Con Víctor Rago: ¿Ganó la academia en la UCV?

Domingo, 02/07/2023 06:56 AM

"Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender" (Alvin Toffler).

Tuvo lugar, el 30/06/2023, la segunda vuelta para elegir las autoridades de la Universidad Central de Venezuela (UCV), después de casi 15 años del reinado de la rectora vitalicia, según Wikipedia.

Fue vox populi, vox dei, que, si algo caracterizó la gestión de la rectora vitalicia, Cecilia García Márquez, fue su beligerancia y protagonismo político que convirtió a la UCV en un actor político, opuesto al gobierno constitucional de Venezuela y a favor de sectores de la oposición; pero lo grave es que esto se hizo en detrimento de la función principal de una universidad, que no es otra que precisamente la académica. Lamentablemente, la dejadez y la piratería cundió por doquier en la "casa que vence la sombra".

El gran ganador de la jornada electoral del 30/06/2023, es un hombre de la Venezuela profunda, un guariqueño de pura cepa, antropólogo y Doctor, Víctor Rago Albujar, quien tiene por delante grandes retos y desafíos, no sólo por dejar atrás el lastre que hereda sino por retomar el camino que nunca ha debido perder la gloriosa UCV.

En ese contexto, dirijo estas reflexiones, todas pensando siempre precisamente en la academia.

Lo primero siempre es primero y, por tanto, es importante que Víctor Rago siga pensando políticamente como siempre lo ha hecho. Que no sea un eunuco y que tampoco se convierta en un adulante del poder nacional, que, por lo demás, sería altamente negativo, tanto para uno como para el otro. La UCV, por excelencia, siempre ha sido contestaría y debe seguir en ese camino. Pero también es importante que se entienda que la UCV no puede ser una isla o un Estado dentro del Estado-nación. Que su presupuesto, por ejemplo, le viene del Ejecutivo Nacional, con el cual es necesario reabrir los canales de comunicación.

Necesario es que la UCV tenga personalidad propia, que ciertamente defienda la autonomía, que es un derecho constitucional que se encuentra regulada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el Capítulo VI, De los Derechos Culturales y Educativos en su Artículo 109, la cual establece:

"El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley".

Asumiendo este principio constitucional, interesadamente y con una lectura acomodaticia, las autoridades de la UCV, decidieron realizar unas elecciones sin participación del Consejo Nacional Electoral, ente rector por parte del Estado en materia electoral. La razón esgrimida fue precisamente la autonomía universitaria que estaría en peligro por la participación del CNE. Pero esas mismas autoridades, con plazos requetevencidos, le dieron todo el proceso electoral, recién realizado, a una empresa privada (Sistemas NCS, C.A.), que se dio el tupé de tener el control de cargar las actas de escrutinios sin la presencia de testigos de ninguna fórmula electoral. ¿Qué les parece?

Sobre eso, una pregunta capciosa. ¿De los 100.000 dólares, que se informa, se gastaron entre las suspendidas elecciones de las autoridades de la UCV del pasado 26 de mayo y las realizadas el 9 de junio, quién se quedó con la mejor tajada? Porque sería de ingenuos creer que nada quedó para quienes estuvieron detrás de esas marramucias o marramuncias, como diría ese gran profesor e investigador de la UCV, llamado Alexis Márquez Rodríguez.

Importante es que debe quedar para el olvido procesos electorales plagados de vicios por todos lados. Las elecciones en la UCV deberían constituirse en un referente para el país en términos, sobre todo, de lo que no debe hacerse.

Hay que decir que la infraestructura física de la UCV está siendo rescatada por parte del gobierno nacional, presidido por Nicolás Maduro, y está quedando, por cierto, muy bella. Eso debe quedar claro, porque en esta era de las posverdades, las fake news y memorias cortas, todo es posible y no vaya a ser que, luego, se diga que ese trabajo de recuperación física no la hizo el gobierno bolivariano sino la rectora vitalicia. De los inmorales es posible esperar las peores aberraciones.

Que se entienda, de una vez y para siempre, que la "casa que vence la sombra, lo es, no porque lo diga o lo vocifere, sino porque sus profesores-investigadores se convierte en referencias, nacionales e internacionales. De allí que, la UCV no puede basar su proceso de enseñanza-aprendizaje o "intercambio de saberes", en profesores memorísticos, repetidores, sin innovación alguna. Imagínense qué tipo de estudiantes se está formando con profesores de esas características.

En esta era está en pleno funcionamiento la "huelga cerebral", que significa, ni más ni menos, la renuncia a poner a funcionar el cerebro y sus neuronas, y eso está ocurriendo en momentos en los cuales, en este mundo global, nos encontramos con un exceso de información (infodemia) que, paradójicamente, provoca desinformación.

Eso no es un invento, no es un cuento, tampoco una fábula, es una realidad y aunque más de un incrédulo no lo crea, en la UCV, se encuentran profesores que no leen un libro desde hace años. Al respecto, diría Umberto Eco: "Los libros se respetan usándolos, no dejándolos en paz".

Debemos estar conteste que el docente universitario no puede ser un simple dador de clase. Tiene que ser, sobre todo, un investigador que genere productos y los publique como artículos arbitrados o libros.

Por supuesto, me diría alguien, que eso está relacionado, de alguna manera, con los bajos salarios que devengan los profesores universitarios, materia ésta que debe estar, precisamente, en la agenda del diálogo del nuevo Rector con el gobierno nacional.

Finalmente, y ante la pregunta que titula este artículo, la respuesta es que, ahora, con Víctor Rago como rector, seguramente se estará rescatando la academia, con sus tres componentes: docencia, investigación y extensión, y ojo y que se entienda: no hablo, en términos weberianos, de una academia, acéfala o neutral, sino comprometida con los valores de la Universidad Central de Venezuela.

Ojalá y así sea.

*Sociólogo, profesor Titular jubilado de la UCV, Doctor en Ciencias Sociales, ex director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV y analista nacional e internacional.

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