Radiografia de la UCV (Xlll)

Domingo, 24/10/2021 12:34 AM

Recibí la llamada de un amigo, colega, docente de la UCV, a quien le habían llegado algunos artículos de la serie Radiografías de la UCV, solicitándome le enviara todas las reflexiones y al mismo tiempo me invitó a pasearnos por el campus universitario para observar los trabajos de recuperación anunciados por el gobierno nacional.

Le respondí que sí y como él es fotógrafo profesional, le dije ármate de cámara y celulares para dejar constancia de lo que podamos ver.

Así lo hicimos, acordamos vernos en la Plaza de las Tres Gracias, donde tres damiselas ven desde la fuente el panorama general de la universidad, pero que ignoran, su deterioro interno.

Por la entrada que da acceso al Paseo lo próceres, ingresamos a la UCV, la placa que identifica a la institución paralela a la caseta de vigilancia, que observamos más limpia, y las placas de bronce donde se había colocado un pensamiento de Bolívar sobre la UCV, las cuales habían sido sustraídas, fueron sustituidas por una especie de cartel con un mapa sobre el campus ucevista y la leyenda de Patrimonio de la Humanidad.

Comenzamos a ver cambios significativos, el desmonte, el corte de la grama, el retiro de basureros, los pasillos y sitios de estacionamientos frente a al edificio de la Biblioteca más limpios. Algunos chaguarnos ya dañados estaban siendo cortados y notamos que se habían sembrado algunos nuevos. Buena impresión.

Observamos también adelantos en los trabajos para reparar el pasillo derrumbado y maquinarias para ser utilizadas, en su reparación.

Nos encontramos con cuadrillas de trabajadores por los lados de la entrada de la UCV, hacia el Clínico Universitario, por cierto que desmontada la grama del pasillo, pudimos observar, la placa en homenaje a Carlos Yepez, trabajador, asesinado en 1969, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez y de la Policía del ex Alcalde, que ahora se echa fresco, allá en el Reino de España. Es de las pocas placas de mártires que se mantiene, quizás por ser de mármol y está bien empotrada.

Los trabajadores se veían también en labores de limpieza recuperación de vías vehiculares, pasos peatonales y de personas con discapacidad. Algunos techos estaban siendo frisados a otros se les estaba poniendo capas de asfalto protectoras y revisaban también las instalaciones eléctricas por años abandonadas a la intemperie.

Los espacios entre Hospital Clínico y Medina Experimental habían sido desmalezados y se veía la poda y desparasitaje de los arboles. Observamos también, que se estaba frisando paredes exteriores de Medicina experimental.

Vimos también reparaciones en la Plaza del Rectorado y el edificio don se encontraban las instalaciones de OBE y otras dependencias administrativas. Por cierto que diagonal a esa edificación está el Reloj, y notamos que se le habían colocado andamios para ser refaccionado y ojala lo pongan a funcionar, así podremos ver la hora de acabar con esta pesadilla que hoy vivimos los universitarios.

Por todos los lugares que pasamos había cuadrillas de trabajadores retirando escombros y basura y donde eran más numerosos, fue en todo el espacio que abarca la Escuela Trabajo Social, Antropología, Comunicación Social, pasando por las Canchas Tenis hasta llegar a las instalaciones de la Piscina, que tiene años sin funcionar gracias a la desidia de las autoridades. Allí pudimos observar que además de la limpieza general al sector, las Canchas de Tenis iban a ser refaccionadas y todo el pasillo de acceso a la piscina frente al Cafetín de la AVP, había sido restaurado.

Nos acercamos a la fachada de la Escuela de Comunicación Social y de la Escuela de Nutrición y Dietética., que está también siendo limpiados por dentro y a la que se puede tener acceso por Antropología.

Allí saludamos a los trabajadores y le dimos las gracias por su colaboración. Uno de ellos, al saber que éramos profesores nos preguntó. Amigos, ¿porque si aquí hay tantos ingenieros, arquitectos y mencionó otras profesiones, permitieron que la Universidad llegará a este estado de deterioro? Y agregó, aquí lo que encontramos fue un desastre. En esta escuela y señaló con un dedo el aviso de "Comunicación Social", ni el baño lo podíamos utilizar, debido al estado de putrefacción en que estaba.

Miré a mi colega, hice un gesto como de reconocimiento de lo que decía el trabajador. Allí recordé a los estudiantes que hacían de porteros, para que las muchachas que utilizaban el baño de Planta Baja, porque la necesidad lo convirtió para ambos sexos, pudieran entrar, porque era el que más o menos se podía usar con ciertas precauciones y papel higiénico que tenía obligatoriamente que llevarse.

La verdad es que no le respondí al trabajador, porque tenía toda la razón y le comentaba a mi colega, acompañante, posteriormente; amigo, a tal grado de desarraigo y de desánimo hemos llegado en la universidad, para que esto suceda y no haya un gesto de protesta. Si, Sotillo, me dijo, insólito, pero este trabajador tiene toda la razón, esta universidad no se parece a la que conocimos como estudiantes donde el espíritu de rebeldía imperaba y nunca permitiríamos tanto abandono.

Pero fíjate agregué yo, a pesar de los cambios que ya tú ves, hay voces agoreras que pretenden implosionar esta iniciativa. Hay autoridades que están diciendo que se está violando la Autonomía, como si la Autonomía estuviera reñida con la limpieza y la seguridad dentro del campus.

Bueno, dijo mi colega, lo que sucede, Sotillo, es que la estrategia de las autoridades era mantener a la universidad, sucia y deteriorada para para culpar al gobierno y exculparse así mismas por su indolencia y –agregó- veras que esa campaña la van continuar con mayor énfasis para descalificar esta iniciativa.

-Eso verdad- le respondí, y emprendimos la salida del recinto. Sólo en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, pudimos leer unos carteles muy rústicos que decían, ¡Clases Ya¡ ¡Aulas Abiertas!, ¡ La Universidad nos necesita aquí¡, ¡ Biomodalidad Ya¡; las mismas estaban, también, hacia la salida de las Tres Gracias en el Edificio de Prácticas Jurídicas. Las leímos, nos miramos y continuamos un poco alegres por la recuperación de las instalaciones y el campus en general, pero apesadumbrados, por la pregunta del trabajador que nos martillaba en la cabeza: ¿PORQUE LOS PROFESORES Y ESTUDIANTES HAN PERMITIDO ESTO?

 

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