Ojo, mil veces ojo avizor!: Bachaquean con furia más de la mitad de la gasolina que llega a Mérida

Jueves, 13/06/2019 09:55 AM

  1. Cuesta imaginar, para el que no vive en Mérida, el horror que se está viviendo en esta ciudad con el problema de la gasolina. Porque por doquier se ven avisperos de vehículos concentrados alrededor de las estaciones de servicio, esperando a que llegue una gandola con el tan ansiado combustible. Y a muchos de los que realizan el milagro de poner gasolina, lo primero que le viene a la mente es sacársela al carro y guardarla o venderla porque son prisioneros del estribillo que se escucha en las colas: "…por todos los vientos que soplan en un mes no habrá gasolina en Venezuela". Y entonces nadie tiene otra ocupación en este mundo que vivir noche y día en una cola para poner gasolina.

  2. Hay quienes se han mudado de sus casas, llevándose los implementos para sobrevivir a la intemperie. Hay quienes llegan empujando sus carros ya sin una gota de gasolina. Hay quienes suplican por dos litros para poder moverlos desde donde los tienen varados para poder apostarse en las fulanas colas. Y en las colas pueden verse centenares de ancianos algunos de hasta noventa años, yendo de un lado a otro con sus bastones, con sus reumas, toses y achaques, con la esperanza de poder llegar algún día al cielo, es decir a la ansiada estación de servicio. También hay enfermos que ansían poder moverse para sus tratamientos en lugares apartados. Los hay también quienes tienen enfermos en sus casas que deben llevar a tratamientos a hospitales o clínicas.

  3. La gente que se congrega en esta búsqueda de combustible para sus carros, ha tratado de inventar un sistema para no tener que apostarse durante varios días frente a una estación, expuesta a que puedan ser robados, a tener que hacer sus necesidades en cualquier manigua o rincón oscuro, sin tener qué comer o beber y con la consabida incomodidad de dormir sentado en un zulo con poco oxigeno.

  4. Entonces, se inventó lo de los LISTADOS. Llega un voluntario y comienza a hacer una lista, pero cómo eso exige trabajo, gastos y montar una pequeña organización, este personaje tiene la potestad de colocar en ella, entre los primeros, a un grupo de su preferencia. Aquí comienza el asunto del bachaqueo, porque en muchos casos se trata de familias enteras que siempre y cada vez los encontraremos en estas fulabas listas, y cada vez extrayendo la gasolina a sus vehículos para dedicarse luego a venderlas.

  5. A lo largo de la Avenida Los Próceres, la más extensa de la ciudad, existen de norte a sur, unas seis estaciones de servicio, y en alguna de éstas usted puede encontrar más de veinte listas, cada lista con unas ciento cincuenta o doscientas personas.

  6. Para la estación de servicio que está en la urbanización La Mata o la que está en la Avenida Andrés Bello, llamada Chama, las listas llegan casi a tres mil carros. A cada una de estas estaciones está llegando un promedio de dos gandolas con unos 24.000 litros de gasolina por semana, y el espanto de las colas se mantiene casi intacto. Cuando llega la gandola corre toda clase de versiones entre las cuales está la de que sólo se repartirá 18.000 litros, por ejemplo. O que cada vez llega más falla de combustible porque se reparte a escondidas. O que gran parte de ella ya está comprometida.

  7. En algunas estaciones no se le coloca a los carros más de 40 o 30 litros de gasolina, pero entonces cuando llega la gandola se inundan las estaciones de servicios con los llamados VIP’s, quienes forman sus colas aparte, muchos de ellos espantosos vivarachos disfrazados de médicos, bomberos, productores, funcionarios policiales, parapléjicos, etc.

  8. Durante toda la jornada de espera, la viveza de algunos es una nota que produce horror, arrecheras de todo tipo, asco, desesperación, impotencia, desolación, una fatiga bestial, deseos de tirar la toalla y huir no se sabe a dónde porque ya no tendrás gasolina para retirarte a tu casa. Son noches de vigilia, de caminatas intensas a los largo de las calles y avenidas esperando el anuncio de la llegada de la gandola, hablando contigo mismo, mirándote en el rostro de los que ya están harto de verte. Entonces en esas largas vigilias usted se empapa de lo que nunca imaginó: de las interioridades, dolores y frustraciones, sueños y glorias de tantas personas en este mundo que ni mil novelas de Balzac podrían retratar: tragedias, sueños, comedias o fantasías...

  9. Y en cada uno de los que están allí conocen los intríngulis del bachaquerismo. Principalmente esa viveza ligada siempre al mundo de los comerciantes que además de exprimir al pueblo con la especulación y el acaparamiento de los productos básicos, en este caso se organizan para crear sus propios batallones de abastecedores de gasolina que luego la bachaquearán en dólares. Se ha conocido el caso del dueño de una licorería que cerró su negocio para ponerse a bachaquear gasolina.

  10. En el lío escabroso de los que montan esas listas usted nunca verá a alguien del llamado poder popular, de la milicia, del partido. En Mérida eso de los grupos controladores de las listas están en muchos sectores, anegados por el veneno de la incordia partidista que impone el bando opositor. Y en todo momento si usted aspira a llegar a buen término en esta odisea tiene que callar y otorgar… Una horrible opositora dueña de una cauchera, se presentó el martes pasado a una cola en La Mata, y a lo macho destrozó todas las listas e impuso el terror con un grupo que ella misma dirige, pero la gente se reunió aterrada y no deja de echarle la culpa al gobierno. Todo lo malo es sólo culpa del gobierno! Para los opositores, Trump es un hombre bello y bueno, tan bello que en su vida lo mejor que hizo fue dedicarse a negociar con las misses en el mundo. Él lo que nos desea es lo mejor, y si nos impone sanciones es por nuestro bien, aunque un día de estos por sus bloqueos acabemos muriéndonos todos… punto… Ave María Purísima…

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