Una teoría conspirativa
Se dice que una élite financieramente muy poderosa se mueve secretamente para reducir la población mundial y reordenar el mundo a su imagen y semejanza, es decir, manteniendo los privilegios de los que hoy disfrutan: 99% de la riqueza para el 1% de ricos buchones (ellos) y, el 1% restante, para el 99% para asalariados o depauperados por la explotación del hombre por el hombre. Piensan dejar solo una cantidad manejable de pobres que no signifique peligro de revueltas políticas o sociales que amenacen la actual e inhumana distribución de la pobreza. Ese es el plan.
Somos muchos
De acuerdo con lo que parece que se sabe, los todopoderosos miembros de la élite piensan que la sobrepoblación y la escasez de recursos puede traer problemas a las burguesías locales afines y hasta guerras mundiales entre superpotencias que podrían en peligro su estilo privilegiado de vida. Por tal motivo han optado por el exterminio de millones de seres humanos en su área de influencia. Hay demasiados seres humanos, demasiados trabajadores públicos reclamando derecho a la vida y a la salud, lo que plantea una diferente distribución de los recursos que no les conviene. Así piensan.
Exterminio gradual de pobres
Pero reducir la población eliminando pobres (primero adultos mayores) no es una tarea que puede ejecutarse así como así, o sea, abiertamente y sin disimulo, pues traería consecuencias globales violentas. Piadosamente consideran que el mundo no está preparado todavía para otro Hiroshima o para el uso de la bomba solo mata gente que les gustaría dejar caer sobre algunos países rebeldes. La tarea debe llevarse a cabo gradualmente y, de tal modo, que las víctimas, en la medida de lo posible, ignoren que están siendo devueltas al polvo cósmico antes del término natural de la vida. En eso anda esa élite que controla las finanzas, las monedas y las economías de casi todo el mundo. Por eso lavan el cerebro de millones de personas para que crean que su adelantado exterminio es algo normal dentro del acontecer natural de la existencia. Para eso cuentan con la internet con todas sus redes sociales y toda la tecnología que permite a los demiurgos espiar hasta nuestros más íntimos y espontáneos movimientos. La muerte temprana de los pobres y asalariados terminará siendo aceptada por las víctimas como un hecho natural de la vida: que muchos pobres deban morir para que unos pocos vivos disfruten de la plenitud de su riqueza y de sus vidas.
Adiós al sufrimiento, muera temprano y feliz.
Mientras ese tiempo llega en que la cantidad de pobres y asalariados no sea una preocupación para la élite, la misma avanza de la manera ortodoxa y convenida desde siempre con el concurso de varios gobiernos democráticos, pagando salarios miserables que no alcancen para la comida, ni para ir al trabajo ni comprar zapatos. Esto debe complementarse con la ruina de los servicios públicos para que la vida sea aún más difícil, un sufrimiento largo y doloroso que los secretos amos del mundo están dispuestos a aliviarnos con una muerte más temprana que tarde como dice por ahí cierto presidente. Para ello están concibiendo leyes y procedimientos para garantizar a los interesados una muerte indolora, y en ciertos casos hasta feliz, y dejar en paz este valle de lágrimas en que se les ha convertido la existencia.
Primero los adultos mayores
Debido a las condiciones geopolíticas del planeta, la élite parece tener prisa en poner en práctica su plan y, por aquí y por allá, sus voceros han planteado la eutanasia obligatoria para los adultos mayores arguyendo que hay muchas personas muy adultas en el mundo demandando servicios médicos y alimentación y retrasando su muerte. Tal estado de cosas socaba las posibilidades laborales de personas jóvenes en edad de trabajar, por lo cual se hace imperativo aprobar instrumentos legales para poner fin a esta situación y allanar el camino al nuevo orden. Por eso instruyen a gobiernos afines a aplicar reducciones de gasto público, mantener muy bajo el salario mínimo y las pensiones; más allá de eso, la eutanasia obligatoria.