Docente y decente

Miércoles, 22/01/2020 01:44 PM

Venezuela 1932. La férrea dictadura de Juan Vicente Gómez, El Bagre, transitaba casi de dos décadas y media en el poder. Ello quiere decir que para la fecha citada apenas le faltaba un año para alcanzar los cinco lustros como dictador. ¿Alguien presagiaría que le quedaban cuatros años de existencia? El Imperialismo norteamericano no sólo apoyo inquebrantablemente al Benemérito, como también llamaban a Gómez, sino que había expoliado, saqueado y robado nuestras riquezas petroleras a diestra y siniestra. A la muerte del general, un fragmento de una pieza de tango se cantaba y tarareaba en las esquinas, en las casas, en las reuniones, en los bares, en los barrios y urbanizaciones, a propósito de la venida de El Morocho del Abasto, Carlos Gardel: sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando. La más larga dictadura arribaría ese año 1932 a sus 24 años. El país experimentaba su paso de una Venezuela a otra. La penúltima dictadura más larga de la historia patria duraría un total 27 años. Cabría citar, por lo menos, tres autores: a Domingo Alberto Rangel: Gómez, el amo del poder. A Rafael Simón Jiménez, Gómez al asalto del poder y a Juan Bosch, Juan Vicente Gómez, camino del poder.

Algunos otros sucesos de aquel 1932, nos brindan el contexto histórico-social de entonces: comienza sus trasmisiones de Radio Difusora Venezuela y se inaugura el primer programa de noticias a través de ondas hertzianas. Se llamaría El Diario Hablado, trasmitido por Radio Caracas Radio. Si en los Estado Unidos llegaría la radio en el año 1920; en Venezuela arribaría seis años después, en el año 1926. Quizás, por esa herencia primigenia Venezuela es un país de habla y oído. El chisme constituye el gran y definitivo deporte nacional. Posiblemente rendimos tributo a aquel adagio: lo que se cuenta es lo que se goza.

Ese mismo año se cumple con el Laudo Arbitral de París que implicaba a Brasil, la Guayana Británica y Venezuela. En Caracas se crea la urbanización de Maripérez y se estrena en el Ateneo de Maracay la película: La Venus de Nácar de Efraín Gómez. Sería la primera cinta sonora de Venezuela y duraría 7 minutos y se inician las perforaciones petroleras en El Tigre. Ese mismo año el dólar se cotizó a 7, 64 Bolívares y se reinaugura el teatro Baralt de Maracaibo. En noviembre de ese año un huracán, de categoría 2, recorre paralelamente las costas venezolanas a 120 km de distancia, sin dejar daños significativos

El 15 de enero de 1932, el ilustre y extraordinario maestro, Luis Beltrán Prieto Figueroa crea la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria, (SVMIP). Los maestros y maestras emprendieron además de las labores gremiales, fundaron el órgano divulgativo del gremio: la Revista Pedagógica y en el año 1934, realizaron un seminario para precisar las deficiencias y requerimientos educativos del Sistema Escolar. El país docente se proponía modernizar la educación, particularmente la primaria. Las luchas emprendidas por los y las docentes aquel año tuvieron su repercusión en el gobierno de Isaías Medina Angarita. En plena dictadura gomecista, un grupo de educadores conformó una asociación con el propósito de defender los derechos laborales de los maestros(as) y mejorar el sistema educativo en Venezuela. 

La reacción de la dictadura gomecista no se hizo esperar. Su ministro de Instrucción Pública ordenaría a los y a las docentes separarse de aquella Sociedad de Maestros. La lucha clandestina tomo fuerza y se realizaría hasta la muerte del dictador. Una lucha furtiva tomó por asalto a la mayoría pedagógica del país. En el año de 1936, es convocada la Asamblea Nacional de Docentes y en el marco de aquel significativo evento se funda la Federación Venezolana de Maestros (FVM).

En el gobierno del General Isaías Medina Angarita, la Federación Venezolana de Maestros, encaminó sus labores hacia la modernización de la educación y las mejoras de las condiciones de los educadores(as) y reconoció la importancia de su labor decretando la celebración del Día del Maestro el 15 de enero de cada año.

Durante la dictadura del general Marcos Evangelista Pérez Jiménez, 1948-1958, la Federación vivencia persecución, represión y hostilidad por parte del gobierno. Relaciones tremendamente tensas no impidieron que los maestros y maestras emprendieran una inmensa batalla por la democracia. El gobierno para hacer invisible el carácter revolucionario y gremial de la federación cambiaría la celebración del Día del Maestro para el 29 de noviembre con el pretexto de rendirle honor a Don Andrés Bello. Pero los docentes evocaron al poeta Lazo Martí al decir: es tiempo de que vuelvas; es tiempo de que tornes.

La caída de la última dictadura militar del siglo XX venezolano se sucedería el 23 de enero del año 1958. De esa manera se abrió el camino de la democracia burguesa, formal y representativa, la cual retomó la fecha inicial de la celebración del Día del Maestro, el 15 de enero de cada año nuevo.

A propósito de la fiesta del Día del Maestro una paradoja parece asomarse desde un contexto histórico-social específico: la escuela. Y tal antinomia, tal contradicción, se expresa entre el maestro o maestra bolivariano y el maestro o maestra tradicional. Quizás una gran síntesis de ambos convoque a una salida intermedia, mágica, dialéctica, posiblemente insurrecta. Pero de lo que sí es seguro es que resulta impostergable, necesario, histórico formar a un o una docente con un perfil revolucionario y socialista; creador y transformador. Un educador o una educadora que sepa batallar sus reivindicaciones; sus conquistas gremiales; su dignidad como trabajador intelectual y cultural. Un educador o educadora que sepa de su decencia como profesional, que sepa de su vital importancia para el alma del pueblo.  Un docente que se entregue a la transformación de las almas de sus alumnos y alumnas. Un docente que internalice la dimensión histórica-política y social-cultural de la revolución, de la democracia participativa y protagónica y, finalmente, de la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Un docente que sea constructor y facilitador; promotor y creador de un Estado democrático y social de Derecho y Justicia. En esta batalla por una educación liberadora resulta necesario afirmar lo dicho por el Supremo Comandante, Hugo Rafael Chávez Frías: Esta batalla también la ganaremos, por la vida, por la patria y por la revolución. Definitiva, categórica y concluyentemente una máxima hemos creado para cuando nos pregunta que profesión tenemos y no es otra que responder Docente y Decente.

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