La indexación al Petro. Pascualina Curcio y Tony Boza cayeron por inocentes

Jueves, 24/03/2022 02:42 AM

Hoy amanecí como dispuesto a caer por inocente. Esta es la tercera vez que escribo este trabajo. Las dos versiones anteriores, no sé por qué, se borraron o desaparecieron de la máquina. Por último, bajo presión, por la llegada de una visita, lo envié sin revisarlo adecuadamente. Ahora, en la soledad, descubro que era necesario revisarlo y corregir cosas. Al fin, ahorita lo envío por segunda vez.

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De muchacho, cuando estudiaba en la Escuela República Argentina, era uno de esos como mandado a hacer para caer por inocente. Eran los tiempos de mi niñez, de mis recuerdos de aquella bella niña de ojos verdes y pelo largo y amarillo, de apellido Marcano, con quien solía jugar y agarrarnos de las manos mientras nos mirábamos de frente y de manera inocente. Yo le miraba, ella me miraba y los dos sonreíamos hasta que el timbre nos volvía a la realidad y al aula.

De aquella escuela donde tuvimos un maestro inolvidable, por su entrega al trabajo, cordialidad y amor hacia nosotros, un margariteño que siempre recuerdo, hasta ahora, a esta avanzada edad mía, como el maestro Franco, aquel que portaba siempre una vara que le servía de apuntador. Siempre vestido con su pantalón de caqui y guayabera blanca.

Y seguí siendo el mismo hecho para caer por inocente, cuando estudié en el Liceo Antonio José de Sucre, aquel donde compartí entre el 2do. hasta 4to. año, con dos inolvidables compañeras, Iraida Sánchez Bustamante y Dolores Alfonzo Córdova.

¡Caíste por inocente! Así solían decirme siempre, aun cuando no fuese el 28 de diciembre, porque siempre andaba como en la luna o intentando mirar más allá de línea del horizonte y uno, que es playero, sabe que eso es una cosa que distrae y concentra, tanto que no escucha ni siquiera las olas del mar. Uno se estira sobre el agua, desde la orilla hasta aquella línea y cuando intenta mirar hacia abajo, para ver lo que allá hay, la línea se corre y se pone más lejos y en eso uno termina también siendo inocente. Hasta por inocente uno se caía de cabeza en el agua.

Creo que por haberme pasado la vida en eso, terminé cómo vacunado contra esas caídas. O mejor como si me hubiese forjado una muleta que me evita caerme por lo menos por eso. Ahora, a esta edad mía tiendo a caerme, más por las deformidades de mi columna, piernas y pies, pero muy poco por inocente.

Por esto mismo, después que el presidente habló, escribí dos artículos sobre ese asunto y otro sobre el rol del Estado y el individuo.

Los dos primeros fueron, "De una clase y un sindicalismo derrotados. El anclaje al Petro, contratos y luchas sindicales" y "Lo que trajo la gaceta sobre salario y el cuento de la dirigencia sindical y hasta de Pascualina Curcio", que pueden leerse siguiendo en el mismo orden los siguientes enlaces:

https://www.aporrea.org/trabajadores/a310835.html

https://www.aporrea.org/trabajadores/a310856.html

En ellos expuse como la clase sindical se asume como vocera del gobierno y hasta se hace portavoz de mensajes confusos que crean falsas expectativas en los trabajadores y luego como la gaceta oficial, como antes, "pasó por alto" lo de la indexación al petro. Pero también advertí, que corríamos de nuevo el riesgo que la ONAPRE aplicase las tablas salariales que le dicta el Estado, de manera que no se cause problema alguno al sector privado.

Luego, en mi anterior artículo, titulado "Domingo Alberto Rangel o el Estado atrapa a quienes creen controlarlo. Esperando las tablas salariales", https://www.aporrea.org/trabajadores/a310957.html, recordé que el Estado es un autobús al cual quien manipula el volante, no es en verdad quien uno cree o ve por encimita. Eso sería caer por inocente. Ese vehículo tiene sus claves, coordenadas encriptadas, su propia memoria, como que el conductor sabe por dónde llevarle siempre no intente desconocer y menos contradecirlas. Cuando gire a la izquierda o la derecha, lo hará porque esas cosas se las sabe. Como sabe que si intenta contradecirlas, el autobús seguirá como ellas determinan. No puede girar en contrario a lo que debe ni para evitar matar a un marrano.

¿Cómo pensar y hasta creer que a los docentes de todos los niveles o los médicos, el Estado pondría salarios por encima que los que el sector privado paga a sus trabajadores?

Eso sería generar una presión peligrosa que las claves del autobús no aceptan, no digieren y ellas y menos quienes las ponen, no son de esos como uno, que es muy dado a caer por inocente.

El presidente habló y como la otra vez ofreció un salario a medio Petro, fue una manera de hablar, como decimos los cumaneses con la mitad de la boca, algo dicho para allá, lo que nosotros decimos, "tiró una punta", para que crean unos y esperar lo que dispongan los otros. Como quien pone a elevar un globo de ensayo. Un intento de ver como las claves del autobús reaccionaban y ver la respuesta de quienes las programan. Es lo mismo que dije cuando hablé de Domingo Alberto Rangel.

De tanto caer por inocente uno aprende. Se suele decir que llevando leña de la buena uno aprende mucho, tanto como en los libros y la academia.

Pero, no sé si para bien o para mal, de inocentes están llenos los caminos. Tanto que, personajes como Pascualina Curcio y Tony Boza, economistas que han dado muestras de saber unas cuantas cosas y hasta como le entra el agua al coco, en materia de mercancías y salarios, con la larga curva que les lanzó Maduro, se fueron o se quedaron con el bate al hombro.

El segundo, días a atrás, declaró a la prensa como muy entusiasmado, que el presidente había dado muestras de valentía al optar por indexar al salario al petro. Y agregó o mejor aseguró "el aumento salarial es una propuesta que, hasta donde sabemos, recoge nuestra expectativa de la propuesta de indexación".

https://www.aporrea.org/economia/n372078.html

Pero no fue sólo él quien se entusiasmó con el asunto, sino que detrás vino Pascualina Curcio, quien en "Salario mínimo a medio petro", comentó, "La otra noticia, aún mejor, es que el salario estará indexado al petro, y lo entendimos así porque de lo contrario, en lugar de haber anunciado "el salario será medio petro" hubiesen dicho "el salario será 127 bolívares de los digitales". Esperemos que así sea."

https://www.aporrea.org/economia/a310661.html

En verdad. Pascualina, fue como más discreta con eso de "Esperemos que así sea", pero en buena medida pareció "caer por inocente" y hasta caerse de la mata.

De los sindicalistas uno no espera mucho, aunque pudiera decir más por un buen deseo y esperanza, como en contrario a Pascualina, "esperemos que así no sea", pues lejos están de sentirse identificados con los intereses de su clase y más con el Estado, al cual conciben como si lo tuviesen bajo dominio y fuese un autobús que gira y gira a la medida que ellos quieran.

Pero según lo que ya sabemos, la ONAPRE, el autobús o el Estado, ya sacaron sus tablas y en ellas los trabajadores del sector público, quedamos con las tablas en la cabeza. Unos salarios calculados para no presionar a la clase dirigente, la del sector privado, la que paga salarios miserables en dólares, la misma que tiene las claves y coordenadas a las que atiende el autobús.

La única forma de hacer que ese autobús camine no exactamente en la dirección y velocidad que uno quiere, pero sí de manera que no nos lleve por delante, nos haga caer por inocentes a cada instante, es que los trabajadores y con ellos hasta quienes creen manejarlo, porque tienen el volante en la mano, salgan a protestar y dejar sentada su disposición a no seguir siendo explotados tan bestialmente.

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