Radiografía de la UCV (XIX)

Viernes, 28/04/2023 02:41 PM

  • El futuro de la Universidad Central de Venezuela, está en grave riesgo. Las elecciones convocadas, violando la ley de Educación Superior, y a la medida de actual equipo rectoral, no resolverán los graves problemas de una institución donde muchas de sus escuelas están a punto de cerrar, donde el éxodo estudiantil es alarmante, donde existe ausencia notoria y significativa de personal docente y administrativo. Donde candidatos auto propuestos irrespetan a la comunidad presentándose al ruedo electoral sin hacer las mínimas consultas y con propuestas casi clandestinas.

Si hacemos una pequeña retrospectiva del nombre de la Universidad Central de Venezuela, podemos apreciar, que desde su fundación, la institución, cuyos Estatutos Republicanos, fueron conformados por Vargas y Bolívar, ha tenido varios nombres, pero tal como la vemos actualmente, tal como la apreciamos, tal como ha sido mal conducida por el actual equipo rectoral, parece que tenemos que cambiarle el nombre nuevamente, con el perdón a toda esa historia a la Universidad Central de Venezuela, debería llamársele ahora: La Universidad de la Incertidumbre.

Los estudiantes que se están reincorporado a la otrora máxima casa de estudios del país, los profesores, empleados, y obreros que regresan, luego de las vacaciones forzadas por la pandemia, sus egresados, pueden notar ciertamente los cambios en su estructura física, en su campus, producto de la iniciativa presidencial, de rescatar la institución de la desidia y el abandono en la que ha sometida por 14 años de desgobierno universitario.

Pero en otros planos que conforman todo lo que debe ser una Institución Educativa de Alto Nivel, el Académico, Docente, Investigativo, Extensión, Cultural y Administrativo, apreciamos un verdadero desastre. Por eso afirmamos, que nunca en su historia la Universidad Central de Venezuela, ha tenido una crisis institucional tan profunda, nunca la Universidad Central de Venezuela presentó niveles tan decadentes en las diversas funciones que por Ley debe cumplir.

Y decimos La Universidad de la incertidumbre, porque al entrar como funcionarios de la institución, no sabemos que vamos a encontrar, ya que todos los días se pueden apreciar episodios desagradables para la institución y para todos los integrantes de la comunidad.

Ya por ejemplo, se están robando y ese es el término correcto, parte del mobiliario y equipamiento que ha sido instalado en la operación de rescate de toda su infraestructura. Cubículos desmantelados, bibliotecas robadas, dependencias sin la tecnología mínima para activarse porque han sido sustraídas.. Esto se hace, con la más grande impunidad, en el marco de una gran inseguridad interna y la carencia de una vigilancia efectiva.

Esta inseguridad, mil veces denunciada, pero mil veces ignorada, también, por el actual equipo rectoral, lleva a poner en riesgo a los integrantes de la Comunidad Universitaria e incluso de los visitantes, al punto de que violan a jóvenes dentro del recinto y no se formula ante las autoridades la denuncia respectiva. Por el contrario, nos encontramos con una dirigencia estudiantil, financiada por las propias autoridades, que salen en defensa de los delincuentes y tratan de impedir que las autoridades nacionales investiguen los casos, por que según ellos, "su presencia viola la Autonomía Universitaria", una Autonomía mal concebida, que llega al extremo de amparar al delito y al delincuente.

Incluso se intento utilizar a los estudiantes para impedir la reestructuración física, con el argumento, de que el dinero se les debía entregar a las autoridades. Autoridades que en catorce años no han presentado balance de su gestión. ¿Qué les parece?

Una universidad, donde Ud. va, como docente y cuando llega a su Cubículo, para poner en orden documentación, se percata que le han robado la biblioteca casi completa y toda la base de datos que por años se viene forjando para la rendir la actividad docente e investigativa.

Una universidad, en pleno Siglo XXI, donde la Escuela de Comunicación, óigase bien, de Comunicación, no cuenta ni con Teléfono corriente ni mucho menos con Internet. Es decir, el mejor ejemplo de la incomunicación, en el Siglo de las Redes Sociales.

Una Universidad, donde no se dan las cifras oficiales, pero por lo que observamos, más del 50% de su personal, docente y administrativo, ya no va y Ud. puede observar la inmensa soledad de las aulas vacías, o van cuando pueden reunir para pagar el pasaje de ida y vuelta o alguien le da la cola.

Una universidad, donde se anuncian elecciones, con un claustro prácticamente desaparecido, con unas asambleas menguadas, con un Estatuto, hecho a la medida de las actuales autoridades para garantizar la permanencia de su gestión, equipos (candidatos) construidos bajo capilla, y financiados con el propio dinero del presupuesto universitario, que a la larga pagaran, ofreciendo inmunidad a una gestión que a todas luces debe investigarse.

Una universidad, donde, y alerto, sobre esta denuncia, hay candidatos que están siendo financiados desde Miami y dónde hasta el prófugo Alberto Ravell, desde Colombia tiene y financia sus candidatos.

Una universidad, donde no se rinde cuentas, ni por el presupuesto asignado, ni por los ingresos propios de Fundaciones, dirigidas por personas afectas al equipo rectoral que nunca presentan balance de cuenta, auditorías ni son supervisadas por ningún ente en particular.

Una Universidad, donde la Democracia interna brilla por su ausencia, a nadie se le consulta, y frente al deterioro progresivo donde Decanos o Directores, han muerto o renunciado, son sustituidas a dedo, mientras la Comunidad Universitaria, se mantiene al margen de todo tipo de consulta para realizar estos cambios a nivel de su estructura académica.

Una universidad, donde sus autoridades, cuando se propuso la posibilidad de la reelección presidencial, salieron al unísono a oponerse y calificar la propuesta como dictatorial. Pero, ellos, ¡albricias ¡ se mantienen gobernando la UCV, durante 14 años, sin hacer elecciones ni consultar a nadie.

Una universidad, donde, si la decencia, fuera la nota predominante, lo mínimo que se haría, sería hacer una auditoría interna, un escrutinio detallado, para ver dónde ha ido, todo el dinero que el Estado venezolano ha aportado durante tanto años de gestión y que se ha hecho con el ingreso interno de las fundaciones existentes, los llamados ingresos internos, que hasta ahora son un barril sin fondo y nadie sabe donde están esos reales.

Una universidad, donde sus autoridades rectorales están permitiendo que todo el patrimonio de la institución (haciendas, Estaciones Experimentales, Extensiones docentes), estén al borde de la desaparición (El Núcleo de Margarita cerró sus puertas el Experimental de Cagua, Estado Aragua, va por la misma vía) y algunos casos siendo intervenidas por particulares, sin ninguna acción jurídica para evitar estas expropiaciones de hecho.

Una universidad, que rechaza el apoyo técnico de un organismo especializado como el CNE, que les ahorraría miles de dólares al ya depauperado presupuesto de la UCV. Pero ellos, lo que buscan es que se les de más de 7.000 dólares más, con el argumento de organizar sus propias elecciones y con el manido argumento, de que utilizar al CNE, viola la Autonomía, que manejan a su antojo. ¿Qué pretenden?.

¿Puede haber democracia interna en esas condiciones? Fíjense lo que está sucediendo en esta etapa pre electoral, ya proliferan candidatos, que han mantenido silencio durante tantos años de mala gestión del actual equipo rectoral, pero ahora, salen como mesías y que a salvar a la Universidad. A quien consultaron para auto proponerse, a nadie, se ha realizado alguna asamblea para conocer sus programas y propuestas?, NO; ¿De dónde salieron sus candidaturas?, de auténticas capillas internas, que en la práctica tratan de agarrar aunque sea fallo.

Puede hablarse de democracia interna, cuando las actuales autoridades tienen más de un año, antes incluso, de proponer el estatuto electoral chimbo, de formar equipos, que financian, con los propios recursos de la universidad, para que les garantice la continuidad y sobretodo la inmunidad de una gestión que debe ser investigada por las autoridades nacionales. En ese sentido preguntamos: ¿Dónde están los organismos contralores del Estado Venezolano; ¿Dónde están las autoridades del Ministerio Público, que deberían actuar de oficio, para investigar y evitar este daño tan grave que le se ha causado a Venezuela a nivel Educacional?

Lo que salga electo de este Arroz con Mango, electoral ucevista, será más de lo mismo, no podrá llevar a cabo la inmensa tarea de rehacer la Universidad, porque no se trata de transformarla, ahora hay que rehacerla totalmente, y ello requiere de unas autoridades que cuenten con la voluntad mayoritaria de la Comunidad y el necesario apoyo gubernamental.

Y para rehacer la UCV, se requiere de un equipo que tenga consenso de toda la comunidad, que retome nuevamente los caminos institucionales de diálogo con las autoridades nacionales en beneficio de toda el conglomerado ucevista y no sea sucursal de los partidos políticos de oposición. Ningún equipo por separado, más aún, cuando se han auto propuesto, porque no se han hecho consultas para talas escogencias, podrá por separado acometer esta tarea

Este es el panorama actual de la Universidad de la Incertidumbre y de no tomarse a tiempo las medidas pertinentes, la crisis se profundizará, y estaremos, llegando al extremo de ver la extinción de una Universidad, porque ya hay Escuelas, donde ha bajado tanto la solicitud de cupo que están a punto de cerrar, otras mantienen menos del 50 por ciento de educandos y de esos, la mitad por internet (Atendidos desde sus hogares porque la institución no garantiza el servicio). Los empleados administrativos, los que quedan, van a al UCV, cuando tienen como pagar el pasaje. Me refiero en esta reflexión, a la UCV, pero no sé hasta qué punto se puede extrapolar este ejemplo, a otras instituciones educativas de su nivel.

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