Los gobiernos de la IV República, para ser sinceros y reconocer lo que bien se hace, sin pensar en quién, ponían cuidado en escoger sus ministros. Si se trataba de hacer un buen negocio escogían el mejor y conveniente. Pero eran un tanto "escrupulosos" al escoger y, en buena medida, aplicaban aquello de "zapatero, a tus zapatos".
En el área educativa, siempre hubo al frente, bien gobernase AD o Copei, un personaje de alto nivel académico, intelectual y especializado en el área. No tomaban a cualquiera, por acuerdos internos o conveniencia, sin que el escogido no tuviese o atesorase las cualidades que el cargo demandaba. Unas de las pocas excepciones de esta conducta, se halla en la presencia, al frente del Ministerio de Educación de la figura de Gustavo Roosen, quien por cierto era abogado, con título de postgrado en esa misma área y dedicado, en gran medida a los negocios, como inversionista o simple asesor. Antes de ese nombramiento, había sido, por años, gerente de la compañía privada de teléfonos. Aparte de ser un personaje ajeno al mundo de la educación, fue el primer ministro de educación proveniente del sector privado de la economía y no del área educativa. Si revisamos el currículo del personaje, el cual coloco abajo, como hijo "de padres" que fue, se hallan muchas cosas, como título de la universidad de Harvard, pero nada que le vincule al área educativa, esa de la técnica del aprender enseñando y menos a Luis Beltrán Prieto, Luis Manuel Peñalver, Rafael Pizani y menos al brasileño Paulo Freire. Lo suyo eran los negocios.
Era aquel un momento, tiempo de CAP, cuando las luchas magisteriales por el salario habían alcanzado una gran persistencia y hasta soñada unidad, tanto entre sectores oposicionistas y de estos con quienes apoyaban al gobierno. Años atrás, se había aprobado el primer contrato de trabajo para proteger a los docentes y en donde a estos se les definió como trabajadores y no empleados públicos.
El nombramiento de Rossen estuvo destinado a contener aquellas luchas, en los tiempos del segundo gobierno de CAP, donde los compromisos con el FMI imponían, como es habitual, recostar la crisis en los trabajadores y nadie mejor para eso que poner al frente del Ministerio de Educación, el sector más combativo de los trabajadores, un personaje neoliberal, de mentalidad empresarial, no de educador, por lo que su táctica estuvo centrada en negar todo reclamo, sin importar las persistentes e innecesarias huelgas que deterioraban el sistema escolar público e incitaban a los padres, hasta docentes mismos, a trasladar a sus hijos a las escuelas privadas. Y eso, Rossen, en buena medida, la asoció a la descentralización, no como una manera mediante la cual el Estado central cede poder y responsabilidades a las regiones, sino al sector privado. De donde la tarea de Roosen, estuvo destinada, no a mejorar la educación, sino a incentivar un proceso de traslado de la matrícula escolar, del ámbito público al privado o mejor, a fortalecer la educación privada, deteriorando la pública, lo que lo llevó a ganar prestigio en su mundo. Fue el gerente de CANTV privada, puesto a dirigir la educación venezolana, particularmente la pública. En fin fue un empresario que asumió el cargo de Ministro de Educación no como educador, sino como lo que era, un empresario.
Por esa y para esa finalidad, a un hombre de negocios, le volvieron ministro de educación; pues su rol era actuar como negociante, lograr un fin inherente a sus habilidades y conocimientos y no mejorar la educación, particularmente la pública, donde se matricula la determinante mayoría de los estudiantes. Por todo eso, si algo hizo Roosen, fue promover las protestas y huelgas de docentes. Por supuesto, como lo he dicho en otros trabajos, en esto le favoreció la poca perspicacia de la dirigencia sindical de cierta tendencia, que caía, persistentemente, en cada una de sus trampas. Hasta los maestros de las escuelas públicas, inscribían a sus hijos en las privadas, porque aquellas se paraban con demasiada frecuencia.
Por lo anterior, he dicho hasta el cansancio que, fue falsa aquella versión que ciertos personajes, ligados al sindicalismo magisterial, cuyos nombres son por demás conocidos, le vendieron a Chávez, según la cual, la tendencia a la privatización de la educación o traslado masivo de la matrícula escolar pública a la privada, se debió al pago pírrico a la Comunidad Educativa y no porque esa dirigencia sindical cayó en el juego de Roosen y paraban las escuelas hasta por el atraso en horas del pago de la quincena, personajes que en el gobierno de Chávez, fueron figuras descollantes. Es decir, caían como tontos en las simples trampas que les tendía Roosen.
¿Cómo entender que un padre retire a su hijo de una escuela por negarse a pagar 100 bolívares anuales, hasta por 3 hijos, lo que según era un exceso, para pagar 900 mensuales en una escuela privada? ¿Hay tontos que se creen eso?
La "genialidad" o "genio educativo" de Roosen consistió, en valerse de cualquier artimaña para violar lo acordado en los contratos laborales, como incumplir clausulas que demandaban un aumento a partir de cierto tiempo y hasta la simpleza de pagar las quincenas con retraso de horas o un día, aprovechando el simplismo y extremismo alocado de cierta dirigencia. La idea era promover paros en exceso, aprovechándose de la incompetencia sindical, con el fin de deteriorar la imagen de la escuela pública.
El gobierno de Chávez y también el de Maduro, sobre todo este último, han sido demasiado poco exigentes y cuidadosos a la hora de escoger ministros de educación. Revisando la lista, con mucho cuidado, me ha resultado difícil hallar alguno a quien pudiera darle mi absoluto consentimiento, fundamentándome en los valores que creo inherentes a alguien para ese cargo. Y lo que es peor, hay unos cuantos que, no reúnen o reunían, ni el más mínimo puntaje; fueron como Rossen, escogidos, si no al azar, si con un fin determinado, ajeno a mejorar la educación. Pues en esos nombramientos, como en el del expresidente de la telefónica, no ha prevalecido el ánimo de mejorar el sistema educativo, sino el de dominar o contener las luchas de los educadores, poniendo al frente del cargo pertinente a alguien que no se sintiese comprometido con la educación, los educadores o poco entendiese del significado de la escuela, los maestros, en la lucha por el cambio. Todo por privilegiar la paz en otros espacios o lograr entendimiento con factores de mucho peso y por demás exigentes. Y estos ministros, por falta de formación, conocimiento, identificación y experiencia en el área y dedicados sólo a preservar o defender algo ajeno a la educación misma, por su status y futuro, no miran nada sustantivo de lo inherente a la educación, como el asunto de los textos escolares, las nuevas tecnologías para el aprendizaje, la calidad y satisfacción del docente.
Ellos sólo son como esos vigilantes, puestos a las puertas de los ministerios, para observar que allí no entre nadie que despierte sospechas o exhiba mala imagen. Ahora mismo, estamos en una situación parecida y hasta vuelta a repetir.
¿El actual ministro de educación, quien por cierto repite, ha dicho algo sustantivo sobre el asunto educativo?
Sólo lo ha hecho ofertas de créditos a docentes que no tienen como pagar aquellos, ofrece uniformes y zapatos a los mismos, lo que habla, no de educación, sino del nacimiento de un negocio que demanda mercado, llama a jubilados a reincorporarse al aula, con lo que reconoce la diáspora, renuncias y hasta el bajo número de nuevos graduados. Pero no aborda el motivo de todo eso, como antes tampoco.
Si tuviese aún la capacidad de movilizarme con la comodidad que demanda un anciano de 86 años y dele, como suelo decir, no dudaría en incorporarme a la escuela donde antes estuve. Pues, afortunadamente, sigo estando mentalmente muy claro, tanto que, mi cabeza funciona hasta mejor y con más claridad que cuando era joven. Lo pruebo y me pruebo, escribiendo a diario artículos como este, dos novelas en paralelo y ensayos; ahora mismo llevo escrito, además, un texto que seria algo así como parte de mis "memorias", que, en cosa de 10 días, ya ha alcanzado más 50 páginas, pese sólo le dedico a ello, poco tiempo. Y si de educación hablamos, por la larga experiencia que tuve sobre ese "arte" y trabajo donde " se aprende haciendo", docente y alumno, y ahora con las nuevas tecnologías, lo que he racionalizado de la mejor manera, me siento competente para hacerlo mejor que antes.
Pero el tener que llamar a los jubilados para volver al aula habla de una profunda crisis; una que existe y se trata de ignorar. Pero todo tiene un límite y la verdad es como el agua o los gases, se cuela por el menor intersticio y sale a flote. Ese llamado del ministro, no es más que un reconocer algo trascendente que acontece; como que es grande la cantidad de docentes que han abandonado el aula pública, bien por trasladarse a la privada, donde el pago es menos malo o haberse ido del país, por los caminos verdes o dedicarse a otras actividades rentables que les hagan soportables sus vidas, como cubrir sus necesidades y las de sus familiares a su cargo. Esto hay que reconocerlo para hacer la corrección pertinente.
Pero para hacer esas correcciones, los gobernantes demandan o mejor necesitan a su lado, no quienes estén de la mejor buena fe, "dispuestos a servir", obedecer las órdenes, sino quienes sepan cómo agarrar el toro por los cachos y lejos de estar dispuestos a seguir fielmente lo ordenado, que pudiera estar impregnado de ideas y metas que en nada benefician a las mayorías, o al país todo, sino a grupos, optar por lo contrario, hacerle entender al presidente la verdad de lo que acontece y las medidas pertinentes a tomar. Y es como demasiado obvio, nada difícil de entender o detectar, la causa de la falta de docentes en todas las áreas y el deterioro del sistema escolar. Y el ministro del ramo, tiene que ser alguien consustanciado con eso, que le duela y genere rebeldía y deseos de revertir la marcha del proceso educativo. Es decir, nadie mejor que un docente de la mejor calidad. Esta no es crisis, circunstancia, para ser abordada por quien es ajeno a ella y menos si en éste prevalece el espíritu de empresario, como Roosen, o el simple funcionario que trata de mantener su rango. Y, en verdad, a este entiendo, no es su culpa, y lo es menos si hace lo que cree debe hacer, pues cada quien mira como lo que le dicta su experiencia, conocimiento, cree su deber y cuida su prestigio. ¡Cada quién en lo suyo!
Currículo de Gustavo Rossen:
- Abogado de la UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO (Caracas, Venezuela) 1966.
- Master en Derecho Comparado NEW YORK UNIVERSITY (USA) 1967 .
- Presidente de la Junta Directiva 2007-2009 ENVASES VENEZOLANOS.
- Presidente de Consejo Directivo de Instituto de Estudios Superiores de Administración. Caracas Venezuela 2008-2009.
- Experiencia laboral: CANTV/VERIZON Presidente 1995-2007.
- ENCARGADO DE LA REFORMA DEL SISTEMA BANCARIO NACIONAL Junio 1994 – Junio 1995 .
- PETRÓLEOS DE VENEZUELA (PDVSA). Presidente 1992 – 1994.
- MINISTRO DE EDUCACIÓN 1989 – 1992.
- EMPRESAS POLAR Presidente de División de Alimentos 1977 -1989.