undación de Pueblos de doctrina en la región Centro-occidental de Venezuela

Reminiscencias de la historia venezolana (XIV)

Lunes, 14/06/2021 12:39 PM

La fundación de los pueblos de doctrina se basa en la orden del Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela, Francisco de la Hoz Berríos, para fundar 20 pueblos de indios en la región de Barquisimeto, que junto al Tocuyo y Carora, que eran pueblos de españoles con categoría de ciudad con Cabildo, Según J.J. Salazar nos dice en su obra ya citada en anteriores entregas, donde hace las siguientes anotaciones:

"Comúnmente la Fundación de los Pueblos de Indios fue reservada a los misioneros o curas doctrineros. Sin embargo, la reducción de los indígenas que estaban muy dispersos en regiones muy vastas, era encomendada por los gobernadores a Los Cabildos.(…) Debido a las extremas crueldades y tratamientos inmisericordes que los indígenas recibían de los colonizadores hispanos, las autoridades civiles con el concurso de los curas doctrineros prefiguraron varias instituciones para salvaguardarlos del exterminio cuya consecuencia era la creciente despoblación de los indios. Muchos de ellos se veían obligados a huir en defensa de su vida hacia tierras estériles e inhóspitas.

Esta política de protección al indio, no sólo tuvo la intención pura de protección y adelanto de la obra colonizadora reglamentada por la Corona, también era de orden económico. (Pág.102).

Queda claro que los métodos sistemáticos de esclavitud, repartimientos y encomienda, aplicados como políticas de sometimiento al aborigen, mediante leyes reales y bulas pontificias, conducidas por los conquistadores, fueron el fundamento de la organización social, política, administrativa y principalmente económica, con las que se promovió el desarrollo del progreso económico de Europa y fundamentalmente de la empobrecida España, después de ser sojuzgada por casi ocho cientos años bajo el dominio del Imperio Musulmán.

Partiendo desde el momento en que comienza a sucumbir la mano de obra esclava aborigen por las causas ya descrita, por lo cual la economía de la conquista estaba arruinada, entonces el colonizador se ve en la necesidad de reclutar los reductos aborígenes que se habían dispersado para salvarse de la explotación y la muerte; es cuando en la región Centro-occidental el Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela, Francisco de la Hoz Berrío, en agosto de 1620, expide la orden de "poblar y congregar los indios" que moran en la dispersión, el historiador Guillermo Morón, en su obra "Historia de la Provincia de Venezuela", explica las fases del proceso de conquista y colonización, efectuado en Venezuela por la Corona Española, para consolidar y legitimar su dominio en estas tierras, aplicando la fundación de pueblos y ciudades, donde señala que:

"…el poblamiento de la Provincia de Venezuela se hizo de manera sistemática, primero con la fundación de las ciudades; se completó con la creación de pueblos, especialmente los cincuenta que fundó el Gran Gobernador Francisco de la Hoz Berrío; y por último los establecidos por los capuchinos, bien desde sus fundamentos o sólo fortalecerlos como doctrina" (Pág. 388).

En la Región Centro-occidental para ese entonces, los españoles habían fundado cuatro ciudades, a saber: Coro, El tocuyo, Barquisimeto y Carora. Según Yolanda Aris, Cronista oficial del Municipio Palavecino en un trabajo titulado: "Los Pueblos Cuatricentenarios del Estado Lara", escribe:

Las ciudades de blancos españoles fueron la base de sustentación de las provincias. Se ocupaba la tierra y se legalizaba la propiedad de la Corona en esos espacios. Y citando a Morón, dice: "… En cada uno de los territorios básicos fue fundada una, que a la vez servía como punto de partida para otra… las ciudades dieron forma y fuerza a la provincia…" (p. 309)

La Provincia de Venezuela fue el espacio territorial con mayor número de ciudades fundadas en el siglo XVI, donde se consolidará la colonización de nuestro país, por la permanencia de esas ciudades, y más tarde con el apoyo logrado, con los pueblos de doctrina establecidos por Francisco de la Hoz Berrío en 1620.

Los pueblos en la Provincia de Venezuela, surgirán a partir del siglo XVII, y tienen dos orígenes: por iniciativa de gobernadores, es decir, sobre la base indígena a través de las encomiendas, formando pueblos de doctrina, y por la de los misioneros capuchinos, originando pueblos de misión.

La primera disposición en relación a los pueblos como tales, como agrupaciones distintas a las ciudades, y que mantienen la estructura política de la provincia, señala Morón, que emanó del Gobernador Mazariegos; quien obedecía la Real Cédula de Madrid del 4 de agosto de 1574, donde se mandaba juntar a los indios en pueblos. (p. 379). Agrega, que otro intento de cumplir con la orden de reducir a los indios a pueblos, se hizo en 1609 durante el gobierno de Alquiza. (p. 381) Ninguna de ellas se concretó.

Según El historiador Reinaldo Rojas "El Régimen de la Encomienda en Barquisimeto Colonial.1530-1810) apunta las siguientes anotaciones:

"(…) la encomienda será la institución que impulsará el poblamiento, mediante la sujeción de los indígenas a los pueblos de doctrina y misión creados por el Estado Español y la Iglesia. Durante 70 años estuvieron agrupados bajo el poder de los encomenderos (1552-1620).

En la jurisdicción de Carora fundó 4 pueblos de doctrina: San José de Siquisique, Santiago de Río Tocuyo, Nuestra Señora de la Chiquinquirá de Aregue y San Miguel de los Ayamanes de corta duración.

Los pueblos de doctrina se fundaron en 1620, alrededor de las diez ciudades existentes en la Provincia de Venezuela para resguardar, mantener y afincar las ciudades, mediante la producción agrícola y ganadera, desarrollada por los indígenas, que permitiría abastecerlas de alimentos, y de esa manera, fortalecer la colonización y el poblamiento de esta provincia.

Facilitó y potenció la misión evangelizadora de la Iglesia sobre los indígenas, al tenerlos agrupados en pueblos y no dispersos en las encomiendas, y logró el sometimiento de los indígenas al modificar o sustituir, sus tradiciones, idioma, religión, forma de trabajo y cultura por la española."

Ambrosio Perera en el tomo I de Historia de la Organización de los Pueblos Antiguos de Venezuela,

Destaca este autor, que Francisco de la Hoz Berrío recorrió el territorio de la Provincia de Venezuela entre 1619 a 1621, visitando las encomiendas, los sitios indígenas y fundando personalmente o mediante comisionados especiales, los pueblos de doctrina en las cercanías o jurisdicciones de las tres ciudades fundadas existentes en el actual estado Lara: El Tocuyo, Barquisimeto y Carora. Contribuyó el Obispo Fray Gonzalo de Angulo para regular la parte eclesiástica, la doctrina. (p. 381).

El 16 de abril y luego el 4 de octubre de 1618 desde Madrid, El Rey Felipe III, derivó unas Cédulas Reales donde se hacía la solicitud de reunir a los indios en pueblos, ordenando al Gobernador y al Obispo que tomaran aquellos que se encontraban dispersos en las encomiendas, y mandando a los encomenderos a prestar su apoyo para conformarlos. Guillermo Morón, señala que el Obispo Angulo dice que para justificar la fundación de los pueblos de doctrina se le hacía entender a los indígenas:

…que las poblaciones se hacen por su bien, para que tengan más conocimiento de la Santa Fe, vivan con más policía, (vigilancia), para que los encomenderos no los puedan tratar mal, ni castigar, ni hacer los trabajos más de los tres días estipulados… (p. 64)

Estos argumentos, de la supuesta protección a los aborígenes, no eran más que una mera trampa, para engañarlos y facilitar la dominación y exterminio de los pueblos originales. Partiendo desde 1530, cuando la expedición alemana encabezada por Federmann has 1621, cuando son fundados por los españoles, los pueblos de San Miguel de los Ayamanes y San José de Siquisique, se aprecia un recorrido violento, de 91 años, cuando los nativos que fueron dominados, subyugados y esclavizados en las encomiendas de Cano Valera, Gordon y sus camarillas, fueron trasladados en 1621, hasta el Valle de Sicare, ubicado en el hoy Municipio Torres, del Estado Lara, a 200 kilómetros más allá de sus originales pueblos, para fundar estos dos pueblos de "doctrina", donde estos nativos fueron llevados por la fuerza, hasta ese lejano lugar, donde no soportaron el cambio de vida y ambiente y tuvieron que escaparse de aquellas apartadas tierras y volver a sus territorios de su pertenencia, hasta donde los españoles, dos años más tarde se vieron en la necesidad de regresar, en busca de los servicios baratos, de los nativos y en 1623 proceden a refundar los dos pueblos: San José de Siquisique y San Miguel Arcángel de los Ayamanes, donde hoy aún existen.

Levantan, al pueblo de San José de Siquisique a orillas del Rio Tocuyo, cerca de la confluencia del rio Baragua, con el Tocuyo; no fue fundado un pueblo de indios, como se nos ha dicho históricamente, sino un pueblo de españoles, utilizando la mano de obra aborigen como esclavos, para construir las obras de arquitectura, (casonas para la habitación de los españoles) que hoy en este pueblo podemos apreciar, y los nativos Ayamanes volvieron a sus espacios, en la parte alta Sur del Municipio Urdaneta, donde hoy podemos apreciar este bello pueblo, fundado y denominado por los españoles, San Miguel Arcángel de los Ayamanes, hoy emblema de la Parroquia San Miguel, de este Municipio.

Pero no todos los fugados del Valle de Sicare aceptaron los nuevos asentamientos, San José y San Miguel, muchos se fueron a las montañas de Parupano, Moroturo, Macuere, el Jusal, Matatere y otros sitios, donde pudieron convivir sin el asedio de la esclavitud y sumisión por parte de los españoles, donde siguieron realizando sus labores culturales y espirituales, las que aún hoy a cuatrocientos años de la reducción aborigen con la fundación de estos dos pueblos de doctrina y más de quinientos años del llamado descubrimiento, los descendiente de aquel pueblo Ayamán, hoy tenemos la dicha, de tener encendida la llama aborigen, cuando en el Cerro de Moroturo, (Estado Lara) Mapararí (Estado Falcón) y otros sectores del legendario territorio Ayamán, se conserva el milenario ritual de la Danza de Las Turas, como legado espiritual de esos pueblos destruidos y asolados por los conquistadores europeos.

He aquí la importancia del estudio de la historia fundamental de los pueblos, saliéndonos del marco metodológico institucional y catedrático, impuesto por las instituciones burguesas, que aún hoy siguen imponiendo sus necios criterios, para bloquear el verdadero análisis científico de la historia popular, privando de alguna forma el sentido del pensamiento crítico y analítico y la investigación y estudio de las fuentes anecdóticas, del imaginario popular, que configuran la tradición histórico-cultural-ancestral de nuestros pueblos. Por ello, no es, que no estemos de acuerdo con la celebración de las fechas de fundación de pueblos y ciudades; lo debemos hacer mediante la reflexión y análisis con la aplicación del pensamiento crítico y reflexivo, ya que en

"En aquellos momentos se consideró que, puesto que los indígenas no eran gente ni tenían alma, se justificaban los desmanes contra ello, sólo construían una suerte de animales. Por otra, su aplicación debía servir para convencer de su minusvalía y garantizar su obediencia ciega. Algunos de los calificativos culturales más comunes, acuñados por los cronistas sobre el pueblo venezolano a inicios de la Colonia, fueron los de ser flojos, perezosos, emotivo, irracional, falto de motivación y de creatividad, indolente, violento y cruel, como una noción particular del tiempo en la que no existe la idea de un porvenir inmediato, supersticioso y sin motivación al logro". Montero, 2008. 19, citado por Vargas-Arena y Sanoja. Una lectura geohistórica: hacia la construcción del estado popular comunal, 2012. Pág. 101.

Entonces, ¿Que celebramos?... ¿Acaso el exterminio de nuestros abuelos y abuelas aborígenes?... Ó, ¿el feliz acomodo de los conquistadores, colonizadores que fundaron sus ciudades, sobre los escombros y despojos de los pueblos naturales, habitados milenariamente por los aborígenes?... Ó, ¿el progreso de nuestros verdugos imperiales, enriquecidos a expensas del sacrificio, el sudor y la sangre del nativo?... Ó, ¿el progreso del continente europeo a expensas de nuestras inmensas riquezas, mientras quedábamos en la miseria?…que aún vivimos en la miseria, y con el remoquete de "tercer mundo", cuando naturalmente abastecimos y seguimos abasteciendo al llamado "primer mundo", ahora incluyendo al Imperialismo Norteamericano con las riquezas que aún poseemos, sin que, a más de quinientos años de tragedias sociales, aún no nos hemos preocupado por exigir el resarcimiento de tan graves daños, que ese primer mundo nos ha causado, siendo nosotros la causa de su progreso y sus preciadas riquezas.

Los pueblos originarios del continente Abya Yala ( hoy América), pasaron trescientos años de férrea lucha en franca resistencia por la libertad; cuando al fin se pudo ver, los ilusos resplandores de los libres, que a pesar de la gloriosas batallas, donde se hizo presente el sacrificio heroico del pueblo; el esclavo siguió siendo esclavo, los hijos de pueblo seguían cautivos en las mazmorras de la explotación del hombre por hombre, cuya ignominia seguía enclavada por encima de las glorias heroicas de luminosas victorias, que muy pronto, para el pueblo fueron efímeros triunfos.

Esas mismas luchas y batallas del pueblo, volvían a reinstalar al opresor en el poder. Así lo comprendió Bolívar, en el declinar de su existencia física, en el batallar último, de sus postreros días, en San Pedro Alejandrino; su lucha incansable, no pudo plasmar en glorias libertarias para el pueblo, en su momento, pero han quedado pendientes para la posteridad que hoy nos toca enfocar con el carácter y convicción de la lucha revolucionaria popular, con "unidad, lucha, batalla y victoria" como nos lo indicó el Comandante Hugo Chávez.

Gracias por su lectura. Hasta la Próxima entrega.

Nota leída aproximadamente 2032 veces.

Las noticias más leídas: