31 de diciembre de 2019.- El 2020 proyecta una situación menos mala en lo que se refiere a los números de la economía venezolana, cosa que no la aleja de su crisis, según se desprende el análisis del economista Manuel Sutherland.
"A diferencia de lo que muchos piensan no creo que la economía sea nefasta, no creo que el PIB se desplome más. Si el gobierno sigue con su política de apertura y flexibilización de la economía, algún fenómeno impredecible puede ocurrir, como es el caso de la evidente oxigenación de la economía que se nota al cierre del año 2019 con el fenómeno de los bodegones. Todo esto en paralelo a la nefastas políticas del encaje legal, que mantienen asfixiada a la banca privada del país".
Sutherland destacó que "la economía debería crecer para el venidero año 2020, si no sucede algo político extraordinario, considero que las importaciones deben incrementarse, también es posible que se genere alguna apertura en el sector petrolero, teniendo como resultado, una leve recuperación de la producción como se está evidenciando ahora y una posible recuperación de la inversión extranjera".
Sin embargo, advierte que más allá de esta posibilidad "se mantendrá la inflación alta, sosteniendo la contracción monetaria".
Es importante destacar que el desempleo no es el reflejo de los indicadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a que los salarios son muy bajos, todo esto sumado a la profundización de la migración de venezolano por la crítica situación económica", dice el economista miembro del Centro de Investigación y Formación Obrera.
Sobre la evidente dolarización de la economía venezolana, Sutherland destacó que "la podemos definir, como que estamos en presencia de un modelo impuesto por la propia vorágine del mercado, no oficializada por el Estado pero sí vivida y experimentada de forma ahogadora. Un modelo que lo vivimos cotidianamente en la calle, esto se debe en mayor medida, porque la cantidad inexistente de circulante en bolívares, todo esto sumando a que el valor monetario de bolívar ha perdido sustancialmente su poder adquisitivo en la vida cotidiana de los venezolanos".
"Tenemos un mercado constreñido y seco, por esta razón del mercado venezolano se ve en la obligación de pagar en otras formas financieras como es el dólar, el peso colombiano, el gramo de oro, el trueque entre otros. Esta realidad es la respuesta del venezolano ante la escasez del dinero en efectivo de nuestro símbolo monetario. Esta realidad no es una dolarización formal, pero es producto de un micro menudeo para generar formas de pago alternativas ante la crítica situación del país actual" resaltó Sutherland.
Para finalizar tocó el tema salarial y afirmó que "estamos en presencia de una economía hipertrofiada, e impredecible, actualmente se estima que se requieren 10 salarios mínimos para poder subsistir en la Venezuela al cierre del año 2019. La inflación puede rozar de 600 a 800 mil por ciento, todo esto dependiendo de la política que se pueda desarrollar para el 2020".