Contrato colectivo docente y la Universidad Bonita

Martes, 16/05/2023 04:46 AM

Parece que el mecanismo de bonos compensatorios al salario, antes tan denostados como parte del combo neoliberal de Caldera II y Teodoro, el desenfadado ministro de planificación de principios de la década de 1990, ahora Maduro los ha vuelto a reponer, ¡Qué de cosas tiene la vida! ¿No es Marx quien en alguna parte de sus Manuscritos Económicos y Filosóficos sostiene que la historia primero se repite, primero como comedia y después como tragedia? Pues, ahora resulta y acontece que el gobierno tal vez como parte de táctica para abatir la inflación decidió no aumentar el salario mínimo, sino mantener el ya curioso bono de guerra económica equivalente a 750 bs o 30$, por el sistema Patria y la cesta ticket por 40$ o su equivalente: 1100 bs; esto, según algunos comentaristas permitió romper el círculo vicioso de aumento del salario mínimo y despliegue de los precios de los víveres y demás artículos de primera necesidad. Claro, eso fue algo que sorprendió a todos y pocos o casi nadie se ha mostrado de acuerdo con semejante mecanismo, sapos y culebras han salido de muchas bocas, generalmente con expresiones condenatorias y denuncias de Maduro neoliberal, entre otras lindezas.

Lo anterior dizque no se puede tomar como definitivo, sino como una táctica especial o parte del pensamiento estratégico que pretende alcanzar unos ciertos objetivos, por ejemplo, enfrentar los efectos de una guerra convencional o no convencional, mantener la soberanía y la independencia frente a fuerzas de facto de tipo externo; en este caso, EE. UU, la CEE, con sus expresiones concretas de guerra de precios, sanciones unilaterales extraordinarias y con aliados internos; entre tanto, se dice que el gobierno de Maduro ideó un paliativo mientras en el país se desarrollan las condiciones económicas y políticas: los ya famosos "bonos".

Al parecer no constituyen estos una cuestión cerrada con un fin definitivo, sino que su transición supone una fase del proceso de reconocimiento social del trabajo, no es lo ideal; sólo un elemento ya dicho un "tente en pie", "mientras tanto y por si acaso". Un componente del estado de miseria en que se encuentra la nación en el momento, ello vulgarmente por tres factores (a) la falta de producción industrial, inversión nacional y extranjera por unas sanciones económica-comerciales impuestas desde afuera por los enemigos políticos de Venezuela; (b) la corrupción administrativa de factores de poder en el mismo gobierno madurista, en una trama impresionante donde todos esos sujetos involucrados se constituyeron aún sin conocer a Thomas Hobbes en lobos de las finanzas que finalmente se devoraron todos los recursos económicos de la nación, qué tragedia la nuestra; (c) la producción venezolana petrolera y no petrolera en los últimos lustros se ha visto mermada, sólo en los últimos años ha visto cierta recuperación; en conclusión, la economía nacional dizque aún no tiene las condiciones para realizar un ajuste salarial significativo.

Como lo anterior no es fijo, sino que la economía es dinámica y se ha dicho ahora se abre la posibilidad de discutir los contratos colectivos de los trabajadores del sector público, suponemos que, en los meses próximos de un año preelectoral, por demás. Como la economía política es ideología según Marx en el marco de sociedades burguesas, todo depende de decisiones tomadas a partir de percepciones de los políticos o líderes, pero también como economía es una cuestión objetiva, los salarios ajustados a los niveles de inflación en Venezuela va depender en los próximos meses del diálogo gobierno-oposición y empresarios, la disponibilidad de caja o, en sí, de la generación de riqueza.

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