Cuando Maduro habló de guerra cibernética, que los enemigos se aprestaron a desmentir, ahora se agrega un brutal sabotaje eléctrico, con tremendos bajones que dañan todos los aparatos del hogar. No hubo apagones durante unos días antes de las elecciones y hasta unos días después. Pero desde hace tres días, el país viene sufriendo verdaderos golpes eléctricos, que ya fue denunciado por el nuevo ministro de Justicia, quien explicó dónde ocurrieron los desastres.
Y es obvio que no solo el imperio y este par de orates están en la componenda de llevar al país por la violencia porque, cómo puede explicarse, por ejemplo, que el dólar aparezca de la noche a la mañana, de 40 bolívares a 44,50 bolívares. De hecho, poderosos importadores de Valencia mantienen las puertas de sus almacenes cerrados allá en el centro, porque es mejor negocio mantenerlo cerrado, hasta que no sepa con exactitud, cuál será el precio final del dólar. En realidad, el dólar a 40 bolívares ya era caro, porque el Banco Central de Venezuela siempre ha jugado en el rango de los 35 bolívares, más, o menos. Bueno, subirle 4 bolívares al dólar de un solo guamazo está multiplicando los precios de una manera asombrosa. Un fenómeno curioso es que, en estos últimos tres días, han desaparecido el 80% de los buhoneros en La Isabelica y Flor Amarillo. Estuve investigando y es que no quieren comprar mercancía, porque si venden hoy a 44 al público, mañana tienen que comprar a 46 al mayorista. Es decir, ni siquiera ganaron para comprar al otro día, y aquí todo el mundo trabaja con dólares, todos sabemos eso.
Sin duda es un ataque a la economía y al Gobierno, porque no es fácil mantener el precio sin fluctuar. El Gobierno ha logrado estabilizarlo inyectando dólares todos los días, dólares que llegan a la banca para que lo distribuyan, pero resulta que la banca compra el 60% de los dólares y saca solo el 40% para la subasta, que solo lo compran los importadores, los mayoristas y los grandes almacenes. Todos están en la jugada del imperio, bajo el viejo precepto de si le das con todo a las finanzas y comienzas a generar desabastecimiento, viene el caos de nuevo. Es la razón por la que toda la vida he dicho que el enemigo principal de este proceso es la banca, porque es la que tiene capacidad para hacer estos sabotajes, organizar la crisis y decir dónde golpear.
No hay duda. La guerra será mucho más difícil.