MEDIDAS INMEDIATAS Y FACTIBLES PARA CONTENER EL NUEVO EPISODIO INFLACIONARIO Y DEPRECIATIVO
Luis Enrique Gavazut Bianco
Caracas, diciembre de 2022
Ante el actual rebrote de la inflación y la depreciación, la opinión pública está ávida de explicaciones y de medidas que deban adoptarse para solucionar el problema, sin que las mismas impliquen una disminución del nivel de vida que se ha logrado mejorar modestamente en este año 2022.
Aunque la tentación es grande para formular una extensa y detallada explicación científica del fenómeno, me limitaré a enumerar los factores que considero han sido determinantes en alguna magnitud y, a partir de ellos, cuáles pueden ser algunas medidas prácticas, rápidas y efectivas para evitar que el actual episodio desencadene una escalada que nos retrotraiga de vuelta a la hiperinflación e hiperdepreciación.
El orden en que son enumerados los siguientes factores no indica su importancia o impacto relativo como determinantes del rebrote inflacionario y depreciacionista, dado que se trata de un fenómeno complejo al cual contribuyen múltiples causas por separado y en interacción unas con otras.
Factores que posiblemente han sido determinantes:
- La reforma adoptada en este año al Impuesto General a las Transacciones Financieras (IGTF), fijado en 3% para todos los pagos con divisas, indujo inflación por su propia magnitud y por especulación (muchos comerciantes lo usaron como justificación para aumentar sus precios en mucho mayor medida que el propio impuesto). Esta mayor inflación presionó, a su vez, sobre el tipo de cambio.
- La flexibilización que simultáneamente se hizo del encaje legal bancario, que pasó de 85% a 73%, empujó la creación de dinero por la banca, tanto pública como privada, que incrementó la liquidez monetaria en circulación y su consecuente efecto inflacionario, el cual, a su vez, presionó aún más sobre el tipo de cambio. En líneas generales, el aumento del crédito bancario no se tradujo en un aumento significativo de la inversión productiva, por su fuerte componente de crédito comercial no manufacturero y al consumo, excepto en el caso de la cartera agrícola, y posiblemente también por destinarse en mayor o menor medida a alimentar la demanda de divisas.
- La mayor liquidez alimentada por el crédito bancario posiblemente aumentó la demanda de divisas en el mercado cambiario, lo que presionó también sobre el tipo de cambio, con su consecuente impacto sobre la inflación, dado que en Venezuela el componente importado de la economía es muy alto (por lo cual el encarecimiento de las divisas para hacer las importaciones incide significativamente en el encarecimiento de los precios de los bienes y servicios).
- El gasto corriente deficitario del sector público tuvo que financiarse con créditos del BCV, es decir, financiamiento monetario del déficit fiscal, el cual aumentó la liquidez en circulación y su consecuente efecto inflacionario, lo que también presionó sobre el tipo de cambio.
- La inflación internacional previsiblemente se trasladó a la economía nacional vía importaciones, lo que de vuelta impactó sobre el tipo de cambio.
- La creciente presión tributaria de municipios, gobernaciones e instituciones diversas podría tener un impacto inflacionario porque las empresas intentan compensar esa mayor carga tributaria aumentando los precios.
- Esta época del año es normalmente inflacionaria y depreciacionista, por el aumento estacional de la demanda de bienes, servicios y divisas.
- El desplome del mercado de las criptomonedas y criptoactivos también tiene un impacto importante, porque muchas personas habían optado por ese refugio de valor, el cual posiblemente ha venido siendo reemplazado por una mayor demanda de divisas fiat, principalmente el dólar americano. Esto lógicamente ejerce presión sobre el tipo de cambio.
- La oferta de divisas alimentada por el BCV no pudo aumentar en medida suficiente para compensar todo lo anterior, pese al aumento de la frecuencia y montos de las intervenciones cambiarias del BCV, debido a la situación de la industria petrolera determinada por el bloqueo y a la falta de inversión del sector privado. Al parecer, la oferta de divisas ha sido insuficiente a pesar de la entrada formal e informal de divisas al país, por remesas, repatriación de capitales, economía digital y exportaciones del sector privado.
Así, factores inflacionarios impactaron sobre el tipo de cambio y factores depreciacionistas impactaron sobre la inflación, lo cual evidencia una relación de causalidad recíproca (realimentación, recursividad) entre inflación y depreciación.
De igual manera, los factores políticos (guerra económica) siguen teniendo incidencia, al restringir deliberadamente la oferta de divisas y propiciar la formación de expectativas inflacionistas y depreciacionistas mediante campañas comunicacionales, induciéndose con ello el aumento de la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, lo que además es muy conveniente para aquellos agentes económicos que se dedican a la búsqueda de rentas aprovechando el diferencial cambiario.
Metafóricamente, el problema se presenta como una balanza en la que de un lado se ubican los ocho primeros factores enumerados anteriormente, más el determinante político de guerra económica y bicicleta cambiaria, y, en el otro lado, se ubica el noveno factor señalado.
Los hechos parecen demostrar que existen múltiples factores que presionan los precios de los bienes y servicios, así como el precio de la moneda (tipo de cambio). Esos factores, sean los aquí señalados u otros, pueden contrarrestarse con las intervenciones cambiarias del BCV, es decir, alimentando la oferta de divisas en el mercado cambiario nacional.
Sin embargo, puesto que la disponibilidad de divisas por parte del Estado para alimentar la oferta cambiaria es insuficiente, debido principalmente al bloqueo económico, comercial y financiero contra PDVSA y contra la República, así como también la oferta de divisas es insuficiente a consecuencia de la huelga de inversión del sector privado y la fuga de capitales estructural, no queda más remedio que combatir de otra manera, cuando menos parcialmente, los factores de presión inflacionista y depreciacionista, hacia cuyo lado se está inclinando con fuerza y aceleradamente la balanza.
A continuación enumero un conjunto de medidas que pueden adoptarse de inmediato y que además son factibles. Esto último significa que no se trata de medidas que presuponen cosas que escapan al control de la toma de decisiones del Estado, como que Washington levante las medidas coercitivas unilaterales, o que el país pueda acceder al endeudamiento externo con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, o que PDVSA pueda vender nuestro petróleo sin los enormes descuentos en el precio de venta que actualmente nos aplican por culpa del bloqueo y el sobrecumplimiento de las mal llamadas sanciones, o que podemos sentarnos a esperar que la IED venga al país, o aumentar la demanda y el poder adquisitivo sin importar el nivel de la productividad total de los factores de la economía, o medidas netamente monetarias sin especificar las fuentes de financiamiento para hacerlas sostenibles, tales como aumentar el gasto corriente del Estado anclado a un valor subyacente de referencia como el petro o el oro.
Debo enfatizar que las siguientes medidas pueden tomarse a falta de eficacia de las intervenciones cambiarias del BCV o a falta de aumento significativo de la inversión productiva o a falta de aumento de la oferta de divisas por fuentes alternas a la industria petrolera.
Medidas que pueden tomarse inmediata y factiblemente:
- Eliminar el IGTF del 3% sobre los pagos en divisas. Esta medida pudiera ser poco significativa si se toma en consideración que el impacto especulativo del IGTF sobre la inflación ya ocurrió. Sin embargo, el efecto de la propia magnitud del tributo sigue vigente, y sus presuntas ventajas para la economía nacional no parecen contar con evidencia que las sustenten.
- Aumentar el encaje legal bancario, dado que su impacto inflacionario asociado a la expansión de la masa monetaria en circulación y su posible presión sobre la demanda de divisas en el mercado cambiario, no aparentan ser compensados suficientemente con la expansión de la oferta de bienes y servicios que debería derivarse de la inversión productiva, excepto en el caso de la cartera agrícola. De hecho, la cartera de crédito para la industria manufacturera no ha aumentado.
- Recortar al máximo posible el gasto corriente deficitario del sector público (gastos suntuarios, desperdicios, ineficiencias, corrupción).
- Reactivar el Consejo de Economía Nacional con mesas sectoriales para instrumentar mecanismos de financiamiento efectivos para aumentar la inversión productiva nacional, sin efectos monetarios expansivos ni presiones excesivas sobre el tipo de cambio. Aquí pudiera pensarse en otorgar préstamos retornables a interés en divisas, en lugar de asignar las divisas por la vía cambiaria.
- Evaluar el impacto de las importaciones sobre la producción nacional y adoptar políticas proteccionistas sectoriales con objetivos bien planificados.
- Armonizar y racionalizar la carga tributaria, dando además trato diferenciado a las micro y pequeñas empresas y emprendimientos. Y, en general, disminuir también el excesivo costo de la legalidad, especialmente para este segmento.
Ideas para ser evaluadas:
- Mejorar la recaudación tributaria y aumentar el ISLR en función del origen de las ganancias empresariales (si aumentan por aumento del volumen de producción, la alícuota es menor; si lo hace por sólo aumento de precios, la alícuota es mayor). Esta medida es solo una idea que pudiera ser útil para desincentivar la búsqueda de rentas por parte de los agentes económicos y, consecuentemente, mitigar las presiones inflacionistas y depreciacionistas al incentivar el aumento de los volúmenes de producción.
- Establecer un mecanismo similar al anterior para el ajuste por inflación del valor contable del patrimonio empresarial. Esto también pudiera servir como incentivo para no aumentar los precios, tomando en cuenta que la formación de precios es, en definitiva, un proceso de toma de decisiones por parte de los empresarios.