I Congreso virtual asincrónico CERA XXI

Sábado, 01/08/2020 08:48 AM

 

Cuando las personas tienen iniciativa, vocación e interés ideológico y académico, por transmitir una idea, no hay nadie que pueda detenerlas. Este es el caso del Gobernador del estado Portuguesa, Rafael Calles, el Rector de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ), Dr. Alberto Quintero, el Vicerrector de la UNELLEZ en el Vicerrectorado de Producción Agrícola del estado Portuguesa, profesor Héctor Montes y el Ing. en Recursos Naturales Renovable, de la UNELLEZ-VPA-Guanare, y Director de Ambiente y Ordenación del Territorio del Estado Portuguesa-DAOT., Edgar Terán, para quienes el diseño y confección del I Congreso Eco revolución: Ecosocialismo y Agroecológia en pleno siglo XXI (CERAXXI), a ser realizado vía virtual en el mes de septiembre del 2020 (entre el 9 y 28), ya se cubrió la etapa de pre-inscripción, que fue hasta el 31 de julio, es un evento donde se aspira compartir elementos de reflexión sobre temas coyunturales que afectan la sustentabilidad, motivando la profundización de los desafíos que como sociedad nos toca afrontar en los tiempos que vendrán.

De acuerdo a los organizadores del evento, los ciclos de participación incluyen actividades como la de los micro-videos de tutor, en los que personas, de distintos sectores (académicos, ambientalistas, agricultores/as, tomadores de decisiones, entre otros), comparten puntos de análisis desde las distintas disciplinas y experiencias que alimenten la cosmovisión de los principios de Ecosocialismo y Agroecológia que son el motor principal de la "Eco revolución". La Dirección de Ambiente y Ordenación del Territorio de la Gobernación de Portuguesa en alianza estratégica con la UNELLEZ-VPA-Guanare, CORPOCENTRO, Alcaldía Bolivariana del Municipio Guanare, UNEFA Portuguesa, UPA-Venezuela, ACAV-Venezuela y la Mesa Estadal Ecosocialista, han sido los responsables directos de mover este andamiaje de iniciativas académicas en tiempos de pandemia del Covid-19, demostrando que no hay necesidad de estar en un régimen de cuarentena social voluntaria para dejar de hacer cosas productivas para el fortalecimiento de los saberes y de las estrategias de desarrollo de un país en constante movimiento.

La razón de ser del evento es promover la reflexión, discusión e intercambio científico en materia de Ecosocialismo y Agroecológia, aglutinando esfuerzos para contribuir a la construcción y fortalecimiento de sistemas agrícolas eco ambientales y resilientes, ampliar y fortalecer su capacidad de contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria y nutricional de la población, el acceso y conservación de los bienes naturales, la dinamización de redes locales de producción-consumo y la construcción de relaciones sociales más justas y equitativas, potenciando las culturas rurales, los valores éticos y la calidad de vida de agricultores /as de la región y población de Venezuela, como acción de las políticas públicas transformadoras que guían estos tiempos de sacrificio e incertidumbre.

¿Qué persigue el evento CERAXXI? Simplemente convertir las estrategias de desarrollo sustentable y/o sostenible, en acciones que se consoliden como medio capaz de sorprender, cambiar actitudes y generar orgullo entre la ciudadanía. Son estrategias de socialización, en el marco de la eco-revolución responsable, donde el valor de las acciones individuales de la gente está en direccionalidad a fortalecer la sustentabilidad y sostenibilidad del medio ambiente natural y urbano, porque se incluye la variable civilizatoria de convivencia ciudadana, donde se motiva a vivir respetando las leyes naturales en espacios de confort para la vida y el desenvolvimiento social.

Es importante destacar que en esta experiencia del CERAXXI, se ha delimitado con precisión la distinción entre desarrollo sustentable y desarrollo sostenible; aquél es el proceso por el cual se preserva, conserva y protege solo los Recursos Naturales para el beneficio de las generaciones presentes y futuras; este, el desarrollo sostenible persigue, igual que el anterior, preserva, conserva y protege solo los Recursos Naturales para el beneficio de las nuevas generaciones, pero tomando en cuenta las necesidades sociales, políticas y culturales del ser humano.

Una de las líneas maestras de este CERAXXI, es resaltar los aportes de los pensadores alemanes Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895), así como con el darwinismo (ideas del naturalista inglés Charles Darwin, 1809-1882), desde el punto de vista de la tradición materialista contemplativa que arranca de Epicuro hasta los aportes del filósofo alemán Ludwig Andreas Feuerbach (1802-1872); aportes que muestran la visión materialista y dialéctica del mundo y de la sociedad, como una ciencia alternativa a la reacción teológica (y teleológica) de los sabios del barroco, allí destacan las ideas del físico y filósofo inglés Isaac Newton (1642-1727), y vinieron a interpretar las leyes de la naturaleza para aprender a convivir con ellas, no para transformarlas o sustituirlas, sino para aprender a convivir respetando sus esencial original.

Con la llamada Escuela de Frankfurt, y su crítica a la tecnología y a la alienación que el hombre en su desenfreno por experimentar en la naturaleza, se da la corriente marxista hacia las preocupaciones verdaderamente humanísticas del ser social, entre las que se encuentran, aquella que venía referida en los textos de Marx como la cuestión del metabolismo hombre-naturaleza y la problemática planteada por la industrialización, creadora de una fractura del mencionado metabolismo básico que lejos de caer en un primitivismo reaccionario o romántico, supo ver en la cara del dialectismo de la tecnología, un instrumento éticamente neutro, dominador de la naturaleza pero de manera consciente, para en cursarla hacia sus propios impulsos esenciales, aprovechando sus bondades e integrándose a su ecosistema.

Sería el filósofo alemán Walter Bendix Schönflies Benjamin (1892-1840), que implosiona desde la filosofía analítica una crítica ecologista y antimilitarista de la tecnología, sin estar vinculada de manera directa con el marxismo, pero si consustanciada con la necesidad de crear conciencia ecológica y rescate a los valores esencialistas de la naturaleza.

A todas estas, es importante hacer referencia a que aquellos marxistas del primer tercio del siglo XX, cientifistas y progresistas la mayoría de ellos, entre los que hay que incluir a Benjamin, Theodor Adorno (filósofo alemán. 1903-1969) y Max Horkheimer (filósofo alemán, 1895-1973), veían que la alienación del hombre, en razón de su percepción de la sociedad industrial y tecnocrática, ya fuera esta de signo capitalista o bajo el signo socialista, no era más que la prolongación del programa baconiano de dominar e incluso vejar y vulnerar la naturaleza, para imponer una especie de dictadura tecnocrática idéntica al fascismo que utilizara los recursos naturales en nombre del bien común para la satisfacción de necesidades materialistas de unos pocos grupos de capitalistas despiadados.

Hoy en día, tal como lo expresa Carlos Javier Blanco Martín, en su ensayo "Marxismo Ecosocialista", publicado en el 2008, bajo auspicios de la Universidad de Oviedo, "…asistimos a una gestión tecnocrática del mundo, incluida la naturaleza entera. En rigor, este es un proceso que tuvo como punto de arranque el neolítico y el comienzo de la agricultura y ganadería. Hace más de 10.000 años comienza una nueva fase de la historia de la humanidad que, pomposamente, ha dado en llamarse Origen de la Civilización pero que, sin embargo, consiste más bien en el origen de la explotación masiva de la naturaleza, que coincide exactamente con la Explotación del Hombre sobre el Hombre, a través de la Esclavitud….En concreto, la aparición de la Agricultura supone la reducción drástica de la biodiversidad y el paso previo para una ineluctable desaparición del arbolado, el agotamiento de los suelos, el espaciamiento de las lluvias y, finalmente, la desertificación de regiones enteras. El próximo y medio Oriente fueron cunas de la Agricultura y, como se dice, cunas de la Civilización. Hoy son desiertos. El relevo lo tomaron, ya en la Antigüedad, diversos países ribereños del Mediterráneo, cuna de las civilizaciones clásicas occidentales (Grecia y Roma). Hasta hoy, la persistencia de viejas prácticas agrícolas va camino de crear nuevos desiertos en aquellas que fueron campiñas todavía fértiles en época imperial romana. Buena prueba de ello es el sur y el levante de la Península Ibérica. Santiago Gómez recalca la importancia del natalismo en aquellas viejas civilizaciones agrícolas, que yo entiendo a modo de superestructura activa y coadyuvante de una base económica ultra explotadora del medio y de los cuerpos humanos. En una economía agrícola al estilo antiguo y mediterráneo no solo se deben esquilmar los recursos naturales (el agua, los nutrientes del suelo, el arbolado) sino también las energías humanas puestas a trabajar. Cuando hacen falta brazos, éstos han de importarse o criarse. Desde hace dos mil años se están criando esclavos, siervos o jornaleros de algún tipo en el sur peninsular, como en otras partes del Mediterráneo. Si estos escasean o huyen a horizontes más favorables, los terratenientes adoptan políticas esclavistas de tipo importador, creando la ideología según la cual España es una tierra de oportunidades, mediante la cual se recluta una mano de obra paupérrima que hunde los salarios habituales de los nativos y encima se hace creer al desinformado público que, además, con ello se le conceden magnánimamente ocasiones para salir adelante…En efecto, en el ámbito global, el natalismo es una ideología desastrosa para el planeta, por más que se pueda defender localmente para promover comarcas abandonadas. La presión demográfica del ser humano es el frente arrasador de la biodiversidad, la verdadera plaga para todas las demás especies de animales y plantas, así como para los factores sustentadores de la vida, como el agua, la atmósfera, el suelo. Las zonas del planeta ecológicamente viejas, como es por ejemplo el Mediterráneo, solamente aumentan la presión demográfica por medio de la llamada y reclutamiento de extranjeros (de muy diversa procedencia, africanos, europeos del este, sudamericanos) en atención a una búsqueda de beneficios privados a corto plazo, en un sector como es el de la agricultura que se basa en el privilegio artificial (puramente político) de los países de la Unión Europea sobre aquellos otros que, política y financieramente hundidos, no pueden salir de su postración agrícola e industrial, con el consiguiente exceso de brazos y falta de oportunidades…"

En este contexto, que es del mismo espíritu en el que surge el CERAXXI, sugiere Blanco Martín, el Ecosocialismo (entiéndase Eco-Revolución), como un movimiento revolucionario, no una mera marca verde en un programa rojo, o a la inversa, sino como el preámbulo de toda una cultura de impugnación general del Capitalismo, donde se cuestiones la explotación del hombre y la explotación de la naturaleza, ante un ecologismo metafísico y reformista, basados en la propaganda ascética que los ideólogos de la ecología presentan como falsos problemas; se ha acrecentado la degradación del medio ambiente como efecto directo del consumismo que cada uno de nosotros consume demasiado, que es necesario reducir el consumo para proteger al medio ambiente. Eso responsabiliza a los individuos y redime al sistema.

A juicio de Blanco Martín, el consumo de los individuos es un problema, pero el consumo del sistema capitalista, del militarismo capitalista, de la lógica de la acumulación de capital es mucho mayor. Entonces, en lugar de pregonar la auto-limitación individual, es necesario llamar a la organización para luchar contra el sistema capitalista; hoy día existimos en un ecosistema planetario frágil, donde cualquier predicción realista se aleja de alguna posibilidad de milagros, conduciendo a la humanidad a un suicidio ecológico, caracterizado por el crecimiento ilimitado de las fuerzas productivas que induce a la destrucción de los parámetros fundamentales de toda posible y mínima calidad de vida y al surgimiento de la imprevisibilidad de los factores "superestructurales" en un contexto tecno económico sin frenos, generando incertidumbres y agravamientos al ya desproporcional crecimiento de las fuerzas productivas.

El CERAXXI, aparte de profundizar los objetivos del Plan de la Patria 2019-2025, es un evento donde se mostrarán los auténticos responsables de la catástrofe medioambiental y, en el límite, responsables de la negación de nuestra supervivencia humana misma, al menos como especie civilizada, al capital y al imperialismo depredador que, en esta fase de mundialización, según Blanco Martín, une la vieja codicia de acumulación de plusvalía a unas inusitadas expectativas de control, dominación y sometimiento total que hemos denominado por nuestra parte, fascismo global.

En el CERAXXI, se plantea profundizar el ecosocialismo como una vía expedita para proyectar una nueva alienación humana orientada a garantizar la preservación del medio ambiente y la sostenibilidad de la sociedad en armonía con la naturaleza y en respeto hacia los valores intrínsecos de hombre como agente transformador integrado al mundo social pero sin hacer uso en su realidad de un espacio que atente contra los ecosistemas que ya están establecidos a su alrededor. El CERAXXI, es una ocasión perfecta para generar una resignificación del concepto de urbanidad y civilidad, que eleven la condición humana y hagan posible un mundo más ecológico y natural.

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