PDVSA; Balance de Exportación Enero-Abril

Jueves, 25/07/2019 07:29 AM

Han pasado cerca de 6 meses desde la imposición de sanciones de parte de EEUU, sanciones estas propuestas y avaladas por el corrupto clan Guaidó. Durante esos 6 meses ha habido todo tipo de trauma dirigido directamente al corazón de la industria petrolera Venezolana; PDVSA, con el único propósito en mente de estrangular el flujo financiero hacia y desde Venezuela, además de exacerbar el nivel de entropía y conflictividad social en dicho país. Estas estrategias y acciones aparte de mal planificadas, están pintadas con una terrible y feroz carga de traición a la patria. El producto de tales acciones va dirigido directamente contra el más humilde y necesitado, ya que no es el gobierno quien sufre el producto del encarecimiento de precios de alimentos y medicinas, quien sufre el aislamiento de sus familiares, ni quien muere de mengua. Por el contrario, es precisamente el segmento menos pudiente y más deprimido de esa sociedad quien termina pagando los platos rotos. Pero eso no parece importarle a ese "grupete" de traidores. Lo único que parece importarle es su ascenso al poder, aunque ello signifique llevarse por delante vidas inocentes.

LAS DIVISAS:

Algunos expertos aun masajean la tesis que PDVSA provee el grueso de las menguadas divisas que hoy percibe la nación, sin percatarse que están 180 grados desviados de la realidad; es decir, mirando en sentido opuesto. Tan solo en Febrero, Maduro en una sola transacción negoció en exceso a 8 toneladas de Oro [https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/02/27/el-regimen-de-nicolas-maduro-saco-8-toneladas-de-oro-del-banco-central-de-venezuela-en-la-ultima-semana/], cuyo valor de mercado ronda los US$360 @ US$ 390 millones. Bajo la fluctuación del mercado actual, cada tonelada de oro tendría un rango de mercado de entre $45 y $49 millones.

El actual foco de Venezuela en materia de mercado es el producto de la visión de pluri-polarización que en buena hora tuvo Hugo Chávez en 2003-2004 y no como consecuencia de sanción alguna. Nuestros crudos y productos se han venido desviando creciente y correctamente hacia el este, menguando en consecuencia y de forma progresiva los envíos al mercado del norte desde incluso 2007 y solo dejando lo relativo a nuestras refinerías de Citgo y alguno que otro cliente selecto. Sin embargo cabe mencionar que el error de fondo en dicha estrategia, estuvo en la falsa creencia de una capacidad ilimitada de endeudamiento, contando con precios de un barril que según "el visionario Rafael Ramírez" para entonces se dirigiría a >US$200. Es así como el país terminó por caer ineludiblemente en las fauces hirientes de China y Rusia.

A partir de Enero’2019 se aceleró dicha tendencia producto de las nefastas sanciones del clan Guaidó. Estas sanciones por cierto son contraproducentes al mismo Estados Unidos, por la carga que hoy sufren sus propias refinerías producto del Premium de más de US$6 que deben pagar al reemplazo del crudo Venezolano, ya expuesto en artículo previo [https://www.aporrea.org/energia/a280106.html]. Ese reemplazo que por cierto es por ahora el "castilla heavy sour" colombiano, no tiene sustento ni futuro cierto, como consecuencia de la acelerada caída en la producción petrolera de dicho país por efecto de la sequía en sus ya esqueléticas reservas.

Analizando el nivel de exportación real de Venezuela entre Enero-Abril’2019, fueron enviados en promedio a Rusia y China unos 640.000 B/D, dejando un remanente de alrededor de 300.000 B/D, de los cuales unos 90.000 @ 110.000 B/D fueron dedicados a satisfacer el consumo interno; es decir, barriles residuales en términos de retorno de capital.

En el mejor de los casos, el ingreso bruto generado por los barriles "libres negociables" y remanentes, considerando el precio de mercado y no, el precio descontado como en efecto sucede, no supera en el mejor de los casos los US$1.500 millones durante en el primer cuatrimestre de 2019.


Es decir, Maduro con una sola venta de oro le puso la mano a una cantidad de dólares netos equivalente a más de un mes de ganancia bruta por exportación de crudo. Y ni hablar de ganancias netas de PDVSA, donde las cifras son realmente ridículas, de frente al deterioro progresivo producto de la ineficiencia y el galopante gasto que experimenta hoy la industria de manos de la administración Quevedo, hasta el punto de prácticamente no producir ganancia alguna, sino por el contrario; perdidas. Por supuesto, siempre estará a la mano el comodín de los ingresos financieros, ese mismo comodín que entre 2013 y 2015 le abonó a la caja de PDVSA, más ingresos netos por la cuestión cambiaria, que por los mismísimos barriles negociados.

No creemos que hoy día exista la voluntad política en el gobierno, para rescatar la industria petrolera Venezolana. Más bien pareciera que lo que se intenta es proteger negocios de grupos, personales o cuotas de poder. De haber habido la voluntad, ya hubiesen ocurrido cambios profundos y eso no ha sucedido. Es mucho más sencillo rescatar a PDVSA de lo que muchos opinan. Es mucho más sencillo tener acceso a capital suficiente para la soportar la operatividad requerida y sin necesidad de incurrir en mayor endeudamiento de lo que muchos sostienen.

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