El refranero popular está lleno de sabiduría, por él y con él, uno puede explicar cosas por demás complicadas, delicadas para uno y pasar desapercibido y hasta ser por demás sutil. Eso sí, si uno quiere y sólo se vale de él y dejar a cada quien "se mate por su propio pulso".
Andrés Giusseppi, como Pascualina Curcio, Tony Boza y Valdez, desde dentro del Psuv, creo yo que están adentro, no tengo motivos para pensar lo contrario, habían venido dando una lucha frontal contra la política salarial del gobierno, particularmente contra el monetarismo, que amedrenta a los trabajadores y todos los luchadores sociales con la idea que, de por sí, los aumentos de salarios sólo sirven para generar inflación.
Ellos han escrito decenas de artículos mostrando lo contrario y proponiendo fórmulas para defender los ingresos de los trabajadores. Sin dejar de reconocer que la guerra económica hace estragos, las manipulaciones monetarias a través de operaciones de cambio, referencias fraudulentas y los vulgares procederes especulativos, como aumentos de precios injustificados, puesto de manifiesto todo eso ahora mismo a raíz de la reconversión monetaria, han señalado que la política del gobierno, de acogerse a las ideas del monetarismo, que demanda, en primer término, congelar los salarios, es totalmente errada e injusta.
Pocos días atrás, Tony Boza, insertó en las redes un video en el cual el comandante Chávez se explayó contra el monetarismo y le señala, con justicia, como una tesis del capitalismo neoliberal y contraria, hasta la criminalidad, contra los trabajadores.
Pongo el enlace del video insertado en tuiter por Tony Boza para que los lectores comprueben lo que digo y se fortalezcan en Chávez:
https://twitter.com/i/status/1443920690265182209
Dice en ese video el difunto presidente, "los monetaristas tienen una tesis, ideológica, interesada, según la cual los aumentos de salarios generan la inflación. Nosotros estamos trabajando para derrotar la inflación, pero no a causa del hambre de los trabajadores".
Y repito, eso lo puso Boza, dos o tres días atrás apenas, lo que revela que sigue firme en su posición de enfrentar no sólo la guerra económica, maniobras todas del imperialismo y el capital monopólico, sino también a monetaristas que contralan el manejo económico del gobierno que, como dijo Chávez, son contrarios al interés de los trabajadores.
Pero volviendo al inicio. Lo relativo al refranero popular, hay otros que "como que mataron el tigre y ahora le temen al cuero" y hasta se podría decir, "están cogiendo piedra", expresión que alude a los derrotados en combate, como en retirada, quienes para sentirse todavía fuertes y animosos, pero a distancia, se arman de piedras.
En esto hay de todas las especies. Hay quienes decidieron callarse, no dicen nada o hablan tan bajito y tan pocas veces, no como antes que lo hacían duro y en abundancia, ahora como para que la gente no se entere. Les hallo de vez en cuando, como escondidos entre matorrales, igual que, cuando en tiempos de la constituyente o una elección posterior de la AN, Ramos Allup, sabiéndose de antemano derrotado en Caracas y su tierra, Carabobo, se lanzó allá por los predios del entonces su compañero y compadre Bernabé Gutiérrez, el Estado Amazonas.
Estos tienen un poco de vergüenza, les da pena por su pesada carga de compromisos traídos del pasado, pero por esto mismo, falsamente se creen obligados a ser solidarios con quienes antes fueron sus compañeros, y por eso ahora hacen y defienden lo contrario de lo que antes defendían.
Hay otros que no se han callado, siguen hablando, pero como los locos; esos que usted les ve y escucha hablando solos, como con las paredes y de temas que no solo a estas, en medio de la tragedia, que ellas abandonadas, sin mantenimiento y ya agrietadas experimentan, no interesan, sino tampoco a quienes sí les escuchan porque están allí cerca, pasan por allí donde están para escucharles con la esperanza de oír algo alentador, cargados de deudas, de las heridas que causa el hambre y los malestares corporales propios y de la familia que no se pueden atender. Y porque ellos han sido antes el reflejo de sus angustias. Estos hablan de los ilotas griegos, guerras del Peloponeso, de las cruzadas y alados pies del dios Aquiles, el hijo de Palas Atenea. Sin darse cuenta que, los escuchas, comienzan a alejárseles con discreción.
Otros, son los más recientes, entre ellos están Pascualina Curcio y Andrés Giusseppi, ahora hablan de la crisis, pero desde otra perspectiva. Una que sólo mira el paisaje desde un lado, lo describe y diagnostica así, de manera parcial muy bien, pero deja el resto sin tocarlo y la sensación en sus lectores que el asunto de allí no pasa. Es este, en ellos, un discurso nuevo, como acordado, pues "después de las elecciones, vendrá lo bueno". Una oferta que parece como venida del pasado, una y otra vez.
Lo triste es que esta visión es radicalmente opuesta a la que antes venían sustentado, porque es una manera de decir que el problema que confrontamos solo se debe a los ataques del imperialismo, el capital monopólico, los especuladores con los precios y la moneda. Parecieran narrar una pelea de boxeo, de manera que sólo hacen referencia a lo que hace uno de los contendores, el que ataca. No perciben las fallas del atacado, incapaz de defenderse, eludiendo los golpes lanzados por el adversario y ripostando con pertinencia. Sólo es un saco que lleva golpes y el narrador no le mira ni siente su impotencia.
En esta nueva versión, los monetaristas no aparecen por ninguna parte y menos hay propuestas para salvar al salario. Lo que, a uno, por "metío", se le antoja pensar que, la única solución es esperar lo que decidan en México. Es decir, que sea la concertación entre la representación del imperialismo y Fedecámaras, que según dice Andrés Guisseppi, en su último artículo, está allá sentada entre los dialogantes. De donde uno fácilmente, viendo que dialogan, el imperialismo y Fedecámaras por un lado y por el otro el gobierno, con sus también tesis monetaristas, de allí va a salir una cayapa o una "ruflá" de gente contra los trabajadores.
Los cinco últimos artículos de Andrés Giusseppi son:
1.- "El Bicentenario de la Batalla de Carabobo, la reafirmación de la patria libre."
2.- "Las bandas criminales ya no mandarán en la Cota 905, ahora mandará el poder popular organizado".
3.- "Yulimar Rojas, la triunfadora que debe motivar a todos los venezolanos".
4.- "Una nueva economía monetaria se instaura en Venezuela".
5.- "Fedecámaras, de nuevo detrás de la ola especulativa post "reconversión monetaria".
Todos ellos los puede hallar el lector en el archivo del mencionado autor en Aporrea.org. Si se toma el trabajo de leerle o releerle, lo que aconsejaría, por muchas razones, se percatará que ese compatriota, al parecer, abandonó sus anteriores reclamos en materia salarial y, cuando ahora, aborda el tema económico, siendo él como es economista, solo mira la paja en ojo ajeno o mejor mira el asunto desde un sólo lado. En sus visiones de ahora no hay nada que reclamar ni siquiera aconsejar o pedir al gobierno que recapacite y haga algo trascendente y en favor de los trabajadores y del proyecto inherente al desarrollo de una economía sana y soberana que propuso Chávez.
Pascualina Curcio, había sido una tenaz defensora del salario de los trabajadores y quien más tiempo y trabajo ha dedicado a demostrar la falacia de las tesis de los monetaristas del gobierno, pero en los últimos días, ha venido comportándose más o menos como Guisseppi.
De "Últimas Noticias", donde Pascualina publica con periodicidad, he tomado la siguiente relación, como que sus dos últimos artículos son estos:
1.- "La desigualdad en las vacunas: fracaso moral del capitalismo", del 27-09-2021-.
2.- "No cambiemos el clima, cambiemos el sistema", con fecha 04-10-2021.
Si bien es verdad que ambos temas son de interés primordial, tanto como que son inherentes a la humanidad toda, no obstante, hay un hecho trascendente, no hay referencia al salario y las luchas por el mismo.
Pero el asunto no termina en esto, vayamos de nuevo a Aporrea. Org, donde el día de hoy, en el portal de noticias hay una larga entrevista concedida por Pascualina Curcio a RT. En esa entrevista, la entrevistada dice ""El ataque al bolívar es una de las armas de esta guerra no convencional, inducida por Estados Unidos. Manipulan el tipo de cambio, que aquí en Venezuela y en cualquier parte del mundo sirve como referencia de los precios. A medida que varía el tipo de cambio, los precios de los bienes y servicios también varían".
Por supuesto, de lo allí dicho uno no duda nada. Estamos totalmente de acuerdo con eso, tanto que uno podría repetirlo. Lo curioso es que, como en los artículos anteriores, ella no hace mención para nada, al abordaje que hace el gobierno del asunto. Es decir, sobre al manejo del problema y particularmente en lo atinente al salario con una visión monetarista, destinada a proteger al capital y dejar a los trabajadores en la indefensión, no le dijo nada a la televisora rusa.
Quizás por esto mismo, Isaías Rodríguez, no sin ironía, en un tuiter, le dijo en una oportunidad a Pascualina, "Cambiemos el sistema. Salgamos del dólar".
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En respuesta a
Cambiemos el sistema. salgamos del dólar
Pareciera pues, uno no sabe cómo, que una mano misteriosa o una batuta ágil y armoniosa, como la de Gustavo Dudamel, estuviese operando, imponiendo un ritmo a mucha gente que, hasta hace poco estaba luchando en favor del salario y otras tantas cosas en favor de los trabajadores y el futuro del país, para que callen ciertas notas y pongan énfasis en otras. O como dijimos al principio, pareciera que mucha gente importante, valiosa de quien uno espera mucho, "después de matar el tigre, le tomó miedo al cuero", optaron "por coger piedra" o "tiraron la toalla". ¡Alguna cosa pasa!