Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), más de 1.500 millones de estudiantes a nivel mundial están afectados por la pandemia del Coronavirus. Hasta finales del mes de marzo 185 países, que tienen el 89,4% de la población estudiantil del planeta, han aplicado la medida de cierre de escuelas, centros escolares, institutos educativos y universidades.
El distanciamiento social, recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las medidas más efectivas para evitar la proliferación de la pandemia del covid 19, llevó a los gobiernos a tomar la inexorable decisión del cierre de escuelas y centros educativos a lo largo y ancho del planeta.
Ante esta inédita realidad en la historia moderna de la educación, la UNESCO ha formulado un decálogo para educar on line en tiempos de coronavirus. Estas recomendaciones están dirigidas especialmente a los docentes y los centros educativos. También, en este contexto, ha propuesto la Coalición Mundial para la Educación.
Las iniciativas más que valiosas, parecen incuestionables, pero cuando comienzas a enterarte de que entre algunas de las entidades que ya participan de la propuesta de Coalición Mundial para la Educación están: Microsoft, Facebook, organizaciones como, Khan Academy y Google for Education y en España la Fundación Telefónica, comienzan a surgir sospechas razonables. De cualquier manera, conocer la propuesta de UNESCO se hace obligatorio para quienes están vinculados a la educación en cualquier región del planeta en nuestros días.
Quizás en aquellas sociedades donde el avance y desarrollo de las tecnologías ha alcanzado un importante nivel de masificación, instrumentar las opciones que recomienda la UNESCO cobra sentido, pero en las sociedades donde el acceso a tecnologías está limitado a minorías, presenta serios escollos.
En entrevista a Monique Dols, integrante de la AFT (American Federation of Teachers), quien es educadora de la primera infancia en Nueva York, ante la pregunta¿ Qué piensas sobre la enseñanza/aprendizaje a distancia en medio de la pandemia?, la educadora responde, "El aprendizaje a distancia exacerba las desigualdades que existían antes de la crisis. El primer problema, por supuesto, es el acceso: el acceso a las computadoras y tablets, familias que tienen acceso a dispositivos de uso compartido entre muchas personas y el acceso constante a wi-fi. Pero también hay una cuestión de alfabetización informática y tecnológica, que tiene muchas características de clase. Algunas escuelas fueron capaces de pasar a la enseñanza a distancia mucho más fácil que otras porque tenían mejores recursos y ya tenían elementos de aprendizaje a distancia funcionando, tecnología y plataformas con las que el personal y los estudiantes y familias ya estaban familiarizados. Pero para muchas escuelas públicas esto es un mundo completamente desconocido".
No es la respuesta de una maestra de Rocinha, una de las favelas más pobres de Río de Janeiro, ni de una docente de cualquier otra comunidad pobre de cualquiera de los países latinoamericanos en los cuales el acceso de las mayorías a las tecnologías sigue siendo una utopía inalcanzable. La respuesta a la pregunta que ha dado una maestra de la ciudad de Nueva York, deja claro que el coronavirus no sólo vino a mostrar las deficiencias del sistema sanitario público en los EE UU sino que la educación pública también presenta muchas de las deficiencias de las sociedades con economías deprimidas.
El caso Venezuela.
Venezuela, uno de los países del continente americano que primero comenzó a aplicar la medida de distanciamiento social, para evitar la expansión del covid19, dos días después de que la OMS decretara la pandemia, decidió el 13 de marzo suspender las actividades escolares en todos sus niveles.
Posteriormente, una vez decretada la cuarentena, se anunció la puesta en marcha de la consulta, a través del Sistema Patria, de la propuesta para la culminación del año escolar a distancia. Según los resultados anunciados un 90% de los encuestados estuvo de acuerdo en culminar el año escolar a distancia. La consulta realizada, según lo publicado en el portal informativo YVKE, "se centra en el concepto de educación a distancia, en la que se aplicarían diferentes herramientas que serán adaptadas a la realidad de cada territorio"
Según esto último, se puede afirmar que más que educación on line, educación remota o teleducación, que ha planteado la UNESCO, en Venezuela se está instrumentando una propuesta de educación a distancia, quizás recurriendo a los conceptos más clásicos existentes en esta materia.
En el contexto de la guerra económica a la que ha sido sometida Venezuela, desde la partida física de Hugo Chávez (2013) que conjugada con serias distorsiones en el modelo político que Chávez impulsó desde 1.998, no luce fácil que los educadores y el sistema educativo salgan bien parados del giro de 180° que está imponiendo la cuarentena. Nadie debería dejar de reconocer la "crisis educativa" que padece el país.
Ya el Presidente manifestó, previo a la consulta, que "de acuerdo a la evolución de la enfermedad infecciosa en Venezuela, es necesario idear estrategias sobre el próximo año escolar, de modo de contar con diferentes alternativas en caso de que se dificulte él período escolar 2010-2021".
Más allá de una mera propaganda oficialista y de simulaciones que pretendan llevarnos a la conclusión irrefutable de que la culminación del año escolar 2019-2020 será todo un éxito, parece ineludible que se le ponga la mayor seriedad a este asunto.