Economista criollo describe cómo se encuentra la economía venezolana a pocos días del proceso electoral presidencial 2024

Lunes, 15/07/2024 12:32 PM

De manera resumida, según el BCV, entre los principales indicadores macroeconómicos de Venezuela, el ritmo de la inflación acumulada está bajando, se ubica en 51,4% en los últimos 12 meses. Asimismo, el tipo de cambio oficial prácticamente está estabilizado en 36,5 bolívares por dólar.

Las reservas internacionales se ubican por el orden US$10,34 mil millones, mostrando un leve crecimiento del 5,6% en el primer semestre de 2024. Mientras que la liquidez monetaria en el mismo periodo, aumentó 70%, pasando de US$ 1,8 mil millones a 3,19. Lo que devela que la política monetaria del Gobierno está cambiando de una restrictiva a una expansiva, en el marco de un año electoral presidencial que ha conllevado a una política fiscal de aumento del gasto público.

De es forma se devela, que la relación liquidez monetaria / reservas internacionales, desde una perspectiva postkeynesiana, está mejorando, debido a que está recuperando el terreno perdido en los últimos años. Esa relación sube en el primer semestre del año, de 12,38% a 30,83%. Lo ideal es que esa relación en el corto plazo alcance el 100%, donde esa liquidez respaldada por las reservas internacionales se destine para estimular la economía productiva interna y el aumento de los ingresos de los trabajadores, a fin de estimular el consumo de bienes y servicios nacionales.

Seguimos viendo, que el Banco Central de Venezuela sigue liquidando e inyectando dólares al mercado cambiario a los importadores de oficio y otros beneficiados a discreción gubernamental (pequeños grupos selectivos), para que sigan importando y enriqueciéndose con los dólares de los 30 millones de venezolanos.

En ese sentido, vemos que aún persiste el temor aunando al chantaje de los gremios empresariales nacionales al Gobierno y al BCV, de que si no reciben los dólares que genera la industria petrolera nacional, dispararían de nuevo el dólar paralelo, generando de nuevo una inestabilidad cambiaria y una crisis económica al país.

Por cierto, el dólar paralelo ya superó los 41 bolívares por dólares, aumentando el diferencial con el dólar oficial de 4,5 bolívares por dólar, es decir, un spreed cambiario del 12,3 por ciento. Ese diferencial representa una ganancia fácil y rápida, de una mano a otra para los especuladores cambiarios, dado que reciben un dólar oficial a 36,5 y lo vende en el paralelo a 41. Es un negocio redondo para las marías del mercado negro del dólar en Venezuela.

Mientras tanto, el salario mínimo de la clase laboral venezolana sigue estancado desde hace dos años en Bs. 130 (US$ 3,56) y el poder adquisitivo del ingreso mínimo vital, compuesto en un 97% por bonos presidenciales, continúa perdiendo valor sigilosamente, porque todos los economistas del Gobierno saben que si hay inflación y no se indexa el ingreso mínimo vital al mismo ritmo de la inflación, entonces, hay pérdida del poder adquisitivo, que lleva como consecuencia el aumento del empobrecimiento colectivo.

Al final, de esa dinámica económica compleja, según el Fondo Monetario Internacional el Producto Interno Bruto (PIB) se ubica alrededor de los US$ 102 mil millones de dólares, mostrando un ritmo de crecimiento económico en los últimos 11 trimestre debido a la recuperación de la producción petrolera, que según Pdvsa ya supera los 970 mil barriles diarios. Ya se acerca al millón de barriles mensuales, no obstante, estos ingresos, así como llegan al fisco nacional, inmediatamente vuelven a salir por la vía de las importaciones de mercancías de todo tipo, que como dije, enriquecen a pocos importadores nacionales y a las economías de donde provienen las importaciones, como China, Estados Unidos y Colombia, entre otros.

Como efecto de esa situación, seguimos siendo una economía altamente dependiente de las importaciones, más allá que algunos sectores como la agroindustria esté repuntado y satisfaciendo las necesidades del consumo nacional en un 90%.

Como resumen, la realidad económica a 15 días del proceso electoral presidencial 2024, nos muestra un país con una inflación del 51,4%, aún entre las más altas del planeta, con un crecimiento económico gracias a las exportaciones petroleras, pero con salarios deprimidos y un desempleo en aumento, que nos ubican entre las economías en crecimiento pero con altos niveles de desigualdad, es decir, se crece pero sin inclusión laboral y social.

¿Qué significa eso? ¿Cómo podemos calificar la economía venezolana a pocos días de las elecciones presidenciales de 2024?

Que la economía nacional no ha superado ninguna de sus fallas estructurales histórica de los últimos 60 años, que en campañas electorales presidenciales todos los candidatos te prometen superar. Esa situación es una muestra más de ver como pasa el tiempo y persisten esas fallas que nos mantienen como una sociedad bien alejada del desarrollo, de llegar a ser una economía emergente y de alcanzar un proceso de industrialización distinta al sector petrolero.

FALLAS ESTRUCTURALES DE LA ECONOMÍA VENEZOLANA

¿Cuáles son esas fallas estructurales de qué hablamos, y que ningún candidato presidencial quiere debatir y mucho menos se atreven a dar soluciones?

• Economía altamente dependiente de los ingresos petroleros.

• País dependiente de importaciones

• Economía inflacionaria.

• Pérdida permanente del poder adquisitivo del bolívar y de los salarios en bolívares.

• Economía endeudada.

• La corrupción en Venezuela

• Existencia de monopolios en el mercado de bienes y servicios de primera necesidad.

PREGUNTAS QUE NINGÚN CANDIDATO RESPONDE

Todavía quedan las grandes preguntas que los candidatos presidenciales no responden ni ponen en el tapete del debate público:

• ¿Qué van hacer para solucionar esas fallas estructurales de la economía venezolana?

• ¿Será que ahora los trabajadores, pensionados y jubilados venezolanos estamos predestinados a vivir en la miseria hasta que el imperio yanqui decida desbloquearnos PDVSA y liberen el acceso a los sistemas financieros mundiales?

• ¿Hay formas de aumentar los ingresos de la clase laboral en el corto plazo para hacer respetar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela?

• ¿Es más importante usar los pocos ingresos para gastos de gestión y para que los empresarios sigan importando, en vez de aumentar salarios y pensiones?

• ¿Hay formas de generar dinero endógeno para resolver las deudas laborales?

• ¿Qué hicieron otros países igualmente sancionados y bloqueados como Venezuela.

Sólo he escuchado a algunos candidatos plantear que de llegar a la presidencia la única solución económica que plantean es acudir al Fondo Monetario Internacional y al Bando Interamericano de Desarrollo (BID) para dejarles esa problemática a los asesores y gánster económicos que ellos tienen. Una problemática acumulada y generada por los enfrentamientos viscerales e ideológicos de los políticos, la mala gestión administrativa de los fondos públicos y la corrupción de los últimos años.

¡Dios nos agarre confesados a todos los venezolanos y venezolanas dentro y fuera del país!

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