Supongamos que un hombre acató estrictamente el "quédate en casa" por tres semanas de cuarentena "radical". En esas tres semanas, seguimos suponiendo, aquel hombre agarró Covid 19 de un "delivery" que le llevó el contagio a su casa en un paquete de arroz o en uno de harina, o en la margarina, o en los cambures, o en la mortadela, o en la bolsita de café (ya que éstos productos no fueron "desinfectados" y alguien con Covid 19 estornudó sobre ellos minutos antes de que los llevaran a su casa). Hasta ahora nadie ha hablado de desinfectar todos los productos de todos los abastos, bodegones, fruterías, bodeguitas y súper mercados del país. Supongamos que por eso el "descuido" ante el "delivery" y de allí este inevitable contagio imaginario.
Supongamos que la esposa del hombre de nuestro ejercicio imaginario trabaja con él y dependen, ambos, de lo que hacen trabajando como perrocalenteros (en la calle, cuando la cuarentena es "flexible"). Sus reservas de dinero están por agotarse porque llevan tres semanas sin trabajar, sin producir, sin generar ingresos. Ellos no reciben "bonos de la patria" ni remesas desde afuera. El último Clap lo vieron hace cuatro meses. Viven exclusivamente del trabajo que sólo es posible en las semanas de cuarentena "flexible".
Supongamos que justamente al centro hospitalario (público) más cercano a la residencia de esta imaginaria pareja venezolana no le llegan los insumos ni los medicamentos, ni el Carvativir, ni la molécula anti Covid 19 recién descubierta, ni las bombonas de oxígeno que, de acuerdo a versiones oficiales, tienen en máxima disponibilidad los centros de salud (públicos) de todo el país.
Supongamos que la esposa imaginaria de nuestro hombre imaginario también cae con el Covid 19 y ahora son dos "quedados en casa" que están a merced de la enfermedad y ya casi sin un bolívar, ya casi sin un dólar.
Supongamos que de tanta gente pidiendo ayuda por tanta tragedia acumulada en éstas tres últimas semanas de no trabajo, de no salir, de no tener bonos ni remesas, ni Clap, ni Carvativir, ni la famosa molécula anti Covid 19, ni anticuerpos ante la cepa 21 y la cepa 22, a nuestra pareja imaginaria no hay quien le arrime nada.
¿Qué podemos suponer que le pasará a esta pareja imaginaria de venezolanos que no tienen salud, y ahora tampoco tienen economía?
¿El "quédate en casa" resuelve la situación actual de muchas familias que pudieran estar en similares condiciones a la de nuestra pareja imaginaria? ¿Nos protegen las encerronas realmente del Covid 19 o nos hacen socialmente más vulnerables?
¿Si alguien no genera ingresos durante tres semanas cómo hace para comer, para comprar medicinas en caso de enfermarse?
¿Por qué se le está dando tanta demora a la vacunación masiva de todos los venezolanos?
¿Hacia dónde debemos suponer que nos llevará todo ésto?
¿Están pensando en todo esto quienes gobiernan al país? ¿No hay una voz de conciencia, de visión crítica y humanista, que alerte a los decisores estratégicos del país sobre el gran desastre económico que está en ciernes?