Voy a usar este artículo “corto-corto” para hacer algunas preguntas, se reconoce que no son las únicas, hay muchas más sobre la grave crisis educativa que la sociedad venezolana debe resolver en los hechos, si no quiere ver desaparecer el sistema público de educación, cuyas consecuencias serían catastróficas para la existencia de Venezuela como un Estado-Nación independiente y soberano. Es por ello que nos preguntamos ¿Por qué maduro abandonó su obligación conststitucional de sostener con calidad la educación? ¿Por qué el gobierno de maduro empobreció a los trabajadores de la educación? ¿Por qué las cúpulas sindicales se hacen la vista gorda y guardan silencio frente a esta agresión a la educación? ¿Sobrevivirá el sistema público de educación en Venezuela a los despiadados ataques de las políticas neoliberales del madurismo, representante criollo este de la agenda globalista que adelanta el sistema imperial del capital en el mundo? ¿En el marco de esta nueva gran depresión económica del sistema mundial capitalista, que puede asimismo catalogarse como una crisis de cambio de época, dejará de ser el sistema público de educación en Venezuela un valor de uso común para convertirse predominantemente en un valor de cambio privado, o sea, en una mercancía más, que deseche a la inmensa mayoría de los empobrecidos, contabilizados por el capitalismo como una población superflua, que no tienen dinero para pagarlo? ¿Rodeado como está, de un despiadado cerco estratégico de destrucción de los bienes comunes, hacia cuáles opciones se ve empujado el sistema público de educación en Venezuela para preservarse como un derecho constitucional de toda la sociedad? ¿Cuál sería entonces la educación que verdaderamente necesitamos para reconstruir a Venezuela como una sociedad de productores libremente asociados y de esa manera “desconectarnos” soberanamente para poder construir un modelo (educativo) de desarrollo independiente y libre de la cadena de despojo-explotación-marginación que nos impone el sistema imperial del capital?
Ahora bien, y esta interrogante es clave, ¿Serán capaces los docentes de abandonar su actual estado de ánimo de esclavitud salarial voluntaria y reorganizarse en un movimiento sindical distinto a las actuales burocracias sindicales corrompidas, y sumar a la lucha por la defensa de la educación pública a las madres, padres y a los mismos estudiantes, en general a todo el pueblo trabajador? Pues vayamos escalando colectivamente, por razones pedagógicas, paso a paso esta escabrosa y compleja montaña de la educación, que tiene una particular relevancia en el bienestar colectivo, hasta alcanzar una visión holística del panorama que se abre a los pies de quien alcanza la sima.
Necesitamos con urgencia, al menos hacer que sobreviva y defender nuestra capacidad antropológica y derecho inalienable a preguntar. Los regímenes autoritarios y lúmpenes como esta versión criolla y catastrófica del capitalismo que es el madurismo, tratan por todos los medios de acabar, destruir la libertad de pensar, y sustituirla por el pensamiento y la vigilancia del Gran hermano, de impedir que la gente se pueda hacer preguntas incomodas, las cuales puedan poner en peligro su hegemonía, su dominación. Allí reside el ataque a la destrucción del sistema público en educación, necesitan para mantenerse en el poder, entre otras cosas desmantelar, tal cual como lo hicieron con PDVSA y todas las empresas estratégicas del estado, hacerlo también con la educación como nuestra empresa más importante, la que produce saberes, donde se elabora la insumisión y las rebeldía contra toda las injusticias y desigualdades y al mismo tiempo el conocimiento nacional pertinente que garantiza nuestra existencia y continuidad como nación soberana e independiente. No permitamos pues que cercenen nuestro derecho a preguntar y sobre todo a preguntar el porqué destruyeron el país, ya qué en la respuesta está la clave de lo que como pueblo debemos hacer para salvar el país.