarios aislada del objetivo estratégico es reaccionaria

Miércoles, 17/02/2021 10:39 AM

Mucho daño ha traído a los trabajadores el economicismo, es decir, la mera lucha por aumento de salario, de contratos colectivos, aislada de la reivindicación mayor de la clase obrera, su deber histórico: El Socialismo.

Los trabajadores, bajo el economicismo, son funcionales al capitalismo, actúan como una pieza del sistema, una mercancía más. Sus luchas se reducen a la puja por el precio de la fuerza de trabajo. Aquí, en Venezuela, la situación es dramática: durante siglos los trabajadores estuvieron atrapados en la red del economicismo, siglos de luchas por el aumento del salario, y siglos sometidos a la esclavitud del sistema capitalista, condenados a la miseria. Con la llegada del Comandante Chávez los trabajadores conocieron, en concreto, su reivindicación histórica, elevaron sus objetivos. Ya no era suficiente la lucha por un mejor salario, era necesario modificar las relaciones económicas para liberar a los trabajadores, a toda la sociedad, del capitalismo, construir el Socialismo. La importancia histórica de Chávez es el abrir el camino concreto, real, de la construcción del Socialismo, devolver al Socialismo a la batalla social.

Hermosas batallas libraron los trabajadores en esa fundación, por instinto de clases se ubicaron del lado correcto de la lucha, elevaron sus objetivos, reconocieron a sus líderes, superaron el economicismo. Un ejemplo claro de esa nueva conciencia verdaderamente clasista lo tenemos en las derrotas del sabotaje petrolero y del golpe de Abril. La nación, el mundo, sintieron que el capitalismo no era una fatalidad, que un nuevo mundo era posible, que no todo estaba perdido.

La dirección a la que Chávez encomendó la preservación del camino traicionó el sueño. El 23 de enero del 58 y el asesinato de Chávez se unen en un arco histórico que simboliza los intentos revolucionarios y la traición a esas posibilidades. El 23 de enero, ya lo dice Fabricio, sólo hubo un cambio de hombres, la tensión revolucionaria fue diluida en las aguas pútridas de la democracia burguesa, las elecciones, el llamado a una unidad castradora y el economicismo. Después del asesinato de Chávez, se repite el libreto, aparecen de nuevo los llamados a unidad, las elecciones burguesas y el economicismo. Las masas son nuevamente engañadas, llevadas a metas subalternas, el objetivo histórico fue olvidado, el Socialismo dejó de ser una construcción que emocionó al mundo.

La tarea de los revolucionarios, de los chavistas auténticos, es ligar las reivindicaciones materiales, por ejemplo, el aumento de salario, con el gran objetivo histórico, el Socialismo. Ese es el reto, unir la lucha por el salario, que es justa, necesaria, con la lucha por el Socialismo. Explicar a las masas que el bienestar sólo se conseguirá con el cambio de las relaciones de propiedad de los medios de producción, que la producción social se corresponda con la propiedad social, que el producto de la producción, la riqueza social, sea propiedad social. Y, por supuesto, explicar que con el madurismo cada día se afianzará más el capitalismo y la miseria material y espiritual, que el madurismo es enemigo de la construcción del Socialismo. Esa es la tarea principal de la clase obrera y de las masas proletarizadas, tarea que se resume en la consigna:

¡VOLVER A CHÁVEZ!

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