El bono vacacional de Cecilia García Arocha, rectora de la UCV

Miércoles, 01/07/2020 10:08 PM

Dicen que bueno es cilantro pero no tanto, pero también "guíndate pero no te escores". No siempre el enemigo, adversario o quien de uno discrepe carece de la razón; como no es muy difícil comprender que uno no siempre la tiene. Es más, pudiera suceder que entre quienes adverso, por esos llamémoslos imponderables de la vida, que no lo son estrictamente hablando, y yo haya puntos de coincidencia y hasta intereses comunes.

En este caso quiero destacar como, por llevarle la contraria a alguien de quien se discrepa y hasta pudiera estar indispuesto, por ligereza y emotividad, se llegan a decir cosas contrarias al interés colectivo, la clase y hasta al pequeño mundo del cual cada uno de nosotros forma parte, o para decirlo en tono coloquial, hasta nos pegamos así mismo. Aunque también podríamos acudir a algo que es como un lugar común, como que por ese empeño de llevar la contraria pudiéramos hasta contradecir nuestros propios principios. Por esto que comentaré, recuerdo aquello de Cantinflas, en su celebrada película "Allí está el detalle", no me defiendas compadre.

Porque en este empeño de partidarios del gobierno y de la oposición, no sólo abunda la adulancia de ambos lados sino también todo un dechado de creatividad, simplismo y hasta gestos infantiles.

A raíz del desplome de una de las caminerías de la UCV, creo si mi memoria no falla, la que está de detrás de la escuela de Humanidades y entre esta y lo que fueron las residencias estudiantiles, el mismo espacio donde solía pasearme con mi bella amiga y compañera de la Escuela de Derecho, Betty Lampco, volvió a aparecer en público la rectora vitalicia "por la gracia de Dios", la señora Cecilia García Arocha. Por su comportamiento y hasta forma de ver las cosas, el todo, al estilo de cierta oposición, donde la culpa de todo la tiene Maduro, quien a su vez en el mismo enfoque, acusa a Trump de todo lo malo que aquí sucede, en una especie de "lo que es igual no es trampa", alguien, a manera de defender al gobierno, se sintió obligado a hacer público algo a manera, más que de respuesta, de venganza.

Ese alguien, hizo público una cifra relativa al cobro del bono vacacional - lo llamo así porque es el calificativo que le damos en el mundo de los docentes dependientes del Ministerio de Educación- según la cual la Rectora de la UCV, en este caso la García Arocha, cobraría 27 millones de bolívares. Para quien hizo alusión a la cifra, aquello parecía una exageración, estafa descomunal a la nación y hasta una muestra de las dimensiones de las agallas de la beneficiada. Es un pago que en muchos casos está en los contratos de trabajo, contrato este que en el MPPE poco se respeta desde que salió de ese cargo Elías Jaua. Y aprovecho la oportunidad para advertir que debería, dije debería, estarse discutiendo ya la renovación de ese contrato, pues al actual, ya vencido, el ministro lo tiene en una cuarentena radical, larga y rigurosa y vencido; aunque esas discusiones por el nuevo no sé para qué servirían, no habiendo de parte del gobierno "revolucionario" voluntad de firmar ninguno, menos respetarle, como si fuese el FMI o empresario de los viejos tiempos. Y para completar el drama, la dirigencia sindical del magisterio, mucho antes que en China apareciesen infectados y se hablase de la pandemia, ya se había declarado en cuarentena radical.

La disociación que genera el virus en este proceso se vuelve "revolucionaria" porque debilita a los trabajadores y sus ambiciones "reaccionarias" de querer dejar de vivir mal a cuenta del patrón y les impide desplegar sus luchas. En justicia, se hace aliado de empresarios, patronos, entre estos el Estado y hasta el FMI. Y al gobierno de Maduro, también en eso la viene al pelo. Averigüe usted lector, más si es "revolucionario" y partidario del gobierno, por qué se dará tan curiosa coincidencia.

Y digo todo esto porque el denunciante del cual hablamos al inicio, quizás por tratarse de la señora García Arocha, quien ha desempeñado un rol de opositora tenaz, perdió por completo el sentido de la realidad, las dimensiones, significado de las cifras, valor cambiario de las monedas y hasta el poder adquisitivo de las mismas o quiso hacer uso de un juego "habilidoso", subliminal para mal poner a aquella funcionaria, señalando una cifra que, como solemos decir en el lenguaje coloquial, "al rompe", parece impresionante, VENTISEITE MILLONES DE BOLÍVARES".

El MPPE paga a los educadores a su servicio, por contratación, un bono de dos meses; por lo que imagino que en el sector universitario se debe proceder de manera parecida. Entonces esa cantidad que al partidario del gobierno le pareció astronómica, pudiera corresponder también a dos meses de salario. Por supuesto, esa cifra, en comparación con la asignada a un jubilado como quien esto escribe, pudiera parecer exorbitante, aunque es pertinente considerar que el funcionario aquél es nada más y nada menos que la rectora de la UCV.

Pensando en estas cosas y tentado a escribir sobre el tema, recibí una llamada de un amigo y en la conversación, por eso de matar el tiempo y hablar lo más que se pueda con el amigo, estando en tiempo de cuarentena, me contó que viéndose obligado a hacerle una pequeña reparación y limpieza a un aire acondicionado tuvo que desembolsar 45 dólares. Cinco por un repuesto y cuarenta por la mano de obra. Entre bajar el aparato, diagnosticarlo, lavarlo y montarle la pieza que mi amigo mismo fue a comprar, transcurrieron unas dos horas.

Ese día el dólar estaba en 204 mil bolívares, de donde por esos 40 dólares que hubo de pagar al técnico por mano de obra, mi amigo desembolsó 8 millones 160 mil bolívares. Casi un tercio de lo que la rectora de la UCV cobrará por 2 meses de bono vacacional. Quiero repetir que el técnico sólo invirtió dos horas de trabajo, de donde ganaría lo que la rectora en un mes, en apenas 4 cuatro horas.

Pero seamos más meticulosos. La rectora cobraría unos 130 dólares de bono vacacional o lo que es lo mismo, dado que eso significa dos meses de salario, 65 dólares mensuales. Lo que el técnico de marras se ganaría en tres horas de trabajo.

¿Podemos y necesitamos decir algo más o mejor para que este cuadro refleje el drama que vivimos? ¿No es horrendo, como una pintura tenebrosa, que el rector de una universidad, más tratándose de la UCV, gane 65 dólares mensuales, lo que en muchas partes del mundo un trabajador puede ganar en un día?

Y hay algo más. Una conocida comentarista que suele aparecer en VTV, hablando de lo poco que se gana en Colombia, decía que allá, "una computadora cuesta el equivalente de medio salario mínimo". Obvió, no sé si por descuido o cinismo que aquí, con el salario mínimo completo no se compra ni un pendrive.

Pero el asunto toma un rasgo más dramático, como sacado de "Los Miserables", pensando en todo lo que sucede y cómo se vive en los niveles inferiores. Por lo que parece como muy triste el futuro que la vida nos depara; la fuga de talentos, no sólo pensando en quienes pudieran irse del país, como ya lo han hecho y lo volverán hacer pasada la pandemia, sino quedándose a dedicarse a tareas poco significativas, dignas muy necesarias para el país, pero que producen buen dinero y hasta en dólares.

A los partidarios del gobierno, como a los venezolanos todos, este asunto debería preocuparles en extremo.

¿No es asombroso y hasta triste y vergonzoso que el rector de nuestra primera casa de estudios, la UCV, sin importar de quién se trate, se llame, su militancia o simpatía política, apenas gane la miseria de 65 dólares mensuales?

Para despejar cualquier duda y no estimular malos pensamientos, un profesional como quien esto escribe, percibe de jubilación, la miseria de unos 12 ó 13 dólares mensuales, casi la cuarta parte de lo que a mi amigo le cobró el técnico por arreglarle el aire acondicionado.

Además, lo que habría que reclamarle a la García Arocha, sus cómplices y al gobierno mismo, es que en la UCV, el viejo aposento de la inconformidad y de las luchas por la Venezuela libre y decente, un pequeño grupo se haya eternizado en el rectorado y le utilice como hacienda propia.

En síntesis, deberíamos preocuparnos por esa deformación que atenta contra el crecimiento y progreso del país y al primero por reclamarle, sin discusión alguna, es al gobierno nacional.

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