Por estos días que el querido Instituto de Barquisimeto anuncia el inicio de su semestre 2020-2021, quisiéramos recordar el ya añorado dinamismo de la institución en los años a penas recientes. Así, en 2017 asistimos con mucha expectativa a la sustentación oral de la Tesis Doctoral en Educación de la profesora Ruth Pérez, titulada: "El sentido de la filosofía para la formación docente como coconsrucción social de sus actores" donde actuó como jurado principal el Prof., y matemático Dr. Pablo Pérez (UNEXPO), Dr. Alexander Moreno (UPEL-IPB), Dra. Anny Montero (UPEL-IPB), la Dra. Luisa Mendoza (Tutora) y, seguramente otro académico universitario que ahora olvido (¿Dr. Luis A. Paradas?); ya que el tribunal siempre debe ser impar, en este caso de cinco miembros y nos obsequiaron importantes reflexiones al final.
Efectivamente, resultó una excelente disertación. Hasta nos sentimos interpelados en algún momento porque en lo personal, siendo egresado como Profesor en Ciencias Sociales, Mención Historia de la UPEL-IPB (julio, 1995) y no en la carrera de Filosofía, por no poder optar a las opciones que entonces se ofrecían en el país: UCV, LUZ, ULA, UCAB, UNICA o Universidad Católica Santa Rosa (trasladarse a otro estado para seguir estudios siempre ha sido costoso, más en las universidades privadas); en 2005 resultamos ganadores de los concursos de oposiciones para proveer personal académico y de investigación en el Área de Teoría Educativa de la UPEL-IPB. A esos fines comenzamos a administrar precisamente los cursos de Introducción a la filosofía, Filosofía de la educación, Ética y docencia, inclusive Sociología de la educación y Sistema educativo venezolano.
Así que cuando oí las críticas por las debilidades en cuanto a dominio del contenido y didáctica, dije para mis adentros: ¿se estará refiriendo a mí? En oposición con quienes son "filósofos" y "enseñan" a filosofar, no historia de esta disciplina. Por otra parte, pareció incluirse entre quienes sí suelen hacerlo con la pasión y entrega intelectual suficiente y sí enseñan al estudiante de pedagogía mínimamente a pensar en sentido ontológico y epistemológico. Nivel que sólo alcanzan una minoría del estudiantado, según sostuvo.
De allí su reflexión del siguiente tenor: "Con frecuencia, algunos de nuestros estudiantes afirman que cursos como los de filosofía solo son un simple requisito, unas cuantas unidades de crédito que tienen la obligación de aprobar para proseguir sus estudios. Esa arraigada creencia de que la filosofía es un curso complementario del cual se pudiera prescindir sin efecto negativo para la formación integral de nuestros egresados es un duro escollo que los docentes de Filosofía debemos enfrentar con gallardía, pero además con argumentos sólidos y profundos".
Pero más allá de semejantes aprehensiones subjetivas de nuestra parte, resulta que en aquella ocasión entré al salón Maximiliano Bezada, UPEL-IPB, sede del este, expectante por oír la referida disertación y el aforo estaba bastante concurrido; tiempos en que aún no se sabía nada de pandemias y cuarentenas. Claro, como no fuera la crisis sociopolítica venezolana que bullía entonces en las calles. Casualmente promovidas por muchos universitarios de nula capacidad para el ejercicio de la reflexión y de hecho actuaron sin parar mientes en las consecuencias de un accionar político: precario moralmente e ineficaz políticamente.
Ergo, ¿la doctora Pérez tiene toda la razón?, el estudiantado parce carecer de eso que llamó pensar con sentido más profundo su interpretación de la realidad ni contar con muchas herramientas intelectuales con fines de generar las transformaciones que desean; pero esa carencia no es exclusiva de tal sector juvenil, se puede incluir también ahí a ciertos agentes del orden público, militantes de organizaciones políticas y sus dirigentes. etc. (Guaidó y los chicos "súper poderosos" de Primero Justicia y Voluntad Popular incluidos y adláteres que sólo pensaron en cómo enriquecerse con el erario público); pero eso sería otra cosa, esa generación ya está perdida, sus líderes como decía el personaje aquel de la tv, tendrán que nacer de nuevo.
Sigamos con estas otras reflexiones. Por ejemplo, en la siguiente cita acotó la autora en la tesis que se comenta que: "Egeo era el noveno rey de Atenas, hijo de Pandión II y Pilia. Luego de haber contraído dos nupcias, el jerarca se hallaba profundamente decepcionado por no haber podido lograr un heredero de su trono. Por azares de su destino, Egeo fue embriagado por un homólogo, el Rey Piteo quien, aprovechando su estado de delirio, lo hizo reposar con su hija Etra. De ese encuentro nació Teseo, quien posteriormente se constituiría en el héroe que venció al Minotauro".
Nota bene, nadie vaya a preguntar quién sea el minotauro en Venezuela, ¿Maduro o Guaidó? ¿El gobierno o la oposición? ¿Trump o las ideologías cerradas?, derivamos más bien hacia un espacio concreto, pues en su exposición aséptica o cuidadosa de no contaminarla con la dinámica de la historia inmediata. sostiene que:
"En nuestra UPEL-IPB, nuestra Atenas Académica, el currículo rige los contenidos que administran los docentes en los cursos de Filosofía en cada una de las especialidades. Para tales efectos, debe hacer frente a múltiples y complejos elementos y realidades que ameritan la atención de quienes lo ejecutamos en nuestra diaria labor profesional docente para la formación filosófica de los futuros educadores".
Luego, cierra con este aporte que convendría actualizar: "A modo de preámbulo para la comprensión de la problemática curricular en torno a los cursos de Filosofía, es oportuno saber que el actual diseño curricular de la UPEL-IPB data de 1999. En su Documento Base figuran 13 numerales que resumen el propósito del currículo de la Universidad. En el numeral 8, p. 27, el documento expresa que uno de los propósitos del currículo es: "Promover el desarrollo de habilidades y actitudes para el ejercicio ético, racional, reflexivo, crítico y eficiente de la docencia en el marco de la política nacional de Formación Docente". ¿Se estará logrando? ¿Se requieren otros estudios evaluativos?
Bien. Sobre la importancia de la Filosofía acota: "Asimismo, dentro del perfil profesional que describe el precitado documento, se puede apreciar que la UPEL está orientada hacia la formación de profesionales de la docencia que, entre otras cualidades, sean personas "con actitudes favorables y reflexivas en cuanto al compromiso nacional y responsabilidad y responsabilidad hacia el desarrollo ético, político y moral de la docencia" (p. 31). En el alcance de este propósito, la filosofía resulta factor insustituible, por cuanto, de todas las formas de pensamiento, es la filosofía la más idónea para proveer al ser humano –en este caso al docente en formación- de la capacidad crítico-reflexiva y del posicionamiento moral imprescindibles para la formación y el ejercicio de la docencia".
En otra parte refiera que: "Como resultado de mi indagación hermenéutica, pude identificar las siguientes subcategorías constituyentes de la categoría 4: 4.1 El lugar de los cursos de filosofía en el plan de estudio como nudo crítico del filosofar en la UPEL-IPB; 4.2 Los Cursos de Filosofía ¿Accesorios en el Plan de Estudios de la UPEL-IPB?; 4.3 La Predilección por la Especialización como Práctica Reduccionista del Valor de la Filosofía en la Formación Docente; 4.4 El Tiempo Asignado por el Currículo para el Filosofar: Egeo envía los Jóvenes a ser Devorados; 4.5 Los Programas de Curso: Espadas y Escudos para la Batalla; 4.6 La Discontinuidad de los Cursos de Filosofía en la Prosecución Académica como Desatino en la Estrategia del Rey Egeo; 4.7 La Filosofía Atrapada en la Prisión de Egeo: las Instancias Administrativas como Limitante del Filosofar en la UPEL-IPB; 4.8 ¿Curso o Cátedra? La Concepción Educativa detrás de la Denominación; 4.9 La Filosofía como Reina de Todo Saber Contenido en el Currículo; 4.10 La Filosofía en la Transformación Curricular de la UPEL-IPB ¿otro traspié del rey Egeo?"
Finalmente, al traer a colación estas citas y tal vez abusivamente muy extensas de la colega, pienso que trabajos académicos como el referido bien pudiera ser propicio para repensar la nueva situación que tenemos en cuanto a enseñanza de la Filosofía en la UPEL-IPB, cuyos cursos específicos sencillamente DESAPARECIERON en el nuevo diseño curricular (según el documento base de 2012), ahora pasaron a llamarse PENSAMIENTO PEDAGÓGICO Y FILOSÓFICO o cosa parecida; y por estos días que el Instituto Pedagógico de Barquisimeto anuncia el inicio de un Minisemestre entre el 24 de noviembre de 2020 y el 28 de febrero-marzo de 2021, he pensado otra vez en estas cosas. ¿Se habrá perdido o ganado al fusionar tales contenidos?