Maduro masacraste la universidad, cuando más la necesitabamos

Jueves, 26/03/2020 07:35 AM

QUE DISTINTO SERIA, SI EL LLAMADO CHAVISMO Y PARTICULARMENTE MADURO, HUBIESEN ENTENDIDO, QUE NUESTRA UNIVERSIDAD ES LA QUE TIENE QUE RESPONDER EN MOMENTOS COMO LO QUE ESTAMOS VIVIENDO.-

Hoy día, podemos entender que nuestras universidades autónomas y mal llamadas democráticas, están llenas de vicios, de corruptelas, de incapacidades y de complejos, pero también hay que señalar que allí se encuentran personas con suficiente moral, capacidad académica, científica y técnica, para poder entender que con ellas se puede tener una universidad verdaderamente al servicio de un pueblo, de una nación y de un país, que busca el desarrollo armónico de toda una sociedad, a la cual hay que sacarla del subdesarrollo en que se encuentra.

La realidad muestra todo lo contrario, nuestras universidades se hallan estranguladas, la deserción de alumnos no tiene límite, los docentes huyen hacia otras naciones donde los valoren, no hay presupuesto que verdaderamente se ajuste a la realidad para tener profesores e investigadores bien pagados, además de las actividades de extensión que la proyecten y un ejemplo de lo que estamos diciendo, es que la misma se ha visto en cerrar la mayoría de sus post grados por culpa de una clase política y económica que nunca ha tenido claro o bien por ignorancia o desconocimiento, que para generar una nación prospera hay que tener un proyecto de país, que encuentre el camino del nacionalismo autentico, que resalte sin complejos de inferioridad nuestra total autonomía como nación y es allí donde entra a jugar protagonismo nuestras universidades, para poder sacar a Venezuela del estancamiento, en que la han sumido los políticos y sus respectivos partidos, que sólo piensan en cómo repartirse el erario público que pertenece en igual de condiciones a todos los venezolanos.

Que distinto seria, si el llamado chavismo y particularmente Maduro, hubiese entendido que la solución no está en comprar chatarra armamentista para hacer negocios fraudulentos y utilizar la misma para reprimir al pueblo que sale a protestar por sus derechos, que nuestra universidad es la que tiene que responder en momentos como los que estamos viviendo, en materia económica, política y sobre todo en materia de salud, PARA DAR RESPUESTA ANTE LA CRISIS QUE VIVIMOS, pues en ella recae el desarrollo de la ciencia y la tecnología que un país debería de tener, para que se pueda romper con la dependencia tecnológica y científica y poder impulsar y materializar la calidad de vida de todo un pueblo.

La complicidad del gobierno y de la misma oposición, con los intereses del gran capital, nos han conducido a vivir en condiciones paupérrimas y donde muchos venezolanos han perdido la vida. Pareciera que en los actuales momentos no tenemos escapatoria si no nos organizamos, si no creemos en nosotros mismos y si no enfrentamos a los corruptos llámense de derecha o izquierda.

Lo poco que queda de nuestras universidades –si queremos salvarla- se encuentra en la obligación de librar duras batallas, contra quienes quieren definitivamente acabarla, es la calle donde hay que redimir la importancia de nuestras universidades. De lo contrario nos hundiremos en el más perverso oscurantismo.

LA CRISIS QUE PADECEMOS

Si algo hay que tener claro, es que nuestra universidad no deja de copiar modelos académicos que no corresponden con nuestra realidad latinoamericana, las pocas reformas o cambios que se han querido realizar se ubican dentro del neoliberalismo salvaje que promociona el mundo de la globalización, donde los intereses se encuentran dentro del escenario del mercado, situación que viene induciendo la crisis que padecemos. Este modelo mercantil no debería tutelar las interacciones de la universidad consigo misma y con la sociedad.

Una universidad divorciada de su entorno social, no puede llegar a tener vigencia en las realidades que problematizan en todos los órdenes un país, pues sus líneas de investigación –si es que las tienen- no responde a escudriñar, revisar, encontrar y mucho menos a dar salidas que faciliten dar solución a tanto problema social, político y económico que no dejan encontrar un camino para el desarrollo integral de la nación.

Tal y como lo señala Rafael Polan en su artículo titulado "La universidad que queremos" debería estar "Comprometida socialmente. La universidad que queremos se define por el compromiso con el bien común y la justicia social. Esto implica transformar sus planes de estudio, sus líneas de investigación y el modo como se relaciona con los problemas sociales, para hacer visibles las injusticias y sus causas, y desarrollar la capacidad de promover un mundo mejor". (Artículo publicado originalmente en la bitácora Tribunas).

Partiendo de estas reflexiones, se tiene entonces una gran tarea, la concientización interna de esta problemática en toda la comunidad universitaria. Que los gobiernos entiendan que a la universidad hay que entregarle los recursos necesarios para su desarrollo científico, tecnológico y académico y en librar una dura lucha contra quienes han vivido de la universidad de manera parasitaria.

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