Venezuela se afianza al capitalismo y retrocede el legado de Chávez

Lunes, 21/06/2021 07:53 AM

El gobierno del presidente Hugo Chávez, desde 1998 hasta marzo de 2013, se caracterizó por impulsar el bienestar social a través del Plan de la Patria bajo el paradigma del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI. Él propuso y promulgó políticas económicas socialistas, basadas en la igualdad, en la equidad económica, en la redistribución de la riqueza, la reforma agraria y la democratización de la actividad económica, mediante la autogestión del lugar de trabajo, la creación de cooperativas e implementando políticas de estatización de empresas. Gracias a esas políticas, la economía de Venezuela mejoró abruptamente con tendencia positiva, hasta el colapso del precio del petróleo en el año 2013. A partir de este año tuvo inclinación mucho más hacia la baja por las sanciones y bloqueos impuestos por el imperio y la Unión Europea. Entre las proezas de Chávez se encuentran indicadores económicos dignos de resaltar: la inflación cayó a sus niveles más bajos en el país desde finales de los 80; el desempleo se redujo drásticamente, pues antes de Chávez era del 14,5% y en el año 2011 se redujo al 7,8%; la pobreza también disminuyó cayendo casi en un 50% desde la huelga petrolera y la extrema disminuyó en más del 70%. A nivel internacional, utilizó la producción de petróleo para aumentar la autonomía de los gobiernos de EE.UU. y Europa; así mismo utilizó estos fondos petroleros para promover la integración económica y política con otros países. Luego, tras ganar ampliamente las elecciones presidenciales en el año 2006, Chávez emprendió la nacionalización de empresas de sectores estratégicos como el petróleo, eléctrico, comunicación y alimentario. Promulgó una ley que le permitió al estado asumir el control de las empresas de servicios petroleros otorgados a terceros para posteriormente estatizar algunas de ellas, así las cosas el gobierno asumió el manejo total o parcial de las compañías de inyección de agua, vapor o gas y las que trasladan trabajadores y prestan servicios. Bajo la óptica de que "el socialismo no puede permitir monopolios", Chávez estatizó la CANTV, la Electricidad de Caracas, Eléctrica Seneca (todas estas en manos de compañías estadounidenses), la Faja Petrolífera del Orinoco (13 empresas involucradas en la explotación de los campos petrolíferos), las cementeras, SIDOR, Banco de Venezuela, entre otras empresas como de alimentos y la expropiación de tierras.

El fracaso de estas políticas no se le puede endilgar a Chávez y mucho menos si el padre de la criatura no está físicamente, o atribuírsele como un fracaso al socialismo, ya que (por ejemplo) si comparamos las economías de Bolivia y de Venezuela son diametralmente opuestas. En Venezuela aún la criatura no termina de nacer y Bolivia ha apostado a una estrategia económica con rostro más humano mostrando grandes progresos en la dimensión social, ha demostrado ser una política heterodoxa y eficaz, derrumbando falacias neoliberales, le permitieron al país retener en origen una fracción de la renta extractiva, sobre todo petrolera y gasífera, que se destinó a engrosar el ahorro nacional y destinarlo a la inversión social y pública. Los avances sociales y económicos en Venezuela se fueron afectando no solo por las políticas injerencistas del imperio en su sed por el control de los recursos petroleros y minerales hasta la presente; sino también porque la economía venezolana ha sido una variante del rentismo petrolero, paralelo a ello vivió una masiva transferencia de renta hacia el capital importador y hacia una casta burocrática militar, unido a una naciente mal llamada "burguesía revolucionaria", que viven a costa de las arcas públicas mediante la sobrevaluación del bolívar, la dolarización de la economía, la corrupción e ineficiencia. El fracaso de las estatizaciones fueron jugosos negocios para la burguesía local, ya que se colocó al frente de la mayoría de estas empresas a funcionarios militares inexpertos, o a civiles con poca formación revolucionaria, en ambos casos quebraron a estas empresas, las llevaron a la bancarrota, ignoraron a los trabajadores y el control no se ejecutó. Otro desastre fue el financiamiento del gobierno a empresarios millonarios con dólares preferenciales, con millonarios créditos a tasa de interés negativa, se favoreció a los mismos que sabotearon la economía produciendo menos, vendiendo caro, escondiendo sus productos, o colocándolos al precio del dólar criminal, sector éste que hoy piensan reivindicar. Cuando una empresa pública es constituida o nacionalizada por funcionarios idóneos y técnicamente capacitados constituyen redes humanas sólidas y el éxito se acrecienta, pero si se conforma con "sabelotodos" corruptos, esa empresa fracasará.

Venezuela se afianza al capitalismo y retrocede el legado de Chávez: el proyecto socialista. Hay una gran diferencia entre la gestión de Chávez y la del gobierno de Maduro. El gobierno de Maduro se aferra al diálogo y a acuerdos con el gobierno ilegítimo de Biden (el mismo que no lo reconoce y uno de los autores de la declaratoria de considerar a Venezuela una amenaza en la era Obama), empieza a transar con la Unión Europea, a estos efectos estimulan la inversión extranjera, apoyar o reivindicar el sector empresarial y revertir las estatizaciones a través de la LOZEE, utilizando como silogismo buscar corregir los errores de la gestión de Chávez. Negar que los hubiera sería un acto irresponsable; pero corregir estos abriendo las puertas al capitalismo salvaje es una acción desleal que contradice el espíritu revolucionario de quienes hoy pretenden ceder al país al sector privado, entregando nuestra soberanía a los inversionistas extranjeros que apoyan a una intervención. Se viola el Art. 326 de la Carta Magna: "la seguridad de la nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental, y afirmación de los DD.HH., así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos, sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad nacional…" La LOZEE no es más que el preludio a la reestructuración capitalista en todas las fases, el retroceso de lo poco logrado en materia social en la era de Chávez. No se trata del fracaso de medidas económicas que nos dejó Marx o la Revolución Rusa, sino más de la resistencia del gobierno a un verdadero cambio revolucionario de la política económica anticapitalista. La inexistencia de una estructura económica sólida que permita la ejecución de aquellas políticas sociales son las consecuencias del fracaso de este proceso. Además los discursos políticos de quienes lideran el proceso confunden a quienes tienen esperanzas en que se ejecuten las transformaciones necesarias. Considero como la experta constitucionalista Ma. Alejandra Díaz que "nuestra tarea fundamental es preservar un Estado social, donde se procuren armonizar intereses antagónicos de la sociedad sin permitir actuaciones ilimitadas a las fuerzas sociales, con base al silencio de la ley o ambigüedades de la misma". La izquierda debe criticar esos "progresismos" que quiere aplicar el gobierno, con la misma sagacidad y agudeza que lo hace con regímenes abiertamente antiobreros, con la misma tenacidad con que critica a Colombia, a Brasil, a Ecuador. Seguir ignorando que se está fortaleciendo al capitalismo es colocar al país hacia una neocolonización y someter a su pueblo, nuevamente, a las políticas salvajes jamás vividas, solo que esta vez disfrazada de socialismo. Es importante replantear el modelo social y el legado de Chávez, no quedarse en esta fase de populismo difícil de superar para resaltar las consecuencias del capitalismo y su crisis social.

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