Mientras pergeño estas líneas veo por tv la sesión de la AN en cuya agenda incluyeron la interpelación a ministros, en particular nos detendremos en algunas apreciaciones vertidas por el encargado de la cartera de la cultura. Un evento tal vez reseñado también para este portal que dizque antes leían con asiduidad jerarcas del gobierno bolivariano y que hoy al parecer suelen descalificar. A juzgar por los comentarios de anclas del rocambolesco talk show Zurda Konducta y uno de sus primeros colaboradores de 2002 y un poco más adelante: el hoy diputado Mario Silva en La Hojilla.
De reojo advierto que el ministro Ernesto Villegas en la tribuna de oradores del hemiciclo de la Asamblea Nacional donde ha comparecido, al responder una pregunta del profesor Earle Herrera, palabras más, palabras menos, sostuvo que el salario nuestro y los emolumentos entregados a los creadores culturales, ciertamente son muy bajos; y revirtiendo la carga de la prueba, diría un abogado, sugirió a los diputados solicitar que sean cancelados en petros.
Agregó además que todo ello es una consecuencia de la devastación de la economía venezolana y, en consecuencia, la afectación de lo Maduro denomina Estado de Bienestar es notorio.
La guerra no convencional que padecemos, acotamos nosotros, nos tiene a todos los trabajadores públicos, sobre todo, en situación de vulnerables sociales. Sea que nos desempeñemos como docentes universitarios, liceos, escuelas o ingenieros, médicos y demás asalariados, a menos que tales profesionales se desempeñen en la empresa privada cuyos salarios actualmente dizque son más competitivos, porque hasta algunos comercios de los chinos hay testimonios que pagan 25 dólares semanales.
Cosa que el gobierno nacional no puede, según hasta que la economía nacional rebote, rebote y rebote, como dice por ahí un reguetón. Sin embargo, el pueblo venezolano, cada cual, a su modo, sea que apoye al gobierno o aun siendo opositor o indiferente políticamente, sigue impertérrito, aferrado a su dignidad en admirable actitud, como discípulos tardíos de los remotos estoicos, una escuela filosófica que pregonaba la arduidad, o sea que hay que guapear y ¡aguantar la pela!
En efecto, para nadie es un secreto la devastación de la economía venezolana, pero también se observa otro dinamismo con la dolarización de las transacciones. Asunto que comprobamos a diario y paralelo al desmantelamiento de todo el entramado institucional, una realidad de alta entropía social porque la microeconomía padece lo que un amigo llama un alto estrés, de tal suerte que hasta la relatora de la Derechos Humanos de la ONU reconoció ese evento trágico en su visita al país. Para contento de unos y molestia de otros, pues, les echó la burra pal’monte, como se dice.
Es que esos planes de un sector de la oposición son verdaderamente macabros, esa derecha trasnacional en comandita con Obama, Trump y ahora Biden y la Comunidad Económica Europea, son corresponsables de la precarización del salario y la devastación de la economía venezolana. Por su puesto, esos gobiernos herederos de antiguos imperios de siglos pasados, hoy reeditan el neocolonialismo y para ello siempre encuentran vasallos serviles, que no pudieron ser mejor parangonados que con la imagen de los perritos que mueven la cola cuando ven a su amo, una deleznable "creación intelectual" de alto vuelo de aquel ex presidente peruano.
Faltó sin embargo al ministro Villegas señalar también que esta devastación de Venezuela debe mucho a la ineptitud de ciertos sectores de la élite económica, social y política, a ministros del área económica, el banco central y otros entes autónomos durante estos últimos 20 años; también a la absurda oposición de la burguesía tradicional a un gobierno progresista medianamente.
Así, entre estatismo trasnochado y neoliberalismo desnacionalizado nos han traído los barros de estos caminos "Por dónde vamos", como se llama el programa radial de esa buena periodista que es la Lic. Vanessa Deivis, que durante los primeros años el chavismo veíamos por vtv y ahora tenemos que oír por Unión radio, en el gobierno de Maduro, como ella dice en esa corporación privada de la comunicación social, entrevistando ahora a cuanto opositor contacte telefónicamente; nunca a los representantes del chavismo, a quienes aburrió de tanto dar la palabra en sus tiempos del canal del Estado donde entrevistó desde Chávez a Fidel Castro; en esta hora tal vez se interesaría en dialogar con Trump o Biden, porque el mundo da muchas vueltas.
Recomponer Venezuela, ya lo han dicho expertos de la ciencia política, va a requerir alcanzar grandes acuerdos consensuados. Ello es así, aunque cause algunas risas como a mi buen amigo el Ingeniero y Profesor Jesús Morillo días atrás que veníamos conversando sobre el futuro del país. Los primeros indicios de acuerdos vendrían a ser esta nueva composición de la Asamblea Nacional en cuyo hemiciclo habló Villegas, evento referido al principio; lo otro sería los acuerdos con sectores empresariales asentados en el país y la inversión extranjera a través de los mecanismos dispuestos en la famosa ley antibloqueo.
Lo que pasa es que para que no sean abstracciones expresadas en cifras macroeconómicas, los salarios y otros emolumentos de los trabajadores como sugiriera el ya socorrido ministro al menos sean pagados en petros, de donde se tiene que la economía política constituye un asunto nodal hoy. Como bien trata siempre el buen amigo Ingeniero Electricista Hender Gil Montserrat en sus colaboraciones en este portal, por lo que alegra enterarse que muchos apuestan por Venezuela; un país al que añoran volver muchos de los que emigraron, claro, con otro régimen económico, uno de cuyos referentes dizque puede ser el modelo chino. Porque volver a restablecer relaciones comerciales y políticas abiertas con Estados Unidos ahora con el sistema geopolítico del Pentágono, las corporaciones privadas y la Sala Oval de la Casa Blanca manejado por Joe Biden, o que este lo maneja a él, quien sabe.