Cuando hablamos de Edad Media, hablamos de un período histórico que abarca desde el siglo V hasta el siglo XV. Diez siglos de historia que comienza con la caída de Imperio Romano de Occidente, en el año 476 d.C. y que se da por finalizado a finales del siglo XV, en 1492, con la invasión y el genocidio al Continente Americano.
El Imperio selyúcida fue un estado turco y se extendió por los actuales Irán, Irak y Anatolia entre los siglos XI y XIII. Los selyúcidas eran originarios del norte del mar de Aral. En el siglo X se islamizan adoptando la rama del sunnismo de esta religión.
Durante las Cruzadas contra los musulmanes en el Medioevo, la mayoría de la cristiandad culpaba particularmente a los turcos selyúcidas (considerados como los antepasados directos de los turcos sudoccidentales, los habitantes actuales de Turquía, Azerbaiyán, y Turkmenistán), de quienes se decía que en Jerusalén no fueron tan benévolos con los cristianos como los sarracenos. Por eso, para un cristiano promedio de la época, un turco era la causa de todos los males, no solo de los derivados directamente de la guerra, sino también de catástrofes naturales, enfermedades o accidentes. El soldado cristiano que le cortaba la cabeza a un turco, la colgaba en un lugar donde estuviera bien visible y le culpaba de todos sus males. Desde entonces se utiliza esta expresión, cuando alguien, que no ha tenido nada que ver con aquello de lo que se le acusa, carga con todas las culpas, es decir, “cabeza de turco”. Sin pretender ofrendar un karma histórico con mencionar el recuento, posteriormente el Imperio Turco Otomano asolaría a la Europa cristiana [1].
En algunas instituciones universitarias, se pretende echarle toda la culpabilidad de los males que ella sufre a los profesores universitarios. Y éstos se resisten a asistir a reuniones con las autoridades porque los regañan, los insultan y los maltratan; además que éstas no cumplen con los acuerdos y las obligaciones para el mejoramiento de la propia institución.
Las instituciones de educación están en la obligación de facilitarles a los docentes las herramientas pedagógicas para el buen desempeño dentro del aula, tales como: marcadores, proyectores, video beam, rotafolios, copias, etc.. Igualmente, para el cumplimiento de los objetivos de excelencia universitaria, las instituciones tienen que preparar, capacitar y mejorar la formación docente de sus profesores a través de cursos de capacitación pedagógica y profesional gratuitos. No todo puede tener intereses económicos y capitalistas que tanto rechazamos.
Asimismo, la universidad no puede pretender que los profesores universitarios y facilitadores subsidien su burocracia administrativa. ESTO ES EL COLMO. Se tiene que acabar con estos vicios y no afectar el poder adquisitivo de sus trabajadores. Si se tiene cuatro (4) dedos de frente se pueden hacer los correctivos necesarios para estos casos.
No puede haber ningún cambio si no hay intención de hacerlo. No asumir una posición negativa o de que no se puede ante las cosas. Se puede estar derrotado en todos los aspectos; pero no permitamos que esto llegue a nuestra mente. Si se piensa que contra algo no se puede hacer nada, ya declaramos nuestra derrota; pero si mantenemos en nuestra mente la intención de que se puede, entonces es más probable que lo logremos. En la superación de estas dificultades está la muestra y la aplicación de toda nuestra capacidad y talento.
Es bien entendido, que la situación país afecta enormemente a la actividad académica de los centros de estudios, como lo son la geopolítica internacional y su injerencia directa en los asuntos internos, la hiperinflación no controlada y el mal manejo de la economía. Pero también hay una gran responsabilidad de las instituciones de saber conducir con éxito su desenvolvimiento y darle al estudiantado todas las ventajas competitivas para que pueda lograr sus objetivos académicos de alta excelencia.
Es innegable la difícil situación económica que enfrenta la mayoría de venezolanos a diario, en un país donde, en estos momentos, las oportunidades son tan escasas y la obtención de cantidades importantes de dinero se ve casi siempre asociada al bloqueo económico impuesto por el imperio norteamericano, lo más común es que el ciudadano promedio baje su mirada y con cierta desazón afirme “¡Nos tocó esta desgracia!”.
"Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad": Simón Bolívar
Carta del Libertador Simón Bolívar al Coronel Patricio Campbell [2], fechada en Guayaquil, 05 de Agosto de 1829
¿Por qué tantas personas incompetentes logran ser jefes?
Como sociedad, nos encanta la incompetencia en las personas hasta el punto de recompensarlas por ello. Al elegir a una persona, enfrentamos una responsabilidad considerable pero, de manera incomprensible, seleccionamos a estas personas sin probar o verificar si nuestras elecciones son buenas para nosotros, para nuestra institución o incluso para el país al que los ponemos a cargo.
En primer lugar, "nos centramos demasiado en la confianza y muy poco en la competencia", y "a menudo tomamos una decisión basada en una interacción a corto plazo, como una entrevista de trabajo o un debate televisado (en políticos)".
En segundo lugar, "nos centramos mucho en el carisma y no lo suficiente en la humildad".
Prestamos atención a la humildad, pero en última instancia preferimos personas divertidas, encantadoras y carismáticas.
Se tiene que tomar decisiones, - aun faltando datos - , para ver realmente si esas personas, que ocupan cargos de responsabilidad dentro de las instituciones, se están desempeñando bien o no. Como consecuencia, nos fijamos mucho más en su estilo y en lo que parece que pueden poner sobre la mesa, más que en su habilidad real para conducir [3].
Y como decía el Ché: “Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo verificación, van cayendo en la rutina, van cayendo en el conformismo y acaban por ser simplemente un recuerdo” [4].
La crisis histórica de la humanidad se expresa en su crisis de dirección revolucionaria.
Ustedes, estimados colegas, podrán citar sus propios ejemplos. La justicia humana aspira a la perfección, pero es eso: perfectible. En nuestra vida no profesional, no juzgamos a nadie, no podemos saber las circunstancias que han llevado a una persona a ser quien es. A lo sumo, elegimos la distancia a la que queremos estar de ella. Le pedimos a Dios sabiduría para nunca colocar un estandarte que pueda confundirse con una cabeza de turco.
REFERENCIAS
1.- http://origenlenguaje.blogspot.com/2016/03/origen-de-la-expresion-ser-cabeza-de.html
2.- http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/buscador/spip.php?article3309