Todos sabemos que, en la relación de trabajo asalariado, el trabajador aporta su "fuerza de trabajo".
¿Qué es la fuerza de trabajo?
Es la energía vital del trabajador, sea esta física, intelectual o ambas. En definitiva, la fuerza de trabajo es sencillamente la vida del trabajador. Es decir, el trabajador lo que aporta es su propia vida en la relación de trabajo asalariado.
Desde que fue abolida la esclavitud: porque salía más barato pagarles a los trabajadores un "ingreso" en lugar de mantenerlos; los trabajadores fueron sometidos a toda clase de abusos, percibiendo sólo esa contraprestación dineraria con la que apenas podían cubrir las necesidades más elementales; así el trabajador viviría en un permanente estado de subsistencia.
Algunos economistas, describiendo esa realidad, llegaron a hablar de la Ley del Hierro, según la cual los salarios de los trabajadores tienden a estabilizarse en el nivel mínimo necesario para su subsistencia, independientemente de los beneficios económicos de una sociedad o las mejoras en la productividad. Incluso, han justificado ese hecho, afirmando que el aumento de salarios incentivaría a más personas a unirse al mercado laboral, aumentando la oferta de trabajadores y provocando una caída de los salarios nuevamente al nivel de subsistencia.
Con afirmaciones como esa, pareciera entonces que los trabajadores asalariados están destinados por la providencia a vivir pobres. – como diría Perucho Conde: "No me jo…ra nada el enfermo."-.
En la explicación de la Ley del Hierro, los economistas se han comportado como los filósofos a los que se refería Carlos Marx en su tesis undécima, cuando dijo que los filósofos sólo han interpretado el mundo de diversas maneras, pero que lo que se necesita es transformarlo.
No obstante las concepción que acabamos de describir, los trabajadores han luchado por centurias para la construcción de un "salario", como el que conocemos hoy en día, que les proteja lo que ellos aportan en la relación de trabajo: SU VIDA.
Gracias a esas luchas -porque ya está demostrado que los derechos siempre son el resultado de luchas -, es que surgieron, como parte del salario, las vacaciones (porque el ser humano requiere descanso y esparcimiento para compartir con su familia); las utilidades (como reconocimiento del gran aporte que realizan los trabajadores asalariados en la construcción de la riqueza social); las prestaciones (como una protección para cuando el trabajador, por cualquier causa, quede cesante); las jubilaciones (como la mayor protección y reconocimiento a quienes le aportaron la mayor parte de su vida a la producción de riquezas para la sociedad) y así otros tantos aportes que reciben los trabajadores asalariados, cuyos montos siempre guardan relación con la cantidad recibida como salario.
Son los trabajadores los que crean las riquezas que satisfacen las necesidades materiales e inmateriales de todos los seres humanos.
El salario, como lo acabamos de describir, se resume en un instrumento para la protección de la vida del trabajador.
Los liberales y neoliberales siempre han soñado con desaparecer el "salario"; consideramos que esa aspiración de los liberales y neoliberales obedece al desconocimiento de que en la medida de que el trabajador se sienta más satisfecho con lo que gana, en esa medida produce más y al reducirse las desigualdades, se reduce la violencia social y las propiedades estarán más seguras. Los socialistas saben eso y saben que la esencia del valor de las riquezas está en el trabajo y el trabajo no es otra cosa que el esfuerzo de los trabajadores en el proceso productivo; por eso los socialistas SIEMPRE protegen al trabajador porque en él está la génesis de la producción.
Aquí no se trata de que si es primero el huevo o la gallina. Sin trabajador no hay producción y un trabajador que no cubra sus necesidades no produce lo que la sociedad demanda o requiere. Es aquí donde juega un papel crucial la protección de la vida del trabajador, y su primera y principal protección está en el SALARIO.