Las zonas económicas especiales (ZEE) múltiples voces y controversias (II)

Sábado, 09/07/2022 02:08 PM

Antes de reconstruir la trama de voces y discursos que alimentaron el debate sobre las zonas económicas especiales (ZEE) en los años 2021-2022, cabe detenerse a profundizar sobre la racionalidad estratégica y comunicativa con la cual viene operando en el presente un campo de fuerzas, intereses y concepciones, así como un determinado sistema de actores sociales y políticos, que han estabilizado un pacto de gobernabilidad a corto plazo y para el corto plazo, un "mientras tanto", para tratar de llegar, sin grandes traumatismos sociales, a las elecciones del año 2024.

Debemos entrar, además, en una zona árida de profundización teórica e histórica para el resto de las entregas, porque no solo se trata de personificaciones concretas que actúan en el campo social, por puro capricho o arbitrariedad, sino representando determinados horizontes ideológicos, valores, intereses, categorías de pensamiento y diagramas de poder político.

Si algo muestran las versiones y variaciones sobre el entendimiento de las zonas económicas especiales (ZEE), es que hay una lucha de tendencias y concepciones tanto en el seno del propio gobierno, en el seno del propio Estado, en el seno de las bases y dirigentes del PSUV; entre los partidos del gran polo patriótico, entre las corrientes de izquierda y derecha en el campo chavista, entre las concepciones de derecha e izquierda en la propia sociedad venezolana, y entre las fuerzas que vienen apalancado el viraje de la política económica del gobierno (partidos de gobierno y oposición), y quienes desde diversas posiciones consideran que son mayores sus saldos sociales negativos, que sus saldos en la recuperación de algunos indicadores y variables económicas; y por supuesto que hay que dar cuenta de sus ventajas en favor de determinado cuadro de intereses económicos y políticos.

No hay que minimizar las diferencias entre las propuestas de ley publicitadas en el año 2021 y la más reciente ley orgánica aprobada el 1 y 2 de julio del año 2022, ni desconocer el esfuerzo que se viene haciendo para integrar su contenido tanto en las coordenadas jurídico-constitucionales establecidas en el año 1999 (la sentencia del carácter orgánico de la ley por parte del TSJ es una prueba de ello), como en el sistema nacional de planificación para "el desarrollo integral de la Nación".

http://www.tsj.gob.ve/-/sala-constitucional-del-tsj-declaro-constitucionalidad-del-caracter-organico-de-la-ley-organica-de-las-zonas-economicas-especiales

Sin embargo, esto no escapa tampoco a las determinaciones para recomponer una negociación con el capital internacional desde distintas concepciones e intereses (bajo los eufemismos de los beneficios dela inversión extranjera) más aun cuando ya se reconoce el agotamiento del patrón económico del rentismo petrolero, como el impacto de las restricciones del cuadro de sanciones económicas internacionales que afectan no solo las condiciones de vida del pueblo, sino el margen de maniobra económico de la propia acción del Estado, así como las propias estrategias de poder de los grupos de intereses que controlan sus espacios estratégicos de decisión. A esto se agrega un previsible cuadro recesivo de la economía mundial y los impactos de la guerra de Ucrania.

Estos cambios aparentes del contenido del más reciente articulado de la Ley son expresión de luchas de tendencias, así como respuestas a una masa crítica de opinión que, desde el bloque social-popular, ha advertido de las desventajas de una ley favorable a los intereses que están detrás de proyectos como las maquilas, las zonas francas, la destrucción ambiental y la entrega de la soberanía del país.

En este sentido, hay un obstáculo social acumulado a un proyecto de entrega sin resistencias ni protestas a factores del capital, masa crítica de opinión que cabe reforzar y apalancar, y que no cabe duda que podría adquirir en el curso de un proceso histórico complejo marcado por conflictos e incertidumbres, su propia composición organizativa, así como su figura o rostro político.

Por otro lado, exige de la propia coalición dominante en el Estado y en el gobierno recursos de maniobra para poder sortear con viabilidad política y económica una situación que muestra las aristas del conflicto socio-ideológico, socio-político y socioeconómico en el país, que se viene acumulando soterradamente y que desborda las simples consideraciones electorales de cara a la fecha 2024.

Mucho se viene hablando del modelo asiático y chino, que de entrada son cosas bastante diferentes y heterogéneas, para quienes conocen los diferentes modelos de desarrollo que se han venido poniendo en práctica en la región del asía-pacífico.

Tales simplificaciones también responden a estereotipos interesados en ser promovidos por las corrientes inclinadas favorablemente a las políticas neoliberales.

Sin embargo, todavía no se ha aprendido en estos sectores que no es posible simplemente calcar y copiar, ni traer políticas llave en mano, o suponer que la solución vendrá en un "container ideológico" importado. En un contexto de gigantesco distanciamiento entre la clase política dirigente y el país real, eso solo configura el teatro de las soluciones ilusorias.

Lo cierto es que hay un debate soterrado que está buscando espacios y líneas de fuerza, para expresar una potencia de indignación y rebeldía que comienza a recorrer al país, fenómeno que conviene no perder de vista en una comprensión del proceso histórico-político de mediana duración, que supere el horizonte de la inmediatez y del inmediatismo en los debates, porque a una superficie aparente de estabilidad relativa, siempre hay que contraponerle la situación real y efectiva de las tendencias que afectan las condiciones de vida del pueblo.

Estas brevísimas notas dejarán a algunos con interrogantes sobre esta segunda parte, pero cabe ir lentamente avisando de entrada que el giro hacia la derecha económica por parte del gobierno está ya cobrando saldos evidentemente negativos en el terreno social, que muestra que la estabilidad política relativa lograda, solo se soporta con precariedad y provisionalmente, en un pacto entre elites y partidos que experimentan en su relación con el pueblo una profunda crisis de representación política y legitimidad social.

De modo que el nuevo curso económico no parece que se desenvolverá libre de los desafíos del estallido de viejas y nuevas contradicciones sociales y políticas.

Continuará…

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