Primera Parte
"Las Zonas Económicas Especiales (ZEE), son espacios territoriales para la atracción de inversiones productivas nacionales y extranjeras a partir de estímulos económicos (fiscales, financieros y aduanales), confianza seguridad jurídica y políticas económicas coherentes, todo lo cual exige un sólido marco legal e instituciones eficientes, libres de burocratismo"
Voces lucidas de la opinión pública nacional, críticos honestos, éticos, de alta moral y probos en el desempeño de sus funciones, como el Dr. Luis Brito García, la Dra. María Alejandra Díaz Marín, la Dra. Pascualina Curcio y la Dra. Oly Millán, entre otros, vienen advirtiendo de los peligros para la soberanía nacional que se develan en los textos de la Ley Antibloqueo (2020), y el Proyecto de Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales (2021). Principalmente los señalamientos están dirigidos a la inconstitucionalidad de las referidas Leyes y los peligros en la perdida de la soberanía nacional. A estos planteamientos justos, por nuestra parte, nos referiremos a la privatización y las preferencias impositivas al capital privado, desregulación y desaplicación de normas, como la flexibilización laboral, exoneraciones tributarias y fiscales para la promoción de la Inversión privada transnacional en Las Zonas Económicas Especiales (ZEE).
Al respecto nos apoyaremos en dos artículos, el primero intitulado "la Pandemia del Privatismo", del Profesor Diego Luis Castellano en 1998 –Economista, Dr. en Ciencias Económicas y Sociales, Expresidente del BCV- y el segundo, escrito por Dr. David Félix -Profesor de la Universidad de Washington en Saint Louis-, "Privatización y retracción del Estado en América Latina", publicado por la CEPAL en 1992, ambos artículos llaman poderosamente la atención por sus íntegras disertaciones del proceso privatizador en el mundo, especialmente en América Latina en los años 80, y que hoy vemos resurgir en Venezuela luego de haberlo combatido con el Presidente Hugo Chávez durante todo su mandato (1998 – 2013).
Los textos vienen como anillo al dedo, cuando ya sabemos que existen pretensiones ciertas de los gestores de siempre, ahora con nuevos rostros, de alentar la privatización transnacional y otorgar todos los beneficios, y exoneraciones impositivas al capital privado nacional y extranjero, considerándolos como la fórmula más conveniente para "solucionar los problemas macroeconómicos", y que "generará crecimiento y desarrollo económico". Acción justificada por el gobierno, porque el Estado se encuentra imposibilitado, producto del "bloqueo económico y financiero impuesto por los EEUU y sus aliados políticos y comerciales".
A estas alturas, la gran mayoría debe saber que las Zonas Económicas Especiales (ZEE), que se norma en el Proyecto de Ley tiene sus orígenes, fundamentos empíricos y teóricos en contextos socio económicos, socio políticos, socio histórico y cultural muy distintos al venezolano, como China, Vietnam, Corea del Sur, entre otros. Pero también es importante recordar, que desde el 2014 se vine legislando al respecto. Creando ZEE por decretos presidenciales, y otras leyes que dan cuenta de ello, como lo son: la Ley de inversiones extranjera (Decreto No. 1438 Gaceta Oficial 6.152 Extraordinaria, de fecha 14 de Noviembre de 2014); Ley de Regionalización Integral para el Desarrollo Socio Productivo (Decreto No. 1425. Gaceta Oficial 6.151 Extraordinaria, de fecha 18 de Noviembre de 2014).
Según el Banco Mundial para el 2016 existían en el mundo 4.300 ZEE en más de 130 países. En Venezuela también contamos con ZEE desde la cuarta república, y que se retomaron con más fuerzas en el 2014. Históricamente siempre hemos tenido la tendencia de imitar modelos económicos de otras latitudes, pensando que también serán exitosos en nuestro país. La historia revela que copiar modelos no es lo más apropiado cuando de políticas económicas se trata.
Las comparaciones de modelos económicos para justificar las Zonas Económicas Especiales (ZEE), como tabla de salvación de la economía nacional es un craso error. Diputados del PSUV de la recientemente electa AN, haciendo apología a la privatización y al capital transnacional deja mucho que decir, alentando la desregulación y la flexibilización fiscal y laboral para incentivar la privatización como la panacea. Tal como lo sugiere Jesús Faría en unos de sus artículo que circula en Whatsapp "Las Revoluciones frente a los bloqueos económicos", justificando con simples comparaciones la apertura al capital privado trasnacional para que las "revoluciones avancen", de la misma manera lo ha mencionado Vielma Mora, o como lo deja claramente manifiesto el mismo proyecto de Ley de ZEE.
Lo que debemos hacer es comprender los fenómenos socio-económicos actuales, develando las conductas, procedimiento, métodos, programas, planes y proyectos históricos de los agentes económicos dominantes como el FMI, BM, BID, que direccionan la política económica del gran capital, influyentes del capitalismo, que intervinieron e intervienen en los procesos de privatización en el mundo desde los años setenta, ochenta y noventa, especialmente en América Latina, donde las ZEE han jugado un papel fundamental.
En todos los casos, la privatización se justifica para impulsar las economías estancadas, subdesarrolladas e inflacionarias, y forma parte de las estrategias del capital y, la racionalidad económicas de las trasnacionales, que imponen sus criterios y argumentos fantasiosos para que los Gobiernos claudiquen en sus políticas proteccionistas y nacionalistas, doblegándose al capital privado, apoyándose en él para una supuesta "salvación".
Al respecto señala Félix, (1992), "históricamente se han justificados los procesos de privatización, de "los activos públicos en América Latina (…) con miras a reestructurar las endeudadas economías de la región y convertirlas en economías de libre mercado orientadas al exterior. Motivó estos afanes la esperanza de que la reestructuración permitiese a los países reanudar el servicio normal de su deuda externa y reconquistar el acceso a los mercados extranjeros de capital para así sustentar la reactivación del crecimiento económico" Cualquier parecido con los argumentos esgrimidos en la exposición de motivo de la Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales (ZEE), no es coincidencia.
Así lo explica con detalles el Profesor Félix: "para los años ochenta los programas iniciales de reestructuración guiados por el FMI se centraban en lograr la estabilidad macroeconómica por medio de una disminución de la emisión monetaria y reducción del déficit fiscal, para mejorar la asignación de los recursos a través de los precios correctos, es decir, liberando los mercados financieros, de productos y de factores, de controles y subsidios (Félix, 1992). De esto, no estuvo exenta Venezuela a finales de los 80 y principios de los 90. Hoy, aunado a la Pandemia por el COVID-19, se revelan al máximo los desequilibrios del capitalismo mundial, actualmente manifestando una crisis estructural que se encuentra en pleno desarrollo, y busca reformatear su devenir para consolidar más su hegemonía global.
Las recetas privatizadoras no son nuevas, tenemos historia reciente de ellas. "Desde alrededor de 1987 en adelante, la reducción del Estado por medio de la venta de empresas públicas y traspasos de diversos servicios sociales y de infraestructuras a las empresas privadas, directamente o mediante contratos, se convirtió en el componente más destacado de los programas de reestructuración" (Félix, 1992).
Señala Diego Luis Castellano: "El mercado copa todas las actividades humanas y las reglamenta. Los gobiernos, en general, se someten al mercado y ceden -por vía de la privatización- sectores importantes del Estado (léase ZEE). Así, el mercado pasa a ser contrario a la cohesión social y de la cohesión mundial, en la medida en que su lógica impone la división de la sociedad en solventes e insolventes. Estos últimos no interesan. "El mercado es, intrínsecamente, productor de desigualdades". Las ZEE son enclaves extrativistas que fomentan las desigualdades sociales y la perdida de la soberanía nacional.
La crítica justa, obedece a los antivalores que producen las relaciones capitalistas, y la historia inmoral de los propósitos del capital privado transnacional y de instituciones u organizaciones que lo respaldan e impulsan a nivel global. Ejemplo de ello, es lo expresado por "Federico Peña, secretario de Energía de Estados Unidos, - en la III Reunión Hemisférica de Ministros de Energía 1998, realizada en Venezuela, enmarcada en las gestiones por tener a punto el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), para el 2005- señala Peña: «debemos trabajar decididamente para desarrollar e implantar, para el 2000, leyes, regulaciones y políticas que aseguren la necesaria inversión privada en proyectos de infraestructura en energía». "También son precisos esos cambios «para promover crecientes acuerdos de comercio entre nuestros países», dijo Peña, para quien es «claro» que el sector privado «provee la mayor parte de la inversión en la infraestructura energética que necesitamos para entrar al siglo XXI». Es manifiesta la intención del Sr. Peña, que para privatizar se necesita desregular y derogar leyes o "desaplicación de determinadas normas legales", y/o políticas para abrir espacio al capital privado transnacional. (Castellano, 1998). Difícilmente podríamos ver políticos de gobiernos soberanos haciendo apología a la privatización, como lo proponen los gestores de la Ley Antibloqueo y la Ley de ZEE. ¿Qué diferencia hay entre las ZEE y un área de Libre Comercio tipo ALCA?
Actualmente, se evidencian clara incitación de personajes representantes de instituciones al servicio del capital, aupando la privatización. Es la inercia, voluntaria e involuntaria de los Gobiernos lo que provoca la apertura al capital privado, impulsado a lo interno por el consenso de algunos actores políticos y "capitales nacionales", que hacen lobby, teniendo capacidades de permear todas las instituciones y crear condiciones favorables para inclinar la balanza a su favor y prever el rendimiento de su inversión en el menor plazo posible en menoscabo de los derechos de los trabajadores.
Mientras escribía este artículo me acordé de aquella reunión de jefes de Estados, en Mar de Plata, Argentina, (IV Cumbre de las Américas), donde Chávez, Lula, Kirchner y Lugo, entre otros, mandaron el ALCA "al carajo!". Parece que ahora se retoma el "AlCA" con nuevo formato. ¿Serán las Zonas Económicas Especiales (ZEE) ese formato?
Casi siempre los ideólogos del capitalismo buscan como edulcorar la píldora para que los pueblos se la tomen sin protestar.
Definitivamente hay que volver a Chávez!
*Profesor Universitario