Del igualitarismo a la igualdad de oportunidades

Jueves, 11/06/2020 02:33 PM

Fuertes críticas han surgido desde que hace algún tiempo, el ministro Aristóbulo Isturiz emitió unas declaraciones, en donde defiende la igualdad de remuneración a los docentes con la de los obreros de mantenimiento de los planteles educativos, lo cual me anima a opinar al respecto.

Desde el primer momento de su ascensión al poder, y sobre todo a raíz del paro petrolero del año 2002 ha sido clara le tendencia del gobierno chavista, de hacer tabla rasa con todo lo que significa capacidad profesional, tanto para la administración de los bienes del Estado venezolano, como para el ejercicio público en las tareas de especialización científicas y tecnológicas. Ejemplo palpable ha sido la inclusión de la oficialidad militar en tareas civiles en las cuales no están preparados, además de tener las manos libres para enriquecerse, ejemplo este que se viene arrastrando desde el famoso plan de la Venezuela 2000.

Pero si puntualizamos los ejemplos con respecto a lo antedicho en la Venezuela de Maduro, nos encontramos con que en días pasados el presidente Maduro, con una desfachatez producto de la ignorancia, afirmó: que los médicos surgidos de los cursos de medicina comunitaria estaban preparados para especializarse en cualquier área de la medicina. Esta afirmación que, por lo absurda, no ha dejado de impactar a los profesionales médicos, salidos de nuestras universidades tradicionales, dado que las palabras del presidente chocan de frente con la preparación exhaustiva necesaria para el ejercicio médico, y mucho más con la preparación de los especialistas en el área de la salud; actividad esta, que representa una de las la mayores, por no decir la mayor responsabilidad social, ya que se trata de la preservación de la vida humana, ante lo cual es necesaria una excelente preparación tanto a niveles intelectuales como de entrenamiento experiencial.

Así y en concordancia con lo antes expresado, nos encontramos como el médico, después de obtener el título de médico cirujano, necesita cumplir con una serie de requisitos para lograr hacer el postgrado en alguna especialidad, requisitos estos que a continuación enumero: 1 año de medicina rural, más 2 años de residencia rotatoria en hospitales, sumado a 1 o en la mayoría de los casos 2 y hasta 3 años de residencia fija en él servicio de la especialización que el médico residente desea escoger, a lo cual hay que añadir: el que sus credenciales tengan el suficiente puntaje, para poder acceder al cupo limitado de estudiantes de post grado que admita el curso respectivo. Dichos cursos de postgrado tienen una duración por lo común de 3 años, y en el caso de algunas especialidades como Neurocirugía su duración es de 5 años. Todos estos son requisitos indispensables para obtener especialistas de alta calidad, los cuales el presidente Maduro subsana vía ejecutiva, al pretender incorporar a los estudios de post grado, a los integrantes de una carrera de medicina comunitaria, con fallas marcadas con respecto a su entrenamiento clínico. Tal es así, que estos estudiantes de medicina comunitaria, fracasan estruendosamente al empezar sus pasantías hospitalarias, abandonándolas la mayoría de ellos al no poder superar escollos médicos que van más allá de sus conocimientos, la excusa que estos estudiantes alegan, es que son perseguidos por profesores y alumnos dada su procedencia, desde centros de estudios no convencionales (lo cual en parte es una verdad), excusa que también enarbolan sus profesores médicos cubanos, para darle como aprobadas dichas pasantías sin haberlas cursado (es justo hacer notar aquí, como un porcentaje por cierto muy bajo de estos estudiantes comunitarios, gracias a su inteligencia y esfuerzos, logran aprobar dichas pasantías clínicas, algunos en forma sobresaliente). Otro ejemplo de lo antes dicho, es el que, de la enorme emigración de médicos venezolanos salidos de nuestras universidades tradicionales hacia otros países, entre los cuales, aunque en menor escala se encuentran también médicos comunitarios, al contrario de los primeros, estos últimos no aprueban los exámenes de suficiencia exigidos por los países receptores de médicos venezolanos, es más, el resultado de sus exámenes de suficiencia reciben notas por debajo de 0 puntos. No voy a opinar acerca de la calidad del profesorado de esta carrera médica comunitaria porque lo desconozco, pero si me han informado que la política a seguir durante esta carrera de medicina general (paralela a la de las universidades tradicionales), consiste en tomar en cuenta para las calificaciones, el origen proletario del alumnado, siendo calificados únicamente por su asistencia, así esta sea de forma irregular. Se que en Cuba son exitosos en la formación de sus profesionales médicos, lo cual siendo que la metodología es la misma, me hace interrogar: ¿Por qué no aquí?

Todo lo antes expuesto es una muestra de la demonización como norma igualitaria de todo lo que representa la capacidad de gerenciar, producir, o prestar servicio, que ha sido la conducta a seguir en estos años de gobierno "revolucionario". Esta lucha sin sentido contra la llamada por el partido de gobierno como "meritocracia", al final dio como frutos la destrucción de la principal fuente de divisas del país PDVSA, y esto a pesar en mi caso, de darle la razón al gobierno del presidente Chávez por la expulsión en el año 2002 de los 18.000 trabajadores a todos los niveles de la escala técnica-administrativa de esa nuestra industria bandera, expulsión llevada a cabo luego que durante dos meses, el ejecutivo no dejó de formular múltiples peticiones a estos trabajadores, a fin se reintegraran sus labores, los cuales se negaron a hacerlo, a conciencia de que con dicho paro se producía un claro atentado contra PDVSA, y por tanto contra el país.

Fue inmensa la cantidad de saboteos internos a nuestra principal industria, algunos con daños irreversibles tales como el cese de la inyección de vapor a los pozos petroleros residuales, razón por la cual se perdió en forma total las posibilidades de extracción de los mismos, o el mantener al garete un buque cargado de gasolina frente a las costas de Maracaibo, o el saboteo de todo lo concerniente a la plataforma electrónica de la industria, si mencionar cierres de válvulas que arruinaron grandes extensiones de tuberías. Todo lo anterior y más, justificó con creces ese despido masivo por parte del gobierno del presidente Chávez; sin embargo, el problema surge después del antedicho despido de profesionales y técnicos (tanto administrativos como operacionales), cuya reposición, siguiendo los patrones lógicos a ese respecto, ha debido ser la apertura de un concurso de credenciales, tanto a nivel nacional, como internacional, para la sustitución del personal despedido de la industria.

Es decir, el gobierno incurrió en el mismo error de la antigua gerencia de PDVSA, que pretendía tener injerencia en la escogencia de a quien sí, y a quien no, se le debía vender el petróleo, es decir una injerencia entorno a decisiones políticas que por ser PDVSA una industria nacionalizada, solo le incumbía a la administración del estado venezolano. El resultado, pero en vía contraria fue repetir un esquema político para la administración de PDVSA pasándole por encima a la imperiosa necesidad de mantener los niveles científico-técnico óptimos, correspondientes a las necesidades de funcionamiento de esta vital industria, lo cual no está reñido con la supervisión correspondiente a este bien del Estado, por parte de quienes en ese momento lo dirigen.

Chávez pensó que, al cambiar los conocimientos profesionales especializados del personal técnico administrativo de la misma, por la "lealtad" a su persona de los nuevos administradores "rojos- rojitos", evitaría conflictos posteriores que pudiesen perjudicar a su gobierno y a la Nación, craso error. Los nuevos administradores de PDVSA resultaron ser una cáfila politiqueros cuya mayor credencial era su manifiesta incondicionalidad al presidente Chávez y al proceso "revolucionario"; es más: la mayoría del personal técnico que a raíz del paro se quedó dentro de la industria salvándola de su colapso total, fue en casi su totalidad, paulatinamente sustituidos por estos advenedizos políticos de nuevo cuño, los cuales sin ni siquiera tener una buena preparación ideológica, terminaron por enriquecerse impunemente. Solo en estos últimos años el gobierno del presidente Maduro se ha hecho eco de lo que era un conocimiento público general acerca de la corrupción en PDVSA; tarde reacción ante los hechos cumplidos, hoy por hoy el país no tiene capital conque recuperar la industria petrolera, creo que no le queda otra salida que la privatización de la misma, o en el mejor de los casos en otorgarla en concesión por un largo periodo de años, que dado a su grado de deterioro, tendrá que hacerlo en condiciones desfavorables para el país; es más, calculo sin ser experto, que al mercado del petróleo para combustible, no le quedan más que unos 20 años de vida, lo cual desfavorece aún más, cualquier negociación que se quiera hacer, en torno a esta industria fundamental para nuestro país.

A estos ejemplos de igualitarismo ramplón, opongo como antítesis la obligación del Estado Nación de dar igualdad de oportunidades a todos sus ciudadanos en la obtención de sus metas de vida acorde a su capacidad.

En los Estados capitalistas con contadas excepciones, la obligación del Estado en la formación de sus ciudadanos cesa al cumplir este su formación secundaria, de ahí en adelante todo estudio es pago, o con becas de compañías privadas, y a veces del mismo Estado. En otros países el límite es etario, a cierta edad por lo común a los 16 años, el Estado deja de tener obligaciones en la formación educativa del ciudadano. Para mi sorpresa, acorde a lo leído en la Web, la gratitud de la enseñanza en la China de hoy, llega hasta los 15 años de edad del ciudadano. No así en la extinta Unión Soviética, en que luego de salir del bachillerato, cualquier estudiante podía ingresar a la universidad, contando incluso con un salario mínimo para su subsistencia, su rendimiento en el pregrado de la carrera a escoger, lo catalogaría para ser ubicado al nivel de su capacidad, en la rama correspondiente al ramo del área escogida por el estudiante, que en el caso aquí planteado sería en el área de la salud.

En Venezuela la gratuidad de la enseñanza desde la época del gobierno de Guzmán Blanco ha sido el de la enseñanza gratuita a todos los niveles de la educación. En la medida que se fue incrementando el numero de alumnos, las universidades tuvieron que implementar exámenes de admisión para mantener el cupo adecuado a los recursos que les proveía el Estado venezolano, lo cual también fue demonizado por el gobierno "revolucionario bolivariano". Sin embargo, existieron a mi concepto, varios errores fundamentales en la concepción educativa venezolana, dada en gran parte la cualidad rentista del país: 1) Deterioro progresivo de los estudios públicos de secundaria (la profesión de maestro como una necesidad de supervivencia y no por vocación). 2) Las alternativas tecnológicas medias en manos privadas (el presidente Caldera acabó con las escuelas técnicas) 3) El mercado de trabajo industrial restringido: no producimos, importamos o ensamblamos (o habría que decir ensamblábamos) 4) El alumno universitario sin un contrato con el Estado de obligatoria labor pública por un tiempo determinado, a fin de compensar los gastos que el Estado venezolano invirtió en su educación 5) Insólitamente el estado le pasa una subvención a las universidades privadas

A mi juicio la meta de una verdadera revolución en Venezuela, debería ser la del pleno empleo, dentro de una industrialización productiva autosuficiente, la cual no se podrá jamás lograr sin una revolución educativa, que ofrezca una real igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, acorde a sus niveles de capacitación.

El esquema que con respecto a lo anterior vengo manejando, se pasea por la necesidad de la escuela como hogar complementario para el alumnado (en muchas ocasiones más importante que el hogar primario, dada la gran cantidad de hogares disfuncionales existentes en nuestro país). Es decir, una escuela primaria y secundaria a tiempo completo, con actividades curriculares en la mañana y complementarias y recreacionales en la tarde, alimentación balanceada incluida (Desayuno, Almuerzo, y Merienda). Para lo cual en primer lugar hay que evaluar la capacidad del personal docente que tenemos, y reubicarlo acorde a su preparación, sin olvidar su preparación permanente y su evaluación periódica.

Lo anterior nos lleva a pensar que por más depauperadas que se encuentren las arcas del Estado nacional su principal aporte debe ser para la educación. El docente con vocación, preparado adecuadamente en ética y conocimientos, debe ser uno por no decir el mejor remunerado de todos los servidores públicos.

A lo anterior hay que agregarle la evaluación permanente de la capacidad e interés de cada alumno, lo cual al final de su ciclo de estudios lo calificaría para la escogencia de una carrera, ya sea en el plano universitario, como en el de los diferentes niveles técnicos, Una concatenación progresiva en los pensum de estudios, facilitará al alumno cuya puntuación no le fue suficiente para tomar en forma directa una carrera universitaria, progresar evolutivamente hasta la meta que desee con la metodología de la enseñanza a distancia, en tanto su capacidad tanto intelectual como de estudios se lo permiteren, por supuesto carreras universitarias como la de medicina no admitirían este ultimo recurso educativo; lo cual puede ser compensado a nivel educativo formal, con una graduación en los conocimientos acorde a la capacidad, y deseos del educando, graduación esta que iría: desde la enfermería auxiliar, hasta la licenciatura en enfermería por ejemplo, lo cual proporcionaría otras alternativas a aquellos que desearan prepararse en el campo de la salud.

Hasta aquí dejo estas observaciones, que para algunos populistas disfrazados de revolucionarios, pueden catalogar como clasistas y reaccionarias, a los cuales me adelanto a manifestarles: ¿Hubiese podido la Unión Soviética desarrollar su industria hasta donde exponencialmente llegó, sin aplicar la normativa de "cada quien según su capacidad a cada cual según su trabajo"? ¿La China de hoy hubiese logrado competir de quien a quien con los Estados Unidos norteamericanos sin escoger a los mejor capacitados para impulsar su industrialización tanto masiva cómo especializada ?

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