En el lapso comprendido desde marzo de 1821 hasta enero de 1822 el Ejército del Sur permanece en actitud defensiva a la espera que el Libertador culmine con éxito la campaña militar contra el ejército español en Venezuela. Ya el General Antonio José de Sucre, el futuro héroe de Ayacucho, desde el mes de enero, se encontraba organizando lo que debía ser la Campaña del Sur que encabezaría El Libertador Simón Bolívar, hasta la victoria de Ayacucho.
Habiéndose afianzado la victoria de la Batalla de Carabobo, El Libertador Simón Bolívar se dirige hacia Nueva Granada, con la finalidad de ajustar los preparativos de la Campaña del Sur, dirigida a lograr la independencia total de Nueva Granada y Ecuador y, luego de 1822 a 1824, la liberación de Perú que ya había sido iniciada por el General Argentino José de San Martín, y de allí hacia la conformación de la República de Bolivia. Para Bolívar, Carabobo ha sido la batalla que le abre las puertas hacia la Campaña del Sur, para lograr la completa independencia del Continente Suramericano, sobre el dominio del gobierno español.
El 9 de octubre de 1821, Bolívar, inicia su viaje desde Cúcuta, hacia Bogotá, desde donde comienza a organizar las fuerzas, con las que se propone realizar la campaña definitiva para la liberación de Nueva Granada, dejando el Poder Ejecutivo en manos de su Vicepresidente, Francisco de Paula Santander, mientras desarrollaba la Campaña.
Pero es necesario resaltar algunos de los antecedentes que se suscitaban en el Sur mientras en Venezuela se desarrollaba la campaña de Carabobo. En 1820 había llegado el General José de San Martín, con la Expedición Liberadora del Perú, (al Norte del Perú), mientras los españoles sostenían el poder naval en el Pacífico. Las consignas y arengas independentistas de San Martín produjeron una motivación emancipadora, que hace estallar el 9 de octubre, una sublevación en Guayaquil, bajo la dirección del General José Joaquín Olmedo, declarando su independencia de España, creándose una nueva nación que la denominan Provincia Libre de Guayaquil, con una Constitución provisional.
A raíz de la sublevación de Guayaquil se crea la nueva provincia independiente; lo cual hace crecer la amenaza del avance realista, por lo que Olmedo se ve en la necesidad de solicitar ayuda tanto a Bolívar como a San Martín, para asegurar la independencia de la ciudad de Guayaquil. Bolívar envía al General Antonio José de Sucre, con un importante número de tropas al litoral de Guayaquil, con el fin de atacar la retaguardia de Quito y, San Martín envía una división expedicionaria al mando del Coronel Andrés Santa Cruz, concretando acciones fundamentales, para sellar la independencia de las provincias de Quito, Cuenca y Guayaquil en 1821, consolidándose con ello, la estructuración de la República de Colombia.
Según Augusto Mijares, a principios de 1822, Bolívar se mueve con premura, en dirección a Pasto, mientras el General Sucre se encuentra luchando solo contra las fuerzas de Melchor Aymerich y corre el riesgo de ser derrotado, si no recibe prontos auxilios del Ejército Libertador. El General Daniel Florencio O’Leary en sus memorias dice: “El camino desde Venezuela hasta Pasto es una travesía épica”. En pasto se concentraban las fuerzas realistas. Pero Bolívar decide iniciar la campaña del Sur y triunfa en Bomboná el 7 de abril de 1822, lo cual significa un importante impulso, para el triunfo de Pichincha.
Batalla de Bomboná
El combate en Bomboná comenzó a horas de la tarde del 7 de abril, con el ataque del general Valdez al frente del Batallón Rifles, que integraban unos 600 soldados. En las reseñas hechas por diferentes historiadores, en referencia a la Batalla de Bomboná se deduce que fue una de las más sangrienta batallas; las tropas republicanas cargaron contra el centro realista, soportando fuego de fusiles y cañones. Al poco tiempo del combate, el General Torres y todos de sus oficiales estaban heridos o muertos con altísimas bajas entre la tropa.
A medida que cada comandante era herido o muerto, el mando de la columna se fue transmitiendo, uno tras otro, en el orden de mando sucesivo: el general Torres, los tenientes coroneles Lucas Carvajal, Joaquín París, Ignacio Luque y Pedro Antonio García, y los sargentos mayores León Galindo y Federico Valencia y al final, con todos los altos mandos, entre heridos y muertos, la columna debió ser mandada por militares de menor rango.
Ya en horas de la noche el combate seguía igual de encarnizado, el Batallón Bogotá y el Vargas, son reducidos a pocos sobrevivientes. Finalmente, ya casi al anochecer, Bolívar se da cuenta de que la línea enemiga estaba cortada, entonces ordena a su reserva cargar diciéndoles: « ¡Batallón Vencedor, Vuestro nombre solo basta para la victoria; corred y asegurad el triunfo!». “El Vencedor” subió hasta las posiciones enemigas, pero sufrió la muerte de 80 soldados y muchos heridos. A la vez, el Teniente Coronel venezolano José Ignacio Pulido, había sido puesto al mando del Bogotá y el Vargas, reunió a los sobrevivientes y ayudó en ese tercer ataque.
Los soldados republicanos clavaron las bayonetas para subir por las rocas y asaltaron la trinchera que estaba cerca de la cima, muriendo de un bayonetazo al saltar la trinchera, el capitán Felherstenhaw y siendo heridos los tenientes Vicente G. de Piñeres y Justo Franco y el alférez Ramón Bravo; perdieron 55 soldados entre muertos y heridos en ese sector. Para coronar la victoria, el abanderado Domingo Delgado enarboló el estandarte en la cima.
A la media noche el General Juan Manuel Valdez, le notifica el triunfo a Bolívar, quien proclamó aquella sacrificada victoria, exclamando: «¡Viva Colombia! ¡Viva la libertad!». El resto de los realistas retrocedieron a las órdenes del General realista, Del Hierro, a las 2 de la madrugada del 8 de abril, abandonando el campo de batalla y la artillería. Así coronó la victoria de Bomboná con el más empecinado furor tanto del lado patriótico como en las filas realistas, siendoa muy las bajas en ambos ejércitos. El historiador venezolano Rafael María Baralt define la Batalla de Bomboná como: «la célebre batalla de Bomboná, gloriosa si bien cara á los patriotas por la muerte del general Pedro León Torres. Sus armas victoriosas le abrieron las puertas de Pasto».
Batalla de Pichincha
El 24 de mayo de 1822, el ejército patriota comandado por el General Antonio José de Sucre, derrotó a las fuerzas españolas, lo que resultó el primer grito de libertad en el territorio del Ecuador. Con La victoria de la Batalla de Pichincha, el Ejército Patriota entra victorioso a Quito, declarándose así la independencia de la República de Colombia. La batalla se libró con el sacrificio supremo de un ejército conformado por unos tres mil valientes soldados de diversas nacionalidades, entre hombres de armas y mujeres dedicadas a la logística y a la asistencia de los heridos, bajo el mando del General Antonio José de Sucre, futuro Gran Mariscal de Ayacucho, Impulsados por el amor a la patria y la esperanza libertaria de los pueblos oprimidos por el poder español. El logro de la gran victoria de Pichincha se produce gracias a la unificación de todos los sectores amantes de la Independencia y del sistema Republicano, lo que representa la consolidación de la liberación de Colombia, el gran sueño de Nuestro Libertador.
La lucha por la independencia de Ecuador fue un proceso que unificó los diversos sectores sociales que albergaban el gran ideal independentista, y la creación de la Gran Patria Latinoamericana, idea que germinaba desde los tiempos del General Francisco de Miranda, demostrándose gran capacidad militar en las filas del Ejército Libertador, que hace posible la unión de importantes figuras de avanzados sentimientos republicanos, acompañados de un componente fundamentalísimo, que es la participación popular, siendo el pueblo protagonista, lográndose las capitulaciones en las que la fuerzas españolas entregaron las armas al Ejército de la República de Colombia, anexándose el Departamento de Quito a la Gran República Colombiana, y avanza triunfante hasta la gesta de la Independencia del Perú, lo cual representa la más alta acción emancipadora y la construcción de la Patria Grande.
Con el triunfo de la Batalla de Pichincha se hace realidad aquel añorado sueño: el nacimiento de la nueva República, que se apresta a su consolidación, rompiendo así, el dominio colonial en la América del Sur. De esta manera, el último capitán general, y Jefe político superior de Quito, Melchor de Aymerich, fue derrotado finalmente por el Ejército Libertador del Mariscal Sucre en la Batalla de Pichincha del 24 de mayo de 1822. Al finalizar la Batalla de Pichincha, en el parte de General Sucre podemos leer: “Cuatrocientos cadáveres enemigos y doscientos nuestros han regado el campo de batalla… Los cuerpos de todos han cumplido su deber: jefes y oficiales, y tropas se disputaban la gloria del triunfo”