La realidad ha demostrado que la aplicación de sanciones y bloqueos por parte de Estados Unidos y sus aliados en Europa, a fin de generar insatisfacción social e intentar derrocar por la vía insurrecional a los gobiernos que consideran enemigos o no cooperativos con sus interéses transnacionales, ha sido una política nefasta.
La experiencia ha demostrado, que lejos de afectar a los países dónde lo han aplicado más bien fortalecen a sus gobiernos, obliga a su sociedad a adaptarse al nuevo entono hostil, a buscar soluciones que los hacen cada más independiente del G-7 y fortalecen nuevas alternativas al sistema de dominación financiera, global, monetaria, energética y comercial que los agresores dominan a nivel gloaba. Es decir, las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa lejos de afectar más bien fortalecen a los gobiernos que agreden.
El caso más palpable es Rusia, quien hasta agosto de este año 2023, había sido víctima de 17.937 medidas coercitivas unilaterales, lo que representa el 67% de las sanciones del mundo. A partir de la operación militar de Rusia en Ucrania, las sanciones individuales y sectoriales se incrementaron.
¿Cuáles han sido algunas de las consecuencias económicas de las sanciones occidentales contra Rusia? Muchas empresas europeas y estadounidenses se vieron obligados a cerrar sus operaciones comerciales y financieras en Rusia obstaculizando las transacciones y la cadena logística.
Las sanciones estadounidenses han afectado el suministro de gas de Rusia hacia Europa. Uno de los proyectos internacionales más ambiciosos de suministro de gas es el Arctic LNG 2 que prevé la producción de gas natural licuado (GNL) en el norte de Rusia procedente de los yacimientos situados en la península de Guidán, en el Ártico ruso, ha sido afectado por las sanciones, generando problemas de seguridad energética global. Ha afectado la cadena de suministro y encarecido la energía para el usuario final, sobre todo en Europa. En ese proyecto participan la empresa rusa Novatek (60%), la francesa Total (10%), las chinas CNOOC y CNODC (10%, cada cual) y un consorcio japonés integrado por Mitsui y Jogmec (10%).
A pesar de las sanciones, las relaciones entre Rusia y China se han fortalecido, mientras con los países europeos se han debilitado comercialmente. Es así como ha emergido un nuevo sistema económico mundial, la tendencia a la desdolarización y el aumento de los pagos transfronterizos en monedas nacionales, distintas al dólar. Una tendencia que está proyectando el resurgir de un nuevo sistema de pago a través de la alianza Brics, que en el largo plazo, afectará la hegemonía del dólar incluso en el comercio petrolero internacional.
La reciente adhesión de Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, que se convertirán en miembros de la asociación a partir del 1 de enero de 2024, y aún tienen al menos 20 naciones más esperando incorporarse el grupo, demuestra la firme y constante idea de la necesidad de un nuevo mundo económico y político multipolar. Prácticamente el mundo económico se ha ido dividiendo entre los partidarios del dólar estadounidense representados en el G7, y los que apuestan por divisas soberanas que promueve el BRICS+ (y sus aliados).
Como vemos, las sanciones de EEUU son estrategias de coerción o presión que han fracasado. Sobre todo en aquellos países que tiene un nivel de influencia en la economía mundial y en el sistema energético mundial, como es el caso de Rusia, que es el mayor productor de gas del mundo, uno de los mayores de petróleo, entre otros bienes, recursos e infraestructura comercial que posee y que el comercio mundial los requiere.
¿Realmente, cuáles son las consecuencias de las sanciones de EEUU a Rusia?
Sólo ha ocasionado un cambio de ruta en el comercio internacional. Ahora sus exportaciones, en gran medida, no van hacia Europa sino que se dirigen hacia Asia y África.
Situación que ha generado en Europa una alta inflación, un aumento de las facturas de energía, subida de los costes de las exportaciones de gas natural licuado (GNL) desde Estados Unidos (quien ahora los suple), con alto impacto en los presupuestos de los hogares europeos. A eso se le suma, las expectativas negativas generadas por la escasez energética, los temores de recesión, que están afectando las bolsas de valores europeas, ocasionando un sigiloso pero inminente proceso de desindustrialización.
¿Qué ha ocasionado las sanciones en el plano del sistema de pago internacional?
En plano monetario y comercial, la aplicación de medidas coercitivas unilaterales por EEUU, que lo hace gracias al mal uso del dólar como herramienta de sanciones para alcanzar objetivos geopolíticos, ha venido fracasando. Cabe recordar, que un país cuando utiliza el dólar en su economía nacional y para comercio exterior cede de hecho parte de su soberanía económica a Washington, que es el único que goza del derecho a imprimir dólares y fijar la política monetaria estadounidense.
EEUU se ha aprovechado de esa ventaja comparativa y de la confianza mundial, para presionar a países que no se alineen a sus interés imperiales. Pero como ya hemos dicho, ha fracasado. Las estadísticas mundiales así lo demuestran.
Según el FMI, el dólar ha perdido en los últimos 5 años 5% de su participación en la composición de las reservas internacionales del planeta. En los últimos 20 años, ha perdido 12%. Muchos analistas pronostican que esa tendencia se acelerará en la medida que se fortalezcan nuevos bloques económicos alternativos como el Brics, que disminuirán poco a poco la importancia del dólar en el comercio internacional actual, conllevando a la migración hacia el dólar australiano, el dólar canadiense, el renmimbi chino y el yen japonés en las carteras nacionales, así como la aparición de alternativas monetarias para el comercio y el ahorro a nivel mundial.
En este contexto, el yuan chino, ha venido avanzado poco a poco, aumentando del 1% al 3% de las reservas internacionales del planeta. Su creciente uso se debe al comercio entre China y Rusia, que han venido implantando nuevas condiciones de pago basados en yuanes, socavando el dominio del dólar estadounidense.
Según el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), "a lo largo de 2022, la proporción de las importaciones de Rusia facturadas en yuanes aumentó 17 puntos porcentuales". A finales de ese año, el 20% de las importaciones rusas fueron facturadas por China en yuanes y, su uso para pagos transfronterizos con terceros países también se disparó hasta alcanzar el 5% del intercambio comercial.
Finalmente, la gota que derramó la copa, ha sido la última decisión del Congreso de Estados Unidos de intentar robar todos los activos rusos congelados a nivel mundial estimados en US$ 300.000 millones, bajo el pretexto de la "confiscación legal". Para la cual, como una especie de "banda criminal internacional," ha decido conformar una alianza de instituciones en países con cuentas rusas congeladas, para robarles sus riquezas en el exterior. Una modalidad nefasta de enriquecimiento parecida a la que los venezolanos hemos vivido en los últimos años. Representando un grave error estratégico de Occidente.
Esa medida ha recibido el rechazo de la comunidad internacional, que incluso, el Reino Unido, indicó que esa decisión estadounidense podía sentar un precedente perjudicial que sin duda dañaría el sistema financiero mundial.
Así es como vemos el proceso de desdolarización de la economía mundial, motivado a los errores y el comportamiento hostil y delincuencial de Estados Unidos, que ha obligado a varios países a buscar sistemas de pagos alternativos a la hora de realizar intercambios comerciales.