Universidad en Monarquía y Estado Fascista Universitario Corporativista de salida

Sábado, 03/06/2023 11:17 PM

La historia de la República Bolivariana de Venezuela, está repleta de contrastes positivos y negativos; su nacimiento, hace apenas harán unos 23 años, ha dado muestras del ejercicio de una auténtica Democracia. Sí, así como se lee, en mayúsculas. No obstante, pese a que su Constitución proclama como Principio: «El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables» (Artículo 6); los hechos, confirman que dicho mandato constitucional, no se ha cumplido al cien por ciento. La Asamblea Nacional, tiene una deuda con el pueblo venezolano en cuanto a su cumplimiento, y la mejor prueba de ello, es el caso de las universidades autónomas nacionales, mantenidas estos últimos 20 años, bajo estrictos mandatos dictatoriales y peor aún, algunas con mandatos comparables a verdaderos regímenes monárquicos, propios del siglo XVIII, como es el caso de la Universidad Central de Venezuela, a cuya Comunidad se les ha negado el acceso a vivir en Democracia Republicana; mientras que, una vez salen del recinto universitario, se ven obligados a vivir en Democracia Real y efectiva. Tal paradoja, los ha inducido muchas veces a la anarquía y al incumplimiento total de las leyes que rigen el ordenamiento jurídico de una Nación –profundamente- Democrática como lo es la República Bolivariana de Venezuela, que ha hecho de la consulta a su pueblo un hecho cotidiano, como evidencian los 25 procesos electorales realizados en los últimos 23 años. A diferencia de la institución universitaria: denominada como UCV, supuesta «casa que vence la sombra», que no consulta a su comunidad, absolutamente nada; como muestra tomemos por ejemplo: la Rendición de Cuentas de sus Autoridades. Acto obligatorio de ley, incumplido por éstas autoridades durante su mandato. Ni siquiera el cogollito del Consejo Universitario, está al tanto de las mismas. Ni que hablar del órgano contralor, inexistente en la UCV; como quedó evidenciado en la carta-renuncia al cargo de Vicerrectorado Administrativo, del profesor Bernardo Méndez; la cual, deja entrever la corrupción de dicha institución y el solapamiento de atribuciones que la Ley atribuye a dicho vicerrectorado, asumidas todas por el rectorado. Leamos, algunos párrafos de dicha carta: «El Rectorado, ha pasado a asumir atribuciones de intervención en las tareas que por ley y reglamentos son competencia del Vicerrectorado Administrativo, produciendo el desmembramiento progresivo de su Organigrama Institucional». En fin, actos de corrupción, autoritarismo y usurpación de funciones por parte de la Rectora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Cecilia García Márquez Arocha, son las razones que causaron la renuncia –irrevocable- del Vicerrector Administrativo de esa casa de estudios universitarios, Profesor Bernardo Méndez.

Ejemplo de la actuación destructiva, llevada a cabo por el régimen monárquico-fascista-corporativista de Cecilia García Márquez Arocha, al frente de la UCV, fue el caso descrito en dicha carta-renuncia, en la que se lee: «…en el oficio AR-315/2018, donde se aprueba un Concurso Abierto para la contratación para la adecuación y puesta en valor de los vestuarios del complejo de piscinas de la UCV, con un costo inicial de Bs. 45.928.336.259,29 y luego, el costo real fue cercano a los 270 millardos de Bolívares», según reseña el ex vicerrector en su informe. La Comisión Presidencial para el Rescate de la UCV, pudo constatar que a dicho complejo de piscinas, no se le realizó trabajo alguno; como puede constatarse en su página web: (https://comisionpresidencialucv.gob.ve/complejo-de-piscinas1/). Vistas las obras de envergadura, que tuvo que encarar dicha Comisión, consistentes en: recuperación del Edificio «Complejo de Piscinas», donde se encuentran además los espacios de entrenamiento de tenis de mesa, gimnasia, artes marciales, entre otros. En los que se Incluyen: la reparación de filtraciones, la puesta en funcionamiento de baños y vestidores, iluminación y recuperación de las piscinas. Por lo demás, como informó el inspector de la obra, Maximiliano Valle, en Últimas Noticias (21-01-2023), quien comentó: «el piso de la piscina tenía un revestimiento que no correspondía al diseño original de Villanueva en el año 1959, es por ello que la Comisión Presidencial a través de sus asesores realizó estudios de investigación para poder determinar el material de las franjas y el color. (…) Estamos instalando 1.770 metros cuadrados de mosaiquillos de gres que están acordes a como fue diseñado en el 58 por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva». Asimismo, detalló que: «están rehabilitando el área de las terrazas, además se van hacer trabajos de embaulamiento del agua que viene del talud norte de hidrometeorología hacia las piscinas, recalcó que este era uno de los principales problemas que se presentaba es que no había ningún tipo de embaulamiento, ni canalización de las aguas de lluvia y estas colapsaron los drenajes. Es por ello que estamos haciendo todo el trabajo para canalizar las aguas y garantizar que el revestimiento del piso que se está colocando perdure para garantizar la conservación del patrimonio de la humanidad». La pregunta que debe hacerse la Comunidad Universitaria es, en qué se dilapidaron 270 millardos de Bolívares, porque obviamente no fue en la recuperación del Complejo de Piscinas? Obviamente, las labores señaladas por el ex vicerrector Méndez, en su carta-renuncia: no se ejecutaron y la presunción de dilapidación del presupuesto ucevista es más que evidente. Ello explica, la reticencia de la funcionaria rectora, al oponerse –con extremada vehemencia- al rescate del Patrimonio de la Humanidad denominado: Universidad Central de Venezuela. Tal como lo hicieron público, sus autoridades en un comunicado de fecha 02-09-2021, suscrito por Cecilia García Márquez Arocha, Nicolás Bianco Colmenares y Amalio Belmonte Guzmán, donde señalan entre otras cosas: «Dicha comisión no puede ejercer labores de forma independiente. Deben ser coordinadas y supervisadas por el Consejo de Preservación y Desarrollo (Copred) y la Dirección de Mantenimiento de la UCV; quienes semanalmente informan a las autoridades sobre los avances en las obras», cosa que –presuntamente- no cumplió la empresa que realizó los trabajos señalados por el ex vicerrector Méndez en su carta-renuncia, vistas las observaciones realizadas por el ingeniero inspector de las obras llevadas a cabo por la Comisión Presidencial para el Rescate de la UCV y manifestadas al diario Últimas Noticias. Es por ello, que nos permitimos hacerle un llamado a la Policía Nacional Anticorrupción para que actúe e investigue a fondo, todas las denuncias formuladas por el ex vicerrector, Bernardo Méndez, habida cuenta que los delitos de corrupción no prescriben. Y ser consecuentes con el lema: ¡Caiga quien Caiga!

¡Quien no sabe de Democracia. Que va a saber organizar elecciones! Esta metáfora, explica acertadamente lo ocurrido días atrás en la UCV. Una parodia de elecciones, suspendidas al mediodía, todavía no se sabe si por el almuerzo, por ganas de ir al baño de los miembros de la Comisión Electoral de la UCV o por un ataque de miedo que le dio a la rectora, al observar las colas de ávidos electores y electoras con deseos de votar, un derecho humano fundamental que, en los últimos 15 años, les fue privado de ejercer a la comunidad ucevista. Lo único cierto fue, que la comunidad estudiantil con su grito: ¡Cecilia vete ya!, pudo expresar a viva voz –por primera vez- en estos últimos 14 años ó 20 ¿? Su deseo, sin temor a una eventual expulsión de la universidad. Doña Cecilia, al igual que Doña Bárbara, como le mientan algunos ucevistas, no permite que se le contradiga, sus palabras son órdenes y hay de aquel que se atreva a llevarle la contraria. El Presidente de la Asamblea Nacional, Dr. Jorge Rodríguez, al respecto, manifestó en la sesión del órgano parlamentario nacional, en fecha 31-05-2023, lo siguiente, ante la suspensión del proceso eleccionario del pasado viernes 26 de mayo, dijo: «que todos los ucevistas sienten indignación frente a la brutalidad, ignominia e indignidad de unas supuestas autoridades que no viven en Venezuela, como la rectora, que tiene una universidad privada en Costa Rica {la Universidad del Caribe en Panamá, corrección nuestra}, que me imagino que allí sí ejerce su democracia, que tiene el descaro de contribuir y colaborar en el más desastroso de los procesos electorales que he visto en la historia (…) Ni el plebiscito falso de Pérez Jiménez, fue tan bárbaro como eso que intentaron hacer». Continuó, en su disertación: «Lo ocurrido el pasado viernes en la UCV, nos llena de indignación a todos los que somos parte de esa Casa de Estudios. Ha sido el más desastroso de los procesos electorales que se haya visto en la historia de este país. ¡Es una vergüenza, una barbaridad!». Recordó además, que: «desaparecieron las boletas de los egresados, cuando vieron que eran muchos; permitieron que se dañaran las boletas especiales para que no fueran leídas en las máquinas lectoras, no permitieron el apoyo del Consejo Nacional Electoral, porque ellos tienen a su gran gurú espiritual, María Corina Machado, que espera que las elecciones se hagan con unas pizarras y unos palitos». Agregó finalmente, que Cecilia García Márquez Arocha: «es una verdadera dictadora porque no quiso convocar a procesos electorales, tuvo que obligarla el Tribunal Supremo de Justicia y en consecuencia, lo sabotea». El Dr. Jorge Rodríguez, finalizó diciendo que: «está manchada la cara de la oposición venezolana, que ejerce la dictadura en la Universidad Central de Venezuela, que ejerce la barbarie, que no permite el ejercicio democrático y después, se lava la cara en las tribunas del mundo hablando de democracia. (…) Esa es, la expresión de democracia que ellos defienden, que ni siquiera pueden hacer un evento electoral en nuestra principal casa de estudios. Es una vergüenza, es una barbaridad». Difícil para un ucevista, alguien que quiera la UCV como quiere su segunda casa, no respaldar y apoyar estas palabras que apoyamos íntegramente y suscribimos, como ucevistas que somos.

Pero, cómo retrogradó la otrora «casa que vence la sombra», hasta convertirse en lo que es hoy, una institución universitaria con un régimen de gobierno monárquico-fascista y corporativista? Cómo hizo la rectora para devolver esa institución a los tiempos de Carlos V y la Reina Isabel? Para explicar dicha reversión histórica, debemos trasladarnos a los tiempos de «il duce»: Giuseppe Giannetto, quien en su período rectoral: 2000-2004, se propuso revertir todos los avances democratizadores que inició el Padre Libertador Simón Bolívar y José María Vargas, con sus Estatutos Republicanos de 1827, y profundizaron las gestiones del Rector Magnífico Francisco de Venanzi, Jesús María Bianco, Rafael Pizani entre otros ilustres y verdaderos académicos, que no alcanzaron sus títulos ejerciendo cargos –eminentemente- administrativos como la fulana rectora, sino ejerciendo la investigación y la docencia como un apostolado. El rector Giannetto, «il duce», revirtió esos procesos democratizadores, trayendo al campo universitario -de la mano de las instituciones financieras privadas- la novedad del modelo neoliberal antiuniversitario, que se expresó en su propuesta de Estado Universitario Mínimo, dijo: «Una vez que asuma el equipo rectoral, el próximo viernes 16 de junio, planteará en la primera sesión del novel Consejo Universitario, la reestructuración o intervención de las dependencias centrales, es decir, las que están adscritas al Rectorado, a los vicerrectorados Académico y Administrativo y a la Secretaría: Vigilancia, Cultura, Deportes, Transporte, Personal, Administración, Informática, Servicios Generales, Organización de Bienestar Estudiantil, entre otros». Fue una gestión brutalmente autoritaria, que hizo de las expulsiones estudiantiles y el despido de la dirigencia sindical, su mejor arma para disciplinar la comunidad universitaria. Fueron tiempos de extremada confrontación interna entre los sindicatos y sus autoridades, entre estudiantes y autoridades, el fascismo tomó cuerpo en la institución y llevó a los grupos estudiantiles a ejecutar acciones aventureras como lo fue el caso de la toma del salón de sesiones del Consejo Universitario, que adquirió connotaciones nacionales en la opinión pública. Por lo demás, la institución universitaria se fue moldeando –en dicha gestión- como un partido más de la oposición apátrida y se integró a los intereses de Washington de cambio de régimen. La participación de la UCV en las acciones golpistas, dirigidas por el embajador Charles Shapiro, fueron más que evidentes. En dicha gestión, la seguridad, se le entregó al partido Bandera Roja, en el claro objetivo de utilizar la inseguridad con fines desestabilizadores nacionales. Algo similar a lo que haría, Henrique Capriles, desde la gobernación de Miranda, años después, en alianza con bandas criminales colombianas ligadas al narcotráfico y la criminalidad.

Esa fracasada gestión rectoral, abrió paso a otra no menos de corte fascista. Tanto o más corrupta, que su predecesora. Igual de servil a los intereses de Washington, como puso al descubierto Wiki leads en 2011, al develar las reuniones (http://wikileaks.org/cable/2009/08/09CARACAS1034.html) entre dicha embajada y la ciudadana rectora y otras autoridades que acudían en procura de línea política para su ejercicio como autoridad universitaria. Para limar las confrontaciones con los sindicatos, el régimen fascista ucevista acogió con beneplácito las ideas que al respecto desarrolló Benito Mussolini. «El sindicalismo, de cualquier índole, tiene un proceso que podría llamarse común, salvo en los métodos; se comienza por la educación del individuo a la vida asociativa; se continúa con la estipulación de los contratos colectivos, se efectúa la solidaridad de asistencia mutual es, se perfecciona la habilidad profesional. Pero mientras el sindicalismo socialista, por el camino de la lucha de clases desemboca en la política con su programa de supresión de la propiedad privada y de la iniciativa individual, el sindicalismo fascista, a través de la colaboración de las clases, desemboca en las corporaciones, que dan a la colaboración armonía y sistema, defendiendo la propiedad pero elevándola a función social, respetando la iniciativa privada, pero en el ámbito de la vida y de la economía de la nación. El sindicalismo, no puede ser un fin en sí: o se convierte en socialismo político o en corporaciones fascistas. Sólo en las corporaciones, se realiza la unidad económica en sus diversos elementos: capital, trabajo y técnica.» (Benito Mussolini. Discurso en el Consejo Nacional de las Corporaciones. 22 de abril de 1930). Y efectivamente, los sindicatos de obreros, empleados, profesionales y técnicos, en conjunto con los gremios de estudiantes y profesores, terminaron convertidos en franquicias y/o corporaciones al servicio y/o bajo el mando del rectorado. También, es la conversión de dichas corporaciones (gremios y sindicatos), al dogma nazi fascista.

Hitler al igual que Mussolini, como «il duce» Giannetto y la misma rectora García Márquez, otorgaban un rol utilitarista a las corporaciones gremiales y sindicales, valga decir: se mantenían bajo la protección del régimen fascista, siempre y cuando jugaran a favor de los intereses de Washington de procurar el cambio de régimen en contra del Gobierno Constitucional y Patriótico de Nicolás Maduró Moros. Decía Hitler en Mein Kamf: «La institución sindicalista dentro del Nacionalsocialismo no es un órgano de lucha de clases, sino un portavoz de representación profesional […] El sindicalismo en sí no es sinónimo de "antagonismo social"; es el marxismo quien ha hecho de él un instrumento para su lucha de clases»; no hay nadie más que odie a las organizaciones sindicales que los fascistas. Por eso, una vez Hitler llega al poder, ilegaliza todas las organizaciones y corporaciones sindicales, y sus líderes son llevados a campos de concentración, se concretaba una autentica dictadura del capital sobre el trabajo además de fortalecerse el poder del empresario privado y la aniquilación de todas las conquistas obreras conseguidas por estos, mediante sus luchas. Esa es la pura verdad, que se niegan a debatir en los órganos democráticos de la Clase Obrera. Es por ello, que Dimitrov en el IV Congreso de la Internacional Sindical, realizado en Moscú, 1928, en su discurso precisa: «Acerca de las medidas de lucha contra el fascismo», se pronuncia sin titubeos: «El fascismo es el enemigo mortal del proletariado y de los sindicatos clasistas. Contra el fascismo, hay que llevar una lucha intransigente, despiadada hasta el fin. No puede haber conciliación alguna entre el movimiento sindical clasista y el fascismo. No debe haber ni un solo caso, ni un solo lugar, donde los partidarios de la Internacional Sindical, marchen unidos o paralelamente con el fascismo.» No por casualidad, la Organización Internacional del Trabajo, en uno de los principales convenios sobre la formación de sindicatos amarillos, prevé su prohibición por la Organización Internacional del Trabajo, en el Convenio 98, sobre el Derecho de Sindicación y Negociación Colectiva.

La UCV, reclama una operación especial contra el fascismo, que ha corroído, más bien destruido, el cuerpo universitario desde sus entrañas. Por eso, nuestro llamado, está dirigido a uno de los sectores que tendrá voto directo, léase: una persona, un voto; no referimos a las y los egresados de esta centenaria institución universitaria. El voto de egresadas y egresados, debe ser para que se reivindique y se mantenga el legado del Rector Vargas y del Padre Libertador, Simón Bolívar. Las gestiones -auténticamente universitarias- del Rector Magnífico Francisco De Venanzi, Jesús María Bianco y Rafael Pizani. En estos tiempos de declive de la institución universitaria, el único de los candidatos que se ha mantenido en fidelidad y en combate permanente contra el fascismo y su oscuridad, sin dudas: es la candidatura del Dr. Miguel Alfonzo al Rectorado y su equipo conformado por la Dra. Alicia Cáceres (Secretaria), el Dr. Lermit Rosell (Vicerrector Académico) y el Dr. Eleazar Mujica (Vicerrector Administrativo), en una fórmula que apuesta por «adecentar los manejos administrativos de la UCV». Una gestión de gobierno universitario a tres pasos fundamentales: «Primero: Vamos a restablecer en la forma más sana y de acuerdo a las leyes, la relación con el Estado, con el Gobierno, con las comunidades y con el sector productivo privado y público. En segundo lugar vamos a hacer que la democracia sea más participativa protagónica. Vamos a lograr que el reglamento electoral sea cónsono con la Ley Orgánica de Educación porque eso ayuda a la participación de la comunidad. Tercero. Vamos a establecer un ambiente de paz». En una acción que busca vacunar la institución contra el fascismo, contra «una enfermedad que infecta por vía de la palabra, de la escritura, de la actitud. Hay formas de vacunar. Cuando la enfermedad empieza se vacuna a través de la educación. Cuando la enfermedad ya está crónica y se comete delito a través de la punición». Sí es posible derrotar al fascismo y para ello, será necesario que su comunidad de egresados y egresadas, única no contaminada, acuda –masivamente- a ejercer su derecho al voto como un apostolado por la Democracia y la Universidad Pluralista que los recibió y formó, como hombres y mujeres del futuro…

Caracas, 04-06-2023

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