Bodegones universitarios

Lunes, 24/05/2021 03:51 PM

Los gobiernos de la Revolución Bolivariana han pasado, hasta ahora, básicamente por tres etapas. Una primera etapa, que comienza en 1999, que podemos denominar de indefinición política. El comandante Chávez llegó a la Presidencia de la República sin un programa político concreto y sin una clara posición política. Conocidos son sus vaivenes en política, recordemos que en un momento dijo ser simpatizante de la Tercera Vía. Una segunda etapa, que se inicia en 2004, cuando el comandante Chávez declara el carácter antiimperialista de la Revolución Bolivariana y toma un nuevo impulso en 2005 cuando se define como socialista cristiano. Esta etapa se caracteriza por su enfrentamiento discursivo abierto contra los Estados Unidos y el establecimiento de lazos con diversos países antagónicos a estos. Y una tercera etapa, la cual comienza con la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia después de ganar las elecciones de 2013. Entre estas dos últimas etapas vivimos una fase transitoria muy particular, corresponderá a historiadores, sociólogos, psicólogos y otros científicos sociales elaborar explicaciones sobre los fenómenos ocurridos en ese tiempo. La característica predominante de esta última etapa es un giro a la derecha en lo económico, manteniendo un discurso radical y antiimperialista. Estamos viviendo un experimento interesante y único en América de un gobierno neoliberal disfrazado de progresista. El experimento de Moreno en Ecuador no fue tan exitoso, aunque las fuerzas del capital lograron ganar las elecciones después de su nefasto mandato. El experimento de Áñez en Bolivia fue un rotundo fracaso. El experimento de Maduro ha resultado hasta ahora muy exitoso para el capital. El presidente Maduro ha avanzado más en la ejecución de la agenda neoliberal de lo que hubiesen logrado gobiernos de la derecha. La dolarización, el aumento desproporcionado del precio de la gasolina, la privatización de empresas del Estado, la expoliación del patrimonio de los trabajadores, etc., no las habría podido llevar adelante en paz un gobierno de López, Capriles o cualquier otro líder de la derecha. Una de las instituciones bandera de esta nueva política neoliberal, bajo un manto progresista, son los llamados bodegones. El bodegón es el modelo a seguir en muchos aspectos de la vida nacional, la educación no es una excepción.

Hace poco, el ministro de Educación Universitaria hizo públicas dos normativas para regular el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación universitaria y crear los denominados "Sistemas Multimodales de Educación Universitaria". Hasta este momento no tengo información alguna sobre la opinión de las comunidades universitarias sobre estas normativas y sus posibles implicaciones. Sin entrar en detalles de los considerandos y del articulado, se puede afirmar que tales normativas están atravesadas, mejor dicho, contagiadas de ideas neoliberales sobre la educación. También se puede decir que, a pesar de la retórica igualitaria y de justicia social, están dirigidas a satisfacer exigencias de los sectores más acomodados económicamente de nuestra sociedad actual. Esas normativas están exactamente alineadas con las políticas económicas de dolarización del comercio, ajuste de precios al estándar de los países capitalistas avanzados y creación de espacios "de paz" para los sectores más beneficiados económicamente de la crisis política, social y económica que sufrimos las y los trabajadores y los sectores en pobreza extrema.

Considero que con esas resoluciones se busca crear las condiciones para el funcionamiento de los "bodegones universitarios". La propuesta educativa planteada en esas normativas no es viable en las universidades públicas. Como ya dije, esas resoluciones solo buscan crear los espacios para que los empresarios de la educación puedan expandir legalmente sus negocios y ofrecer sus servicios educativos incluso a estudiantes en el extranjero. Incluso abre las puertas a la contratación de profesores extranjeros no residentes en el país para la gestión de asignaturas, programas y organizaciones. Ya, en completo silencio, el gobierno comenzó a aplicar el modelo de la tercera etapa de la Revolución Bolivariana con la autorización de una empresa privada, Dawere, para gestionar educación media a distancia virtual. Con la aprobación de las dos normativas antes mencionadas, el poder ejecutivo extiende a la educación universitaria la aplicación del modelo característico de la tercera etapa de la Revolución Bolivariana.

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