La sociedad venezolana y el gobierno central ha venido separando a los jubilados en un gran gueto para que no se pronuncien ante cualquier anomalía y guarde silencio ante el conservadurismo filosófico y, convertirnos en una sociedad muerta. Por una parte están las implicaciones de trabajo, donde las pensiones han dejado de existir porque no tienen ningún valor y abole todo lo legal, porque los jóvenes que ha colocado el gobierno en puestos claves solo piensan en su futuro, mientras otros que han estudiado y tienen especializaciones como postgrados ya han emigrado y mantienen solvencia económica y guardan silencio, como el mismo que los venezolanos no quieren expresar y es desconcertante que un gobierno central que llego por el voto de grupos del Foro de Sao Paulo busca desintegrar a sus propios camaradas y desconstruir la república. Nuestros gobiernos, poco han hecho en la defensa de la república, desde el acta del 5 de julio de 1811. Solo, se han ejecutados paños fríos para una reforma y ahora, La Asamblea Constituyente dada en el pasado, solo sirvió para brindar apertura a países catalogados como terroristas y mercenarios en l Medio Oriente.
Hay nuevas exigencias económicas, en algunos contextos, son pasos de una transición dadas por una política gubernamental que puede ofrecer un apoyo al empresariado, pero, este, en su afán de riquismo buscó el proteccionismo del estado para fortalecerse, bajo el estigma de un Ministerio de Finanzas que no reúne condiciones para representar la república. Las categorías de socialdemocracia y neoliberalismo son amplias y, abarca grupos y movimientos al lado de partidos de diferentes tendencia, basta observar el apoyo del G4 hacia el madurismo representado en el Psuv, esto, se vio claramente en los acuerdos en las elecciones internas de jefes de calle, UBH y coordinadores comunitarios, fue un desplazamiento burdo de personeros hacia el control de una estructura política, convengo en una asignación corporativa, pero, los cargos claves de interacción Estad- Gobernación Parroquias debe ser de quienes reflejen un comportamiento adecuado y de siervo hacia la comunidad.
Los Estados de bienestar se deben dividir en grupos institucionales que tienen orígenes históricos, objetivos y estructuras comunes. De esta manera, la democracia clásica y el neoliberalismo encarnan dos filosofías políticas bastante distintas.
Cuando Margaret Thatcher y Ronald Reagan llegaron al poder siguieron políticas diferentes en contextos determinados, no tenían una ideología totalmente acabada, que se fue desarrollando a medida que ella prosperaba. Políticas Thatcheristas seguidas por partidos de izquierda, como en Nueva Zelanda, dieron una vez ciertas ideas políticas claves. Es más, el neoliberalismo tiene dos ramales. El principal es el conservador y luego, los libertarios. Europa se equivocó con Angela Merkel y Pedro Sánchez, desde el mismo instante que una izquierda escondida y reformista dio paso a una política de muelles abiertos y de inmediato, los gobiernos del Medio Oriente compartieron estas perspectivas y, hubo unos atentados con bombas que ya estaban allí y hoy, están en Venezuela y Latinoamérica con un neoliberalismo deformado, haciendo mucho daño en países como Argentina y Chile, Boris, lo que sabe es sentarse en una plaza junto al mar y lanzar su mirada más al sur en las gélidas aguas del Magallanes, con estos precedentes europeos, todo un mundo global empezó a desviarse y Chile, Venezuela y Argentina no marcan diferencias en ese perfil.
Los gobiernos latinos dejaron de impulsar la educación científica, su interés se concentró en la dominación de las masas.
Estamos en un proceso de declive económico y el dólar temporal hace estragos en los ciudadanos pobres y la tecnología informática nos deprime y produce una elevación del seguro sanitario. Entonces, el Estado venezolano y su presidente cree que con un mundo comercial de efecto voluntario va a lograr superar toda tentativa.