La escalada brutal de los precios de energéticos y carburantes podría acabar lastrando la incipiente y frágil recuperación económica mundial y desembocar en escenarios de estanflación secular (secular stagflation), ya que el fenómeno de la globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la economía estén interrelacionados entre sí debido a la consolidación de los oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos.
La crudodepencia energética
Según Edgar Ocampo, cada año el mundo fagocita la mitad de las reservas de un país petrolero importante (México), pero la economía mundial seguirá gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década dado que las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, la práctica del fracking suscita recelos medioambientales y la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandone sus equipos e infraestructura actuales.
Por su parte, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un reciente informe titulado “Perspectivas mundiales de inversión en energía”, advierte que será necesario invertir 48 billones de dólares hasta el 2035 para cubrir las crecientes necesidades energéticas mundiales. Pero el abrupto desplome del precio del crudo hasta los 50 dólares imposibilitó a los países productores conseguir precios competitivos (rondando los 80 dólares) que permitieran la necesaria inversión en infraestructuras energéticas y la búsqueda de nuevas explotaciones, por lo que no sería descartable la escasez de petróleo en el próximo quinquenio, al concatenarse los recortes en la producción de crudo con el veto impuesto por EE.UU. y la Unión Europea a la compra de petróleo ruso y derivados, que representaría el 8 por ciento del total mundial.
Efectos colaterales de la escalada del petróleo
Los principales países desarrollados cuentan con reservas estratégicas de petróleo que destinan exclusivamente para uso en situaciones críticas para garantizar el consumo interno durante un par de meses, pero según el Departamento de Energía de EEUU, las reservas en dicho país habrían sufrido un brutal descenso del 20%.
Asimismo, los inventarios mundiales habrían sufrido una caída en el segundo trimestre de 57 millones de barriles en los inventarios mundiales, lo que aunado con el recorte de producción pactado entre Rusia y la OPEP hasta finales del 2024 y la falta de resolución del contencioso iraní, han provocado un déficit diario de 1´5 millones de barriles al día en el 2023 y una peligrosa "ansiedad de oferta" para incrementar los inventarios de los países, originando la escalada del crudo Brent hasta superar los 90 $ el barril.