La educación a distancia basada en materiales impresos

Sábado, 25/04/2020 03:55 PM

La emergencia ocasionada por la pandemia del COVID-19 ha obligado a millones de personas a mantenerse en aislamiento unas de otras, a adoptar algo que ha sido denominado distanciamiento social. Todos los ámbitos de la actividad humana de han visto afectados. La educación formal no ha sido excepción. En el caso venezolano, el Ejecutivo Nacional ha centrado su atención en las medidas sanitarias, en la preservación de la salud de la mayoría. Poco a poco ha ido tomando medidas en otros ámbitos. En el caso de la educación formal el Ejecutivo Nacional como tomó como primera medida tomó la suspensión de las actividades académicas presenciales en todas las instituciones educativas de todo el sistema educativo. Luego resolvió suspender definitivamente las actividades educativas presenciales por lo que resta del año escolar 2019-2020. Ante esta situación fueron lanzadas dos consignas políticas "Cada hogar una escuela" y "La universidad en casa", digo políticas porque estas consignas estaban vacías de contenido. Luego, al estilo Eudomar Santos, fueron apareciendo propuestas para llenar las consignas de contenido. En sus primeros anuncios el presidente Maduro afirmó que el año escolar sería culminado on-line. Después, otros altos funcionarios del gobierno han hablado de educación a distancia. Y lo más reciente que ha sido anunciado es un programa de televisión educativa. En fin, lo cierto es que toda esta situación a promovido una discusión en torno a la educación a distancia. En esta discusión se han manifestado muchos actores y ha quedado en evidencia la confusión en torno a qué realmente es la educación a distancia. He leído artículos donde se confunde enseñanza virtual con educación a distancia o con educación on-line, en otros se manejan términos sin sentido como auto-aprendizaje (algo así como auto-suicidio), lo cual hace necesario aclarar conceptos para que la discusión resulte productiva. En algunos artículos anteriores en Aporrea me he referido a algunos de estos asuntos (ver: https://www.aporrea.org/educacion/a289478.html). En este artículo voy a tratar la educación a distancia basada en materiales impresos como una de las variantes de esta opción pedagógica.

¿Qué es la educación a distancia? Una característica del campo de la educación es que resulta muy difícil llegar a un acuerdo acerca de una definición única para sus conceptos. Cualquiera que haya estudiado por ejemplo un curso de currículo entiende a que me refiero. Sin embargo, podemos identificar algunas características esenciales de esta opción pedagógica compartidas por la mayoría de los académicos. Quiero resaltar que caracterizo a la educación a distancia como una opción pedagógica, en parte para enfatizar su vinculación vital con la pedagogía. Adelanto aquí, que no estoy de acuerdo con la adopción de la andragogía, la cual además considero innecesaria en el contexto latinoamericano, con una enorme tradición pedagógica sobre todo en educación de adultos. Pero eso es tema para otro artículo. Esta opción pedagógica surge ante la necesidad de educar a un gran número de personas que donde habitan no tienen acceso a instituciones educativas, que por condiciones personales (trabajan, tienen limitaciones de movilidad, etc.) no pueden asistir regularmente a las instituciones existentes o que el profesor no se puede trasladar y permanecer en el lugar donde exista una determinada necesidad de formación, es decir, se parte de un principio de justicia social, de garantizar el acceso a la educación formal a todos. No se trata de ofrecer oportunidades de estudio, se trata de hacer posible el estudio. Uno de los primeros países en iniciar un programa masivo de educación a distancia a varios niveles fue la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS) y la Open University (Universidad Abierta) de Inglaterra, especialmente dirigida a las y los trabajadores, fue fundada por el Partido Laborista. Una de las características básicas de la educación a distancia es que es una opción pedagógica para situaciones en las que el profesor no puede reunirse regularmente en persona con los estudiantes. Esta separación ente el profesor y los estudiantes no es solo espacial, sino que también puede ser temporal. Aunque no excluye la interacción sincrónica, la considera solo si todos los involucrados disponen del medio tecnológico para hacerlo. Pone el énfasis en la actividad de estudio. Este es para mí una de las principales fortalezas de la educación a distancia. En esta opción pedagógica se reconoce la importancia de la actividad de estudiar como único eslabón entre la enseñanza y aprendizaje. No se trata de autodidactismo, en la educación a distancia el alumno no estudia por su cuenta. Esto nos lleva a otra de las características de la educación a distancia, la mediación de la relación entre el profesor y los estudiantes, la cual se logra con la incorporación de alguna tecnología (entendida esta en el sentido más amplio, no reducida a aparatos) o herramienta. Y, por último, y sumamente importante, la existencia de una institución que planifica, diseña y gestiona el desarrollo del plan de formación, produce el material educativo, ofrece apoyo a los estudiantes (tutorías, bibliotecas, sitios para reuniones, acceso a internet, etc.), evalúa los aprendizajes logrados por los estudiantes y el programa mismo. La educación a distancia no se reduce al envío de una serie de tareas a los estudiantes para que las realicen de manera independiente en sus casas, sobre todo si sabemos que al igual que en la educación presencial sobre todo en inicial y primaria, los adultos significativos creen que ayudan al estudiante haciendo ellos una buena parte de la tarea. Un estudiante haciendo tareas no necesariamente está aprendiendo, porque la tarea no necesariamente promueve el estudio. Por último, la creación y puesta en marcha de un programa o institución de educación a distancia requiere de tiempo, planificación cuidadosa, recursos financieros y de talento humano, y de un seguimiento.

Desde sus orígenes la educación a distancia se ha basado fundamentalmente en materiales educativos impresos. A lo largo su desarrollo la educación a distancia han ido incorporando otras tecnologías (como grabaciones de audio, videos, etc.), por lo general de apoyo al material impreso. En el caso de la Universidad Nacional Abierta (UNA), la única universidad a distancia de Venezuela y una de las primeras en Nuestra América, desde sus inicios adoptó el modelo de educación a distancia basada en materiales impresos. La enseñanza en todas y cada una de las asignaturas que conforman las careras de la universidad cuentan con un libro impreso, el cual es llamado medio maestro. Más tarde, el medio maestro fue complementado con videos. Muchos de estos videos se encuentran disponibles libremente en youtube y en otros sitios en la www. Les invito en particular a que vean los videos de matemáticas. La UNA cuenta con una Dirección de Audiovisuales donde se producen los videos de apoyo al material impreso. Posteriormente, en las asignaturas Matemática I y Matemática II de los estudios generales fueron incorporados audios de apoyo al material impreso. Esos audios fueron grabados en un estudio de radio en la sede del Ministerio del Poder Popular para la Educación en la esquina de Salas. En algunos centros locales algunos libros han sido grabados en forma de audiolibros para estudiantes ciegos y con deficiencia visual. Más recientemente, la UNA ha incorporado en la gestión de las asignaturas de los diversos postgrados algunas herramientas disponibles en la www, aunque siguen siendo cursos a distancia basados en materiales impresos.

Algunos podrían pensar que la educación a distancia basada en materiales impresos es arcaica y que está siendo sustituida por la educación virtual o la educación on-line. Nada más alejado de la realidad. En países altamente tecnologizados como los Estados Unidos, la educación a distancia basada en materiales impresos es considerada por varias instituciones como una alternativa para ampliar el acceso a la educación universitaria. Incluso, algunos la proponen como una alternativa ante la brecha tecnológica que profundizado las diferencias de clase en ese país. También, es considerada como una adecuada opción pedagógica para la formación de personas privadas de libertad o con algún tipo de discapacidad que limite su movilidad.

Una ventaja de los materiales impresos es que su uso no depende de ninguna tecnología adicional y es portable. El alumno puede llevar su libro a donde quiera para estudiar sin la necesidad de ningún otro dispositivo, no requiere del uso de energía eléctrica (solo la necesaria para alumbrase adecuadamente si estudia de noche). Recuerdo siempre el caso de un portero en un restaurante de La Candelaria, en Caracas, que tenía consigo su libro de la UNA y estudiaba en los raticos libres que su ocupación le dejaba. Este material no requiere de mantenimiento ni de reparaciones. Tampoco requiere de conectividad con otro dispositivo. Lo cual lo convierte en un material conveniente para la educación de personas privadas de libertad. La UNA administró un tiempo un programa especial en varias cárceles del país, el cual fue cerrado por falta de apoyo institucional. Por último, el libro se conserva y pasa de un estudiante a otro, lo cual permite minimizar costos. La educación a distancia basada en materiales impresos no excluye el uso de herramientas que complemente al material educativo impreso. Como ya dije anteriormente, universidad como la UNA hace ya tiempo que incorporaron audios, videos y software como material complementario a dicho material. Pero este material es solo incluido si todos los alumnos tienen acceso a esas herramientas. La incorporación de ese material complementario no puede convertirse en una nueva forma de exclusión. Todo esto hace de la educación a distancia basada en materiales impresos una opción pedagógica con numerosas ventajas, en especial para países como el nuestro con serias deficiencias en su infraestructura tecnológica y con un acceso muy desigual a las tecnologías.

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