Girardot, el corazón de la independencia. Parte III. Muerte, geopolítica y legado histórico

Miércoles, 29/09/2021 12:51 PM

En Septiembre de 1813, Monteverde estaba usando como guarida segura Puerto Cabello, y un contingente de 1.200 hombres llegados de Cádiz al mando del coronel español Salomón, todos elegantemente trajeados de militares a quienes Monteverde veía como patiquines citadinos; pero, eran la cifra que podría ser la diferencia para enfrentar al ejército libertador, que tenía varios meses sitiando esa plaza militar. Bolívar junto a sus valientes oficiales, incluido Atanasio Girardot, deciden quitarle el ahogo a las tropas españolas para que salieran a dar la batalla. La estrategia funcionó y Monteverde decide ir al mando del ejército, desconfiando de la calidad de Salomón en estas lides de guerra, frente a los patriotas venezolanos. Y comete un gran error, fracciona la tropas en dos partes, y marchan a una distancia aproximada de dos leguas una de la otra. Después de muchos análisis, Bolívar piensa y comparte que cree que allí hay una trampa, porque un error de esa naturaleza no lo comete sino un inexperto; pero se verá en el avance de las batallas de que se trata la sorpresa, y ordena ir contra esas tropas, evidenciando que fue un error táctico.

Girardot y la vanguardia van contra el ejército español que llegó hasta Bárbula y la batalla es realmente favorable a los patriotas, los españoles recién llegados de Cádiz están muertos y esparcidos por el campo, y los demás huyen por desfiladeros, quebradas, selva espesa y otros se entregan. Pero la batalla no cesa aún ganando y un porta estandarte avanza a cantar la victoria en la cima de la montaña, a la vista de todos los vivos y los muertos, entonces Atanasio, toma el estandarte y avanza con el viento batiendo la bandera de la libertad que cubre el lado derecho de su cuerpo, y un soldado español agonizante, recostado sobre el cuerpo inerte de un soldado patriota, dispara un fusil que atraviesa en forma ascendente la cabeza de Atanasio quien rueda por la pendiente herido de muerte. Algunos soldados que vieron al español disparar van contra él, pero estaba muerto, fue su último disparo, y el cañón todavía despedía calor. Todo el campo de batalla está mudo de dolor y un mensajero fue enviado a dar el reporte de la muerte de Atanasio, llega ante Bolívar y le da el parte. Un grito de dolor acompañado de lágrimas se escucha en el comando del general en jefe de los ejércitos libertadores, lanzado a todos los vientos:

¡Ha muerto el corazón de la independencia, ha muerto triunfando Atanasio Girardot!

Bolívar envía órdenes precisas a Luciano D´Eluyar, el mejor amigo de Atanasio desde que fueron enviados desde la Nueva Granada a apoyar la Campaña Admirable, para que asumiera implacablemente la persecución de las tropas realistas que estaban en Las Trincheras, asunto que cumple a cabalidad. El camino de la huida de Monteverde, nuevamente hacia Puerto Cabello, quedó cubierto de sangre y muerte. Monteverde herido por un soldado de su propio ejército, recibe un tiro cuando cobárdemente abandonaba sus tropas e inmediatamente es llevado al puerto para su tratamiento médico. Entrega el mando provisional de la capitanía general de Venezuela y del ejército al coronel Salomón. De las tropas recientemente llegadas quedan apenas unos 500 soldados en Puerto Cabello, y muchos oficiales están ahora en poder de los patriotas.

En la novela Girardot, el corazón de la patria se narran muchos aspectos colaterales a esta inesperada muerte ganando una batalla. Pero vamos al grano de los acontecimientos precisos: Bolívar está muy triste, desolado, agotado y hasta huraño, su mente es un reverbero de todo lo que aconteció y de lo que vendrá. ¿Qué fuerza hizo que estando ganando la tropa se llorara a cántaros? ¿Cuánto prestigio y amistad tuvo este coronel patriota con sus oficiales y tropas? ¿Cuánto amor le puso a la arenga de esa mañana antes del combate? Bolívar, entonces ordenó traer su cadáver ante los médicos militares con quienes conversó en secreto, y parecía recalcar e insistir mucho sobre el tema que trataban.

Cuando traen el cadáver ante la presencia de Bolívar lo mantienen envuelto en la bandera que defendió con honor; Bolívar se acerca, lo detalla y llora. Luego se hace un silencio nunca vivido en el comando de las acciones bélicas, la gente está congelada por un frio que nunca ha existido. El personal médico se encarga de llevar la camilla donde yace Atanasio hacia un lugar adecuado donde tienen su instrumental y proceden primero a describir la causa de la muerte, indicando la trayectoria ascendente del balazo, las demás heridas son lesiones en la piel provocadas durante su caída estrepitosa al suelo de Bárbula. Lo segundo, con mucho cuidado hacen unas incisiones en el lado izquierdo del pecho, separan unas costillas y extraen el corazón y comienzan a lavarlo con mucho cuidado y a tratarlo con soluciones y procedimientos que solo los médicos conocen desde sus clases en la universidad sobre conservación de órganos. Luego suturan el pecho y rellenan con tela el espacio por donde fue la trayectoria del disparo, lavan muy bien las partes ensangrentadas, secan su cuerpo y le colocan una casaca nueva. Sus pómulos están perdiendo el color rojizo que en vida le causaba el calor.

Bolívar, en ese tiempo piensa el decreto que dictará en memoria a este joven de apenas 22 años quien con grado de coronel, fue la vanguardia, el estratega para destruir los planes de los enemigos: "El coronel Atanasio Girardot ha muerto en este día en el campo de honor. Las Repúblicas de la Nueva Granada y Venezuela le deben en gran parte la gloria que cubre sus armas, y la libertad de nuestro suelo. Vencedor en Palacé de un tirano formidable llevó por la primera vez el estandarte de la Independencia bajo las órdenes del general Baraya, a la oprimida Popayán... El día 30 de septiembre será un día aciago para la República, a pesar de las glorias de que se han cubierto sus armas en este mismo día, y se hará siempre un aniversario fúnebre, que será un día de luto para todos los venezolanos..."

Es un decreto extenso y conmovedor, preparado en el ardor del duelo y que abre los espacios para dos actos fúnebres: Uno el sepelio del cuerpo en la catedral de Valencia y otro, el traslado del corazón inmortal del recuerdo en procesión hasta Caracas, es posiblemente en términos de población y tiempo, la más espectacular procesión, entre la formalidad del cortejo, los cantos, la música, los poemas y las misas en cada pueblo, hasta llegar a Caracas donde el corazón es entregado para que una carroza conducida por seis ángeles, y dos ángeles sobre esta, llevan el corazón de Atanasio, protegido en una pequeña urna de madera, cubierta de una fina tela negra con bordados de oro. Ese corazón descansará en un cripta especial, que a pesar de haber transcurrido más de 15 días desde su muerte, no ha sido concluida, entonces el corazón se entrega en custodia al arzobispo realista Coll y Prat, quien a su vez lo entrega a un sacerdote de apellido Llorente, por casualidad el mismo apellido de quien por fanatismo provocó el desenlace independentista de la Nueva Granada. Todos los detalles adicionales están descritos en la novela biográfica e histórica.

El tema de la geopolítica, es una narrativa dispersa, porque los 150 jóvenes que vinieron a dar apoyo a la libertad de Venezuela eran élites del ejercito de la Nueva Granada; y es por eso que Bolívar, en todo momento del avance de las tropas desde la Villa Redimida de San Antonio de Venezuela, los alaba, los presenta como valientes, como fuerza de libertad y demás calificativos de honorabilidad y capacidad para la guerra. Entonces en este momento, debe impulsar el discurso de la amistad y la fraternidad con mayor ahínco, que toda Venezuela sienta su muerte, que la ciudad de Caracas sienta el impacto en el alma. Igualmente, esos mismos sentimientos y toda la narrativa de lo acontecido es enviada a Cundinamarca y Tunja, para que el presidente de Cundinamarca, Antonio Nariño se entere de la infausta noticia, y en Tunja, el Congreso entero de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, y su líder Camilo Torres, entienden ya que el enemigo es otro, no son nuestros hermanos, y que esa pérdida es irreparable, pues se sabía que existían planes para que al regreso de Atanasio Girardot, tendría el grado de general y tropas para ir contra los españoles, ahora con más fuerza en diversas partes del territorio de la Nueva Granada. Bolívar sabe cuánta falta hará, y eso lo deja claro tanto en los mensajes con emisarios como en sus misivas. En todo caso, las tropas de la Nueva Granada tienen mucho que seguir dando por nuestra libertad. Atanasio posiblemente sembró una de esas semillas de amor por Colombia que siempre acompañó a Bolívar.

También Bolívar escribió a la familia Girardot Díaz por intermedio del padre de Atanasio, Louis Girardot; en esa correspondencia también iba la última carta que escribió Atanasio a sus padres, entonces su madre consideraba que la verdadera carta era la de su hijo, porque decía que pronto vendría de regreso con la misión cumplida. Su padre Louis, solo lloraba de desesperación por su hijo amado.

He aquí el legado de sacrificio de los Girardot como ofrenda por la libertad y la independencia. Después de la muerte de Atanasio muere Pedro su hermano querido, de igual edad, en la Batalla de Juanambú, al sur de la Nueva Granada, luego Louis, su padre se incorpora a la guerra y es asesinado vilmente mientras dormía, previo a una batalla en los llanos del Casanare; su hermanito menor, Miguel se incorpora al ejército por su porte alto y fornido, sin tener la edad para ir a la guerra y en un viaje de Bolívar visita a la familia de Atanasio y al ver al joven que llevaba uniforme de entrenamiento militar, lo invita a unirse a su ejército, le da grado de teniente y lo coloca a las ordenes de general Carlos Soublette, parten hacia Jamaica, luego a Haití y desde allí Miguel viaja en la expedición de los Cayos. Estando en territorio venezolano participa en la Batalla del Sombrero donde es derrotado Morillo, cientos de españoles mueren, y pocos patriotas quedan en la sabana muertos, entre ellos Miguel Girardot. La madre de los Girardot, muy deprimida y siempre orando y llorando, fue despojada de sus bienes por ordenes de Morillo, en Bogotá, y la miseria fue entonces su compañía.

Ante tanto valor moral e histórico ¿Cómo es posible que Atanasio esté en el olvido? ¿Cómo es posible que después de tanta hermandad los dirigentes de la hermana República Colombia sean nuestros peores enemigos? ¿Cómo es posible no poder limar las desavenencias para orgullo de la historia y para la buena vecindad?

Bolívar decretó que los 30 se septiembre son días para recordar a Atanasio Girardot, yo que no estuve allí no puedo olvidar esa fecha, donde un joven de apenas 22 años, venido de otra tierra, murió por nuestra Patria.

¿Dónde está el corazón de Atanasio?

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