El BRICS es el futuro del planeta y el símbolo inequívoco de la consolidación de la multipolaridad. Fundado en 2008 (*), en plena crisis financiera mundial, el BRICS es el acrónimo de las naciones integrantes de esta coalición: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; esta última se incorporó en 2010 y fortaleció aún más dicha asociación. Es evidente que el BRICS nace como la respuesta de potencias como China y Rusia -al unísono con territorios emergentes como Brasil, India y Sudáfrica- a la debacle bancaria de 2008 que puso en grave peligro no sólo a Occidente sino al resto del planeta. En ese momento, el BRIC (ahora BRICS) se convertía en una alternativa inexorable al formato Bretton Woods que había imperado en todo el orbe desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La multipolaridad de la que platicaba nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez, es decir, la existencia de diferentes polos de desarrollo y poder dentro del mapamundi, está muy bien resumida en el establecimiento y funcionamiento del BRICS. La visión de la multipolaridad es una perspectiva subversiva, ya que se contrapone a la tesis de la unipolaridad que trató de implantarse a escala global después del colapso de la Unión Soviética y la extinción sorpresiva del escenario bipolar. Por ende, la multipolaridad es la expresión más genuina de la Humanidad, puesto que muestra a la pelota terráquea tal como es: una vasta paleta de tonalidades, sociedades, grupos étnicos, economías y contextos diversos. Al contrario del enfoque unipolar de imposición, la filosofía multipolar se edifica con base en la cooperación de los pueblos.
El esquema bipolar de enfrentamiento que surgió tras el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, estuvo vigente durante 46 años hasta la desaparición de la antigua URSS y el campo socialista de Europa Oriental, en diciembre de 1991. En este panorama prevaleció el contraste ideológico entre capitalismo y marxismo, entre la dictadura del dinero y el dominio de la solidaridad humana. Sin duda, el socialismo demostró superioridad en muchas facetas: el deporte, la ciencia, la tecnología, la educación, la salud y el bienestar general (**). No obstante, la quintacolumna dentro de los partidos obreros de países como la ex URSS y otros enclaves de la esfera marxista, destruyó poco a poco los logros de sociedades que eran más avanzadas que las capitalistas. A partir de este aparente "fracaso" del paradigma marxista, Estados Unidos y sus aliados se proclamaron "vencedores" indiscutibles de la Guerra Fría y decretaron el arribo del mundo unipolar, c'est-à-dire, del planeta donde sólo reinaría la voz imperial y las cosas se harían como las ordenase el Distrito de Columbia. A todas luces, un modelo nada democrático y sí muy autoritario de parte de quienes se han rasgado las vestiduras, durante décadas, por la "libertad" y el "laissez faire". ¡Hipocresía pura!
Justo el BRICS viene a ser la encarnación de la multipolaridad en todo su esplendor ante el rotundo fracaso de la tesis de la unipolaridad: la "luna de miel" con el Fin de la Historia "à la Fukuyama" se acabó en Seattle, en 1999. En el decenio de 2000, los imperialistas -con EEUU a la cabeza- se negaban a reconocer el papel de potencias como China y Rusia en la arena internacional, verbigracia. Ni hablar del rol de los países emergentes como Brasil o India. De hecho, la reforzada hegemonía del dólar estadounidense ni se cuestionaba y todo parecía ir de maravilla hasta que el Tío Sam fue sacudido por la crisis de las hipotecas basura (2007) y la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers (2008). Es en dicho instante que Beijing y Moscú cayeron en cuenta de que el "sólido" sistema financiero occidental que se había levantado a partir de Bretton Woods, en 1944, no era tan resistente y ello ponía en aprietos al mundo entero. No es casual que el BRIC (ahora BRICS) se estableciese en 2008: esto enviaba una fuerte señal a Washington y sus satélites de que una porción considerable del globo terráqueo (en población y mercado) iba a ir preparándose para no ser víctima de una segunda crisis. Desde luego, eso implicaba un desacoplamiento paulatino de estos territorios de la configuración financiera heredada de Bretton Woods. Por tal razón, el BRICS ha ido en auge vertiginoso desde aquellos años y hoy se ha constituido en un núcleo esencial de poder político y económico en el orbe. La determinación del bloque de desplazar el encuadre unipolar de Washington y sus aliados, es más que manifiesta. Para nadie es un secreto que el BRICS está dispuesto a desafiar la preeminencia del dólar yanqui en las transacciones comerciales y está trabajando en un sistema de pagos que sea independiente del SWIFT belga, por ejemplo. Las cosas ya no serán como antes.
EL BRICS, EL ORO, EL PETRÓLEO Y ARABIA SAUDITA COMO ACTOR CLAVE EN UN NOVEL SISTEMA MONETARIO GLOBAL
En 2024, el BRICS se ha ampliado y ahora forman parte de éste naciones como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía. En 2023, esta asociación representó el 31,5% del PIB terrestre, con lo cual ha superado el aporte del G7 por el mismo concepto: 30,7%. Tal como hemos reseñado antes, el BRICS es la multipolaridad en acción. Es perentorio resaltar que dicho grupo ha estado brindando preponderancia a la acumulación de oro físico por parte de sus bancos centrales, haciendo hincapié en China y Rusia como líderes de esta cruzada. El Banco del Pueblo de China no ha dejado de comprar ladrillos amarillos desde noviembre de 2022 y hasta el momento tiene un total de 2.245 toneladas áureas, verbigracia. En 2015 había 1.658 toneladas en sus bóvedas, por lo que platicamos de un aumento del 35,4% en casi un decenio. Por su lado, el Banco Central de Rusia ostenta 2.329,6 toneladas doradas (enero de 2023) y en 2014 apenas tenía 1.112,5 toneladas, lo que indica un incremento del 109,4% en dos lustros. El BRICS sabe que si desea conformar un novel sistema monetario global en el que la gente pueda confiar, sí o sí, éste debe sustentarse en reservas áureas considerables que sirvan de respaldo al conjunto de las economías de esta organización multilateral. El factor energético es otro elemento destacable en la ecuación del BRICS: la entrada de Arabia Saudita al club, segundo productor de crudo a escala planetaria, no sólo otorga un blindaje formidable al clan junto a Rusia (otro gran productor de petróleo), sino que deja en el aire la viabilidad del modelo del petrodólar instaurado en la década de 1970. Desde ya podemos adelantar que Arabia Saudita asestará un duro golpe al estatus de reserva del billete verde al aceptar -cada vez más- otras monedas distintas al rectángulo glauco para amortizar las facturas por concepto de hidrocarburos. Nuestro pronóstico es que el crudo se cotizaría en onzas de oro y este valor se expresaría en una cesta de monedas del BRICS. O sea, el dólar ya no se utilizaría para fijar el importe de esta materia prima clave y mucho menos sería la única divisa útil para adquirir petróleo, lo que sería un topetazo demoledor para la hegemonía energética del tótem dinerario yanqui. Que Arabia Saudita se anote en el BRICS es un muy mal presagio para el imperialismo destructor que se fundamenta en la insostenible abyección del billete verde.
El BRICS no es nada más una réplica económica al esquema decadente de Bretton Woods que no ha salido del hoyo desde 2008, es también una respuesta política a los excesos de Washington en la aplicación de medidas coercitivas unilaterales a naciones que considera díscolas, algo que pone en riesgo los activos o recursos crematísticos de innumerables países del orbe que están depositados en instituciones financieras de EEUU. Las "sanciones" también son una agresión a la soberanía y la seguridad de los pueblos que son objeto de éstas. El BRICS es un reclamo a EEUU y Europa de que hay otras voces en el planeta con pleno derecho a expresarse, a actuar, y que las decisiones de hondo calado ya no se pueden tomar sólo en el reducto del G7. Hay un mundo más allá de Washington y Bruselas, un mundo que está despertando. Por lo tanto, en contraposición a la perspectiva de confrontación de la Guerra Fría y al arquetipo autoritario de la unipolaridad posterior al derrumbe de la ex URSS, se alza el planteamiento cooperativista del BRICS en el que todos aportan desde sus particularidades en la construcción de un nuevo orden internacional basado en el respeto, la fraternidad y la variedad de modelos económicos. En definitiva, el BRICS entierra el patrón que prevaleció en el planeta tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial y la imposición de la supremacía del dólar estadounidense que ha servido, sobre todo después de la extinción de la Unión Soviética y el bloque socialista de Europa Oriental, para asediar y castigar a naciones que no se subordinen a las directrices de los halcones de Washington. Que Arabia Saudita se incorpore a este bloque (el BRICS) nos advierte de una próxima jugada maestra para torpedear el dañino influjo del rectángulo glauco en las finanzas internacionales. Una economía más humana y equitativa, como la que se propone desde el socialismo, es lo que se persigue en un orbe donde predominen la multipolaridad y la cooperación. Es el principio de una nueva era. ¡Bienvenida sea!
P.D. No es casualidad que el acrónimo BRICS se asemeje al vocablo anglosajón "bricks", que significa "ladrillos" en español. No es nada más una asociación sólida y monolítica (el BRICS) dentro de la heterogeneidad que la caracteriza, sino que son certeros "ladrillos" lanzados al corazón del sistema financiero que pivota sobre el billete verde. Venezuela ha sido invitada a unirse al BRICS gracias a su incontestable dominio energético y mineral, lo que debe aprovecharse al máximo para estrechar aún más los nexos con aliados como China, Rusia o Irán y concretar la inaplazable industrialización del país. Si alguien duda de las dimensiones de lo que se avecina, que preste atención a las palabras del presidente chino, Xi Jinping, en enero de 2023, y secundadas "in situ" por el mandatario ruso Vladimir Putin: "Estamos llevando a cabo (China y Rusia) un cambio que no se ha visto en un siglo". ¡Tiempos interesantes!
(*) A pesar de que el BRICS es un referente obligado de la multipolaridad, consideramos que el orbe "pluripolar" como tal nació oficialmente el 01/10/2016 con la inclusión del yuan chino en el exclusivo club de la canasta de divisas de los Derechos Especiales de Giro (SDR, en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI). Con esta acción muy significativa, Occidente admitía el afianzado poderío de Beijing y del BRICS en general.
(**) El socialismo puso en órbita el primer satélite artificial en la historia de la Humanidad y el primer hombre que dio vueltas a la Tierra en una cápsula espacial fue un ciudadano soviético: Yuri Gagarin. El teléfono celular es un invento hecho en socialismo: Leonid Kupriyanovich registró la patente de esta innovación tecnológica en 1957. Las últimas olimpíadas de la Guerra Fría, Seúl 1988, las ganó el socialismo con la antigua Unión Soviética y la ex República Democrática Alemana en la punta del medallero. ¡Estados Unidos quedó en tercer lugar!