Como todo “buen político” el Ministro Héctor llego a Salas ofreciendo; siendo honestos es importante aclarar que hablo de mejorar las condiciones materiales de maestras y maestros, nunca dijo que mejoraría los ingresos, entiéndase sueldos y salarios de los docentes.
Después de haber llenado en no menos de 5 ocasiones planillas de registros llego a la escuela la dotación de zapatos para los docentes, ¿puede entenderse esto como mejora de las condiciones materiales de maestras y maestros?. Para el Ministro claro que la respuestas es sí, es altamente probable que para la mayoría de maestras y maestros que están sobreviviendo con apenas $130 mensuales la respuesta sea no.
El Ministro, como buen político que es, puede refutar a quien razone de manera contraria a sus argumentos esgrimiendo que después de tantos años que el gobierno ha ofrecido zapatos a los docentes, es la primera vez que esta medianamente cumpliendo, que el no ha completado un trimestre en Salas y ya esta cumpliendo sus promesas y bla, bla, bla.
El Ministro ha acometido una reforma del Ministerio de Educación que está trayendo cambios importantes, ¿esto mejora las condiciones materiales de maestros y maestras?. Quizás en un largo plazo, puede inferirse que corregir irregularidades (adecentar las nóminas, entre ellas) beneficie al grueso de los maestros y maestras y a las políticas educativas, en el corto plazo son apenas cambios administrativos y burocráticos.
El Ministro Héctor llego a Salas (o lo llegaron allí), con tareas concretas y muy posible con tiempo determinado de cumplimiento de funciones y lo está haciendo. Garantizar la paz escolar, asegurar la “normalización” de la educación pública, “controlar” al gremio de trabajadores públicos mas numeroso del país y bla, bla, bla. Mientras, la educación publica sometida a la brutal desinversión que desde 2015 ocurre va en picada.
Las escuelas y los liceos no son ni la sombra de lo que fueron en tiempos donde el Estado planifico y ejecuto grandes presupuestos en este sector.
No pretendemos que el Estado haga lo que no tiene condiciones de hacer, pero “no agarrar el toro por los cachos” en materia de educación publica es sencillamente seguir condenando a millones de niños y jóvenes (que dependen exclusivamente de la educación pública) al abandono y a la exclusión, mientras de manera grotesca y hasta burlesca repiten que la economía del país crece cada trimestre.
¿De que le sirve a los niños y jóvenes que dependen de la educación pública que la economía crezca si no tienen maestras y profesores porque la difícil realidad educativa los obligo a dejar su profesión para dedicarse a oficios y labores que le garanticen ingresos fundamentales para su sustento y el de su familia?
Mientras el Ministro Héctor y su equipo, seguro están felices y satisfechos con la labor cumplida en Salas y posiblemente dispuestos para cuando les corresponda asumir nuevos roles y tareas, cuando así se lo indiquen.