Presentación
El presente artículo es una lectura como acercamiento a la obra de la filosofa alemana Hannah Arent.
Tiene como punto de partida la cátedra del Profesor Edgar Blanco Carrero, de la Escuela de Filosofía de la U.C.V. El artículo quiere expresar la búsqueda y el acercamiento a la perspectiva del filosofar de la autora.
El itinerario literario que sigue el artículo es el siguiente: Se aborda el primer capítulo de la Obra "La condición humana" de la autora en estudio. Se busca comprender el contexto y la realidad que interpela a la autora a escribir su obra. Así mismo, se busca encontrar el sentido que la autora pone en su circunstancia de escritora y la interpelación que los hechos le reclaman. Se relaciona el contenido de su planteamiento filosófico con el filósofo francés Michel Foucault.
Debo dejar establecido y aclarar que los conceptos aquí emitidos son de exclusiva responsabilidad del autor y no competen a la escuela de filosofía ni a la cátedra del Profesor Edgar Blanco.
1.- La autora y su contexto
El siglo XX fue un período prolífico de acontecimientos históricos. Un siglo erigido por el que-hacer humano, cuyo impacto en la dinámica vital y la tierra deja huellas indelebles. Hechos desencadenados por el hombre a partir de los recursos de la ciencia y la tecnología que alcanzan alto niveles de sofisticación en sus fines materiales humanos. Al mismo tiempo, dada el desarrollo de la experiencia político-social, ha creado modelos políticos donde se ejerce el poder con manifestaciones sofisticadas de barbarie y terror organizado que como formas Estado se imponen a amplias poblaciones del mundo.
De tales hechos puede destacarse aquello que interroga lo que es el hombre. Respuesta que implica una Antropología-Filosófica y cuya creación todavía espera ser desarrollada, más allá de tímidos intentos en diversos períodos y filósofos. En la formulación de la pregunta se destaca, las interrogantes hechas por I. Kant (1724-1804), conocidas como las cuatro preguntas en torno al hombre: ¿Que puedo saber?, Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar?, Que es el hombre?, que en la misma secuencia implica: la metafísica, la moral, la religión y la antropología.
Sin ser considerada una respuesta a tan compleja cuestión, pero no; sin embargo, dejada de lado, encontramos en el marco de esa exigente reflexión, "La condición humana" (1958), de la filosofa alemana Hannah. Arent (1906-1975), una obra que supone un considerable esfuerzo de explicación del hecho humano que ha producido un mundo sin precedentes históricos, así como del sujeto que lo protagoniza: ¡El Hombre!
En las líneas que siguen abordaremos parte de la vida y la filosofía de Hannah Arendt, contrastando, en parte su obra con la del filosofo francés Miche Foucault, también enmarcada en la presente perspectiva. Son líneas de lectura a manera de acercamiento a la filosofía de dicha autora.
2.-´Algunos rasgos del que-hacer de la autora.
S u vida transcurre en el marco del siglo XX con su compleja realidad político-social-filosófica; expresión de una modernidad que rompe con la tradición heredada del siglo XIX, que nos introduce a escenarios y contextos para el abordaje de la realidad, sin precedentes históricos. La obra tiene que ver, por un lado, con uno de los momentos más significativos de la comprensión e interpretación del mundo que representa el siglo XX; por el otro, la reafirmación de esa mirada de la realidad, desde una perspectiva crítica-política, en la obra de la autora
La mirada con que la autora contempla al mundo y su desenvolvimiento en siglo XX, es de desconcierto, enigma, interrogante, frente a lo que puede esperar el hombre de su futura humanidad. Así mismo, la mirada implica la reflexión de la autora frente a la gestación de un mundo, que hoy podemos constatar que se ha configurado en el sentido de sus alarmas, después 65 años de ser publicado su libro.
La autora vivió del siglo XX lo más significativo de su desarrollo, tanto en su grandeza como en su más particular terror y deshumanización. Se forma en la filosofía que desemboca al comienzos del siglo XX; vive la persecución judía y el holocausto, la segunda guerra y sus consecuencias, el exilio y la expatriación, la posguerra en el marco de la guerra fría, vive en medio de la creación de un sistema internacional bajo el dominio de las potencias vencedoras en la segunda guerra; la competencia científica y tecnológica como guerra entre potencias industriales por conquistar el mundo y la galaxia. Dada la experiencia vital e intelectual de la autora, puede considerársele como una de los testigos de mayor relevancia del siglo XX.
Hannah Arent diferencia, desde su perspectiva histórica, un "mundo moderno y una Era moderna:" La edad moderna nace en el siglo XVIII y termina a comienzos del XX. El mundo moderno nace con las primeras explosiones atómicas". Éste mundo es el que marca la vida de la autora y dedica su vida a desentrañarlo.
De la lectura de parte de su obra; así como de diversas reseñas, tanto de apologistas como de sus críticos, hemos tenido la sensación que el hilo histórico de su reflexión y escritura tiene que ver con la búsqueda de comprender el sentido del hecho histórico que se manifiesta en el horror humano, así como del siglo que le toco vivir, que configuró un tipo de hombre. A ello le dedico su vida intelectual y militante.
Entre la amplia biografía existente en torno a la autora, hemos encontrado (escuchado) en Yoyube dos excelentes exposiciones de dos profesores de filosofía; uno es el profesor argentino Tomás Abraham, quién también se refiere en el mismo sentido a la autora. El segundo es el profesor universitario español Juan José Tamayo.
3.- Objeto de un filosofar
De ese mundo y los sucesivos hechos científicos y tecnológicos, la autora queda admirada, sorprendida, interpelada. Una de esos hechos está representada en que el hombre haya podido instalar en el espacio un objeto fabricado por él, irrumpiendo las propias leyes de la gravitación universal. Tal hecho fue considerado como una victorial del hombre sobre la "prisión terrena". Quería decir, que el hombre pretendía lograr romper su espacio existencial demarcado dentro de los límites de la tierra.
Desde otro ángulo, el del desarrollo científico y tecnológico el siglo XX, los científicos hacen esfuerzos por producir vida artificial, lo cual significaba, un eslabón más de la cadena para "acortar el último lazo que sitúa al hombre con la naturaleza".
Reflexiona la autora: "El hombre del futuro (de los científicos) parece estar poseído por una rebelión contra la existencia humana".
Su alerta:"somos criaturas atadas a la tierra, comenzamos actuar como si fuéramos habitantes del Universo. Sin embargo, ¡Somos incapaces de entender esto! La cuestión es como si "…nuestros pensamientos no pudieran seguir lo que realizamos y en adelante necesitáramos maquinas artificiales para poder elaborar nuestro pensamiento y habla"
Nuestra actual realidad informática-virtual confirma las alarmas de la autora, anuncio que hiciera hace 65 años atrás y que hoy tiene plena vigencia. Frente a ello la autora se niega a plantear soluciones de tipo instrumental programático-científico-tecnológico.
-¡Esta es materia digna de meditación!, la autora. -"Mi propuesta es sencilla", "…reconsideración de la condición humana desde el ventajoso punto de vista de nuestra más recientes temores y experiencias!
- Propongo: ¡"Nada más que pensar en lo que hacemos"!
4.- Núcleo de la temática
La vida como factor fundamental de la condición del hombre, es la reflexión que aborda nuestra autora en su obra "La condición humana". Este es el tema de análisis que cruza las 354 páginas del libro.
La vida es el punto de partida y el eje de la reflexión que se nos plantea desde el prólogo y el primer capítulo del libro. Los demás son elementos que se articulan desde este núcleo central.
El capítulo primero está conformado por tres temas, que serían los pilares de lo que vamos a entender por "La condición humana": Vita activa y la condición humana. 2 La expresión vita activa. 3. Eternidad e inmortalidad.
El primer tema aborda el centro de la configuración humana, el predominio de la vida en la existencia humana. Son tres actividades fundamentales que permiten y definen la actividad del hombre en relación a su vida, a su existencia: Labor, Trabajo y Acción. Actividades fundamentales que la autora sintetiza en el término Vita Activa. Podemos decir, este es el centro de la obra.
El segundo tema está referido a la comprensión del término Vita Activa en la historia del pensamiento, como comprensión y actualización de su sentido, dada su utilización en el contexto del siglo XX, desde donde se hace el planteamiento.
El último tema del capítulo primero es la Eternidad y la Inmortalidad, tema recurrente en toda reflexión que aborda problemas vitales, existenciales en torno a las cuestiones que giran en torno a la vida del hombre y su sentido.
5.- La tríada de la vida humana.
La primera frase con que la autora inicia el contenido temático de su libro, va dirigida a reafirmar la vida humana, y en ello identificar tres actividades constitutivas de lo humano que posibilitan la vida: «Labor», «trabajo» y «acción»
Esta tríada conforma un constructo que la autora denomina "Vita Activa". En ella encontramos las categorías "Labor y Trabajo" como las actividades que posibilitan el desarrollo Humano-Social que configura la realidad humana. Deteniéndonos en esa construcción podemos afirmar de sus elementos componentes que éstos dos producen la materialidad del hecho humano, y el tercero, la Acción, que es el movimiento, para decirlo parafraseando Aristóteles, es el "motor inmóvil", que produce la dinámica de la vida.
"Labor y trabajo" corresponde a dos categorías, cuyas actividades posibilitan, uno, el desarrollo del lo biológico humano; dos, la construcción del hecho social-humano desde donde se configuran las civilizaciones, la cultura, así como los diversos prototipos de Hombre que emergen en la historia. La acción por su parte, es el movimiento que impulsa, que dinamiza ese desarrollo, dando fisonomía a lo que podemos llamar la vida humana.
Estas categorías las señala la autora como sigue: Labor es el proceso biológico del cuerpo humano; es decir, su metabolismo como proceso de crecimiento y decadencia. La "Labor" asegura la supervivencia individual, así como la vida de la especie.
Trabajo, es lo referido al cuerpo externo, lo físico-social, como una proyección o extensión del propio cuerpo del hombre. Es un producto no natural, que emerge de la exigencia humana de supervivencia, como parte el ciclo vital de la especie. El trabajo da a la futilidad de la vida mortal y al efímero tiempo humano permanencia y durabilidad; es decir, sentido.
La "Acción, al establecer y preservar los cuerpos políticos crea las condiciones para la historia.
A pesar que las tres categorías forman un constructo, la autora jerarquiza la Acción por sobre la Labor y el Trabajo. Nos dice la autora que la Acción se produce entre los hombres sin mediación de cosas o materia. Al hablar de hombres se refiere al conjunto de los hombres como pluralidad, y no a una categoría como "El Hombre". Acción que se produce por el hecho de vivir en la tierra y habitar el mundo.
Este sentido plural del hecho humano hace que la "condición humana" esté relacionada a la política. La pluralidad es la condición de toda vida política. Por la pluralidad todos somos los mismos, nos conformamos en humanos; más en esa humanidad nadie es igual a otro, somos individuos.
La autora se distancia de una reflexión que aborda al hombre en tanto que tal. En su sentido clásico. En ese sentido abandona la conceptualización de naturaleza, como la emplean la filosofía clásica y medieval y considera el fenómeno humano en tanto que "condición"; como "Condición Humana"; es decir reflexiona a partir del hombre y sus construcciones, no de una categoría histórica o filosófica, pero el hombre abordado desde la condición de su desarrollo como ser humano y ser social, que ha construido su entorno en aras a su supervivencia y desarrollo.
6.- Arendt, Foucault, convergencias y diferencias.
Michel Foucault (1926-1984) es contemporáneo con Hannah Arendt, Cada uno, según sus circunstancias, vivieron las vicisitudes del siglo XX. Foucault nace 20 años después de Arendt, (que muere en 1975), 9 años después. Foucault vivió 58 años, mientras que Arendt 69.
Foucault publica en 1966 "Las palabras y las cosas" . Una obra compleja, de lectura difícil para el gran público, en cuya temática se aborda la historia de las ciencias. La obra fue duramente criticada por J. P. Sartre, mientras que Jean Piaget compara la episteme foucualtiana con la noción de "paradigma" de Tomas Kuhn. El libro consolido el espacio de Foucault en el campo intelectual francés.
A pesar de la complejidad de la obra, su edición tuvo gran acogida entre el público lector francés. La primera edición se agoto en un mes; y las siguientes ediciones gozaron de la acogida del público lector. Fue un filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo francés. Profesor de varias Universidades francesas y estadounidenses. Ocupo la cátedra de "Historia de los Sistemas de Pensamiento" en el Collége de France entre 1970 y 1984., cuyas lecciones se recogieron en varios tomos.
El comentario que sigue, en torno al contraste de entre las obras de H. Arent y Foucault, tiene como referencia la lectura e interpretación que hiciera el profesor Leandro Drive de ambos autores y las referidas obras. El planteamiento del Profesor, que intenta demostrar, está referido a la influencia de Arent en Foucault, que éste no nombra y que hasta ahora no se ha investigado como corresponde a la crítica.
Michel Foucault en "Las palabras y las cosas" (1966) postula "la muerte del hombre"; afirmación que tiene su correlato con la sentencia nietzscheana de "Dios a muerto". La reflexión Foucoultiana lleva a contradecir la tradicional interpretación histórica que entiende que la búsqueda del hombre se remonta a Sócrates.
Al contrario de la tradición afirma que el hombre es una invención reciente; es decir, una invención que no tiene dos siglos. Dicho de otra manera. El hombre es el producto de nuestro saber y las fuerzas que dominan en un período histórico definido y se transforma cuando se producen cambios que generan una nueva forma.
Esta idea de hombre la remite el autor al período renacentistas, donde se denomino sujeto. Foucault en el análisis no sólo emplea categorías históricas, sino que aborda el problema de la episteme de la cual surge la idea de forma-hombre.
El contexto de esta perspectiva del análisis tiene que ver con la influencia, declarada y reconocida, de Foucault con Levis Strauss (1906-2009) antropólogo belga, el cual polemiza con J.P. Sartre en su crítica de la razón dialéctica. Strauss declara que el "fin último de las ciencias humanas no es constituir al hombre, sino disolverlo.
En esa perspectiva de reflexión de "Las palabras y las cosas" existe otra presencia no evidenciada y que emergen en todo el desarrollo del texto, la de Hannah Arendt, según el autor del ensayo.
Foucault reflexiona en torno a "La muerte del hombre", como figura representativa de la episteme moderna, cuya representación de la vida, se da a partir de las categorías Vida, Trabajo y Lenguaje.
De estas categorías faucaultianas integradas, pertenecientes a un correlato epistémico, desembocan en la Biología, La Economía y el Lenguaje. Las implicaciones de tales registros son similares a las conclusiones que H. Arendt ya había llegado en 1958 con su libro "La condición Humana" hacía 8 años antes y que hemos señalado arriba.
Así pues, en las categorías foucaultianas, la biología hace del hombre un ser con funciones y normas; la Economía un ser con necesidades que debe satisfacerlas y para ello debe afrontar conflictos como establecer reglas; el Lenguaje es el productor de sentidos y signos bajo la peculiaridad de ritos, hábitos y discursos.
Así pues el hombre foucaultiano emerge como expresión del desarrollo de tales categorías. Su existencia viene dada por la interacción de estos tres elementos conformando la vida del hombre. Desde esta perspectiva se deduce pues, que en el período clásico, como define Foucault no había hombre sino forma-Dios.
De esta manera, las ciencias del hombre se conforman por epistemes que entrecruzadas están compuestas por tales categorías. Dicho de otra manera, tres megamapas que configuran un modelo de hombre que tendrá su desarrollo hasta llegar a los años de la década del 60.
Tenemos pues, que hay un desplazamiento de la idea forma-Dios en el período clásico a la forma-hombre en la modernidad.
Este desplazamiento de la idea de hombre que se basa en los tres elementos o categorías formuladas tanto por Foucault en 1966, en "Las Palabras y las cosas", como en Hannah Arendt en 1958 en "La condición humana"; tomo una dimensión y un significativo impulso a partir de Foucault y el contexto vivido en ese momento y no con Hannah Arendt.
Visto la cuestión desde otro ángulo, encontramos que el filosofo francés Gilles Deleuze (1925-1995), también contemporáneo con Foucault aborda el tema en el anexo de su libro que precisamente lleva el nombre de Foucault . (1987).
En el anexo del libro el autor aborda un cuestionamiento, especie de aportación adicional al planteamiento de Foucault. Deleuza platea que las fuerzas señaladas por Foucault en el desarrollo de conformación de la forma-hombre, no bastan solamente. Que la cuestión es saber que otras fuerzas entran en relación en la formación histórica que resulta de ese compuesto de fuerzas. En el anexo al libro, Deleuze analizara la cuestión histórica en tres aspectos de la formación histórica; la antigüedad clásica, la del siglo XIX y la formación histórica del futuro.
Tenemos. Pues, que en el siglo XX y su desarrollo de cambios y transformaciones está presente la reflexión filosófica del devenir del siglo y las preguntas en torno a su futuro.
Llama la atención que dicha cuestión, a pesar de haber estado planteada casi una década antes, y la publicación de "La condición Humana" así lo confirma; sin embargo en esa polémica filosófica en torno a Arendt pasa desapercibida.
Este aspecto es de sumo interés y hasta ahora, según nuestro articulista de referencia, opina que esta es una cuestión poco estudiada y que la influencia no reconocida de Arendt, recorre "Las palabras y las cosas" de Michel Foucault.
7. A modo de síntesis
Si el siglo XX fue la configuración de los procesos políticos-sociales- ideológicos, así como, científicos y tecnológicos, que se gestaron en el XIX; el XXI, con su 3ra guerra mundial, la supervivencia humana y el planeta convertido en un infante frente a la irracionalidad del hombre moderno; tenemos que el devenir humano se constituyo, en su actualidad, en desasosiego, miedo, inseguridad; es decir, sin precedente alguno la vida se encuentra sin horizonte definido.
Este estado de la vida humana no emergió de improvisto; fue edificada con la más sofisticada ciencia y tecnología, así como con la más amplia experiencia de la humanidad en términos de ciencia política. Varios fueron los detractores de tal tendencia, entre los que se encuentran filósofos, sociólogos, antropólogos y sectores de la ciencia.
Hannah Arendt fue una filosofa genuina del siglo XX, que podemos considerar legítimo testigo de una parte del proceso que nos ha llevado a la situación actual. Para 1951 analiza las causas y efectos de la segunda guerra mundial en su obra "Los orígenes del totalitarismo". Para 1958, después de varios escritos de significativa importancia político-social, publica "La condición humana". Obra en la cual enciende las alarmas de las tendencias destructivas que abrazaron las acciones del hombre durante el siglo XX.
La autora diferencia entre modernidad y tiempos modernos el énfasis que adquirió la acción humana; esta última surgida a partir de "las explosiones de las bombas atómicas"; caracterizando un período singular del que –hacer humano y la configuración de su destino.
Vita Activa llama la autora a la categoría a través de la cual pretende decodificar la realidad humana en este complejo período, buscando comprender frente a qué tipo de hombre esta plantados. Se aleja de las reflexiones que han conducido a definirlo con sentido metafísico, buscando definir su naturaleza humana. Al interior de su categoría diferencia labor y trabajo, la primera que apunta al hombre en su sentido de desarrollo biológico, la segunda a la actividad no natural, a la obra humana de supervivencia donde crea civilización, cultura, pensamiento. A esta da énfasis en su lectura de la realidad, donde sitúa la política como condición fundamental del hombre.
El curso tomado por la filosofía de este período se nos presenta de manera diversa, en cierto sentido, difusa sin anclaje en las manifestaciones del ser y su actualidad, a pesar de todas ellas estar enmarcadas dentro de la llamada cuestión de la modernidad. Cuestión que sugiere de un período de la filosofía que apunte a una síntesis del proceso de reflexión actual.
Nuevos modos de filosofar están en desarrollo y sus diversas aristas se entrecruzan, síntoma de la gestación de esa síntesis. H. Arendt no aparece entre los filósofos más reconocidos del período; sin embargo emerge dentro de la obra de algunos de ellos, no ya como coincidencia de temáticas trabajadas entre filósofos, lo que representa materia para la historia de la filosofía, sino también presencia en obras de otros autores, hasta ahora no estudiadas.
Tal es el caso que hemos reseñado en este artículo con el caso de Foucault y a partir de éste las reflexiones de Deleuze. La valoración de algunos pensadores del período en el marco de la reflexión general del período es un aspecto que consideramos fundamental en aras de la compresión del período que nos posibilitaría una síntesis de este filosofar.