Sabías que. Una vez sellada la separación de Venezuela de la Gran Colombia el 24 de marzo de 1831 según nos cuenta el Propio José Antonio Páez en sus “Memorias” se procedió a examinar los resultados electorales y de aquellas Asambleas él salió electo para ocupar el cargo del Primer presidente de Venezuela sin la tutela de Santander ni el poder neogranadino.
Refiere Páez: “El 11 de abril me presenté al Congreso a prestar el juramento de obedecer y sostener la Constitución; y al terminar el acto pronuncié el siguiente discurso: “Por la tercera vez he jurado sostener los principios y con ellos la voluntad de Venezuela. Habiendo escapado, por la voluntad de la Providencia Divina, de los peligros de la guerra, y fatigado ya de las atenciones públicas, después de tantos años de administración, ansiaba por mi dicha en el reposo”.
Mas adelante Páez insiste en los peligros que acechaban a la naciente república: “Lo hubiera escogido de preferencia si no viera la nave del Estado corriendo la más peligrosa borrasca, y que los pueblos me han llamado para conducirla. Quisiera que un piloto más experto se encargara del timón y que haciéndola surcar por entre las olas furiosas de la discordia, la condujese al puerto feliz donde residen la unión, la paz y la libertad; pero, aunque convencido de mi insuficiencia, no he creído que debía abandonarla en tan crítica situación”.
Ese 11 de abril de 1831 el Catire Páez les ratifica su decisión de seguir adelante asumiendo la responsabilidad de ser el líder de la nación y su presidente: “Los respetables geógrafos políticos del Congreso Constituyente extendieron la carta, marcaron los escollos y señalaron los rumbos: yo los seguiré constantemente, emplearé toda mi eficacia en observarla, y repetiré en medio de los más grandes riesgos lo que antes he dicho: ‘Dentro de esta carta deben encontrarse los recursos para salvar la nave del Estado”. Este es otro saber republicano.