105 años después… y ahora se subió la gata a la batea

Lunes, 29/07/2019 07:45 AM

Este año de 2019 se cumplieron 105 años del comienzo de la explotación regular del petróleo en Venezuela como mercancía generadora de ingresos económicos. Con la perforación y apertura del pozo Zumaque 1 en Mene Grande (estado Zulia) en abril de 1914 se inicia la explotación de este importante producto energético convertido hasta la actualidad en uno de los principales recursos no renovables transables en las Bolsas de Valores del Mundo Global. Es uno de los más importantes commodities (mercancías/materias primas) que se negocian en los más variados mercados de compra-venta de valores del mundo actual. Por el acceso y el control de este valioso e importante hidrocarburo, sus productos asociados/derivados, así como las vías acuáticas por donde se desplazan los grandes buques-tanqueros que transportan los millones de litros medidos referencialmente en barriles, se han escenificado grandes conflictos bélicos, desde las dos guerras multinacionales del siglo XX (1914-1918 y 1939-1945) hasta las invasiones contra naciones como Afganistán, Irak, Libia, como también los ataques y provocaciones con fuerzas extranjeras y locales contra naciones como Irán, Siria, Sudán, Yemén, Chad, Niger, Venezuela y muchas otras.

Las naciones que tienen importantes cantidades de este y otros recursos asociados como el gas, el azufre o coque, y las diversas opciones de elaboración de una larga lista de productos derivados del petróleo, tienen las posibilidades de lograr inyectar recursos orientados hacia las actividades económicas de los sectores de las economías públicas y privadas, construir grandes y variadas infraestructuras que hagan posible unificar el país y sus integrantes, mejorar la calidad de vida de todos sus componentes sociales, invertir en la construcción de múltiples centros de salud y por supuesto educativos, desde los niveles más primarios y básicos, hasta la formación de centros académicos técnicos medios, superior y universidades. Las burocracias gubernamentales que controlan el funcionamiento del Estado y el Gobierno tienen la responsabilidad de planificar y ejecutar inversiones públicas y privadas con una clara y profunda perspectiva de SUSTENTABILIDAD.

En estos 105 años de explotación de esta energía fósil y la creación de una gran industria petrolera y petroquímica en Venezuela, el Poder Político Nacional, es decir LAS BUROCRACIAS que han dirigido el Estado y el Gobierno han estado bajo la responsabilidad de formas de gobiernos dictatoriales como Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras, Isaías Medina Angarita, una Junta de Gobierno del Trienio Adeco, el breve gobierno democrático de Rómulo Gallegos, la dictadura militar presidida por Marcos Pérez Jiménez, el Gobierno Transitorio del Militar Wolfang Larrazabal, el Gobierno por elección popular de Rómulo Betancourt, el de Raúl Leoni, luego el presidido por Rafael Caldera, el Primer Gobierno dirigido por Carlos Andrés Pérez, el Gobierno de Luis Herrera Campins, prosiguiendo con el de Jaime Lusinchi, el segundo Gobierno (destituido) de Carlos Andrés Pérez, el Gobierno transicional de Ramón J. Velásquez, un nuevo Gobierno de Rafael Caldera, los Gobiernos presididos por Hugo Chávez Frías y los actuales bajo la Presidencia de Nicolás Maduro.

Por cierto, todos estos gobiernos con formas, orígenes, narrativas discursivas, fundamentaciones teóricas y sustentaciones diferentes y en algunos casos contrapuestas, han coincidido en ejercer la jefatura del Gobierno o Poder Ejecutivo Nacional desde las mismas instalaciones o edificio construido durante el período republicano ubicado en el centro de la ciudad de Caracas, denominándolo como un PALACIO, es decir que estamos ante un intento de las élites políticas de igualación simbólica a las edificaciones realistas desde donde despachan las distintas monarquías en ejercicio de España, Gran Bretaña, Suecia y Holanda.

Es extraño que durante este largo período de años y variedad de gobiernos con fundamentaciones doctrinarias diferenciadas, particularmente los comprendidos entre enero de 1976 y la actualidad, la Nación Venezolana no cuente con Universidades de Alto Nivel dedicadas exclusivamente a la formación de técnicos y profesionales en todas las áreas relacionadas con el negocio de la explotación y comercialización nacional/internacional del petróleo y las inmensas posibilidades de elaboración de productos derivados en la cadena de valor. Universidades Petroleras que además funcionarían en estrecha relación con varios centros de investigación de hidrocarburos de Alto Nivel ubicados en distintas regiones de la Nación Venezolana. Esto resulta muy extraño porque las burocracias que han dirigido el Estado y el Gobierno durante estos últimos 50 años, han tenido poder de Estado y de Gobierno para consolidar una industria petrolera con perspectiva de mayor sustentabilidad económica y sin embargo no lo han hecho.

Es oportuno preguntarse dónde están esa gran cantidad de aportes tecnológicos propios aplicables a la industria y favorables a la Nación Venezolana? Dónde están esas grandes cantidades de productos petroquímicos elaborados en la Nación Venezolana? Dónde están las variadas instalaciones petroquímicas para producir derivados del petróleo y consolidar la Economía Nacional en la dinámica global. Desde 1924 el presupuesto de la Nación Venezolana se ha nutrido de manera creciente de la explotación del petróleo. En las últimas décadas entre el 97 y 98 % de los ingresos en divisas de Venezuela se deben a la venta de este recurso extraído de nuestras profundidades territoriales. Es decir que CASI TODA la economía nacional se ha soportado en los últimos 90 años en los ingresos que obtenemos por la venta internacional de este commodities o materia prima/mercancía con demanda garantizada en los mercados internacionales y la mayoría del tiempo con importantes y amplios márgenes de ganancia en divisas.

Esta Nación Venezolana cuenta con reservas certificadas de petróleo para más de 150 años, además del gas asociado y no asociado, diversos y valiosos minerales que incluyen algunas de las denominadas tierras raras que se utilizan desde hace años en la medicina, industrias telemáticas, sector aeroespacial y armamentos. Teniendo acceso privilegiado a esta información con amplios detalles, es extraño que las Burocracias Gubernamentales Venezolanas con sus distintas narrativas éticas y políticas, no desarrollarán una actitud celosa para consolidar y proteger estas actividades productivas de las cuales dependemos TODOS los integrantes actuales y futuros de esta NACION.

Después de lograr incrementar la producción de petróleo hasta los 3.422.000 barriles diarios (BDP) en 2008 e influir junto a otros países productores desde 1999 para recuperar los precios internacionales, nos encontramos actualmente con una producción que de acuerdo a las cifras de la OPEP se ubicaría entre los 1.000.000 y 800.000 de barriles diarios (BDP) dependiendo de las fuentes oficiales o independientes. Esta dramática y dolorosa caída de la producción comenzó a mostrarse desde el año 2009 y siguientes de acuerdo a los propios informes de la empresa PDVSA. Es decir que las Burocracias encargadas de manejar y supervisar la producción de petróleo desde esos años no cumplieron de manera efectiva y eficiente con sus responsabilidades de garantizar un funcionamiento sustentable y rentable del NEGOCIO PETROLERO. En este escenario de graves debilidades para generar suficientes divisas que mantengan el funcionamiento de la economía Privada y Pública, así como los gastos que requiere la Nación para mantenerse con operatividad normal, ha sido más fácil y efectivo el impacto de las medidas de asfixia y agresiones económicas/diplomáticas dirigidas por el actual gobierno de los EEUU y sus aliados internacionales/nacionales sobre la Economía de la Nación y en consecuencia contra TODOS los venezolanos actuales y futuros.

Decimos que ahora si es verdad que "se subió la gata a la batea", porque en medio de este grave escenario económico que afecta de manera profunda la vida y funcionamiento de la NACION, donde se requiere una Burocracia que maneje y supervise el funcionamiento de TODA la industria petrolera y petroquímica venezolana, con la finalidad de recuperar la producción y avanzar hacia un rescate de nuestro principal y valioso sustento económico actual como Nación/Estado Soberano, aparece un antiguo miembro de la Burocracia Petrolera Venezolana afirmando que se requieren 250.000 millones de $ (DOSCIENTOS CINCUENTA MIL MILLONES DE DOLARES) para recuperar en 8 años la industria petrolera. Pero además argumenta que esa recuperación pasa por volver al esquema de la apertura petrolera de los años 80-90, pero con más audacia para garantizarle a los inversionistas internacionales el control efectivo del petróleo venezolano y la industria venezolana PDVSA con todos sus activos. Es decir, tenemos inmensas reservas de petróleo, gas y unas instalaciones industriales con mucho valor en los mercados internacionales, las cuales requieren mejores burocracias para su manejo gerencial y MUCHA supervisión del Estado para garantizar esos procesos de recuperación y funcionamiento operativo. Estamos mal y aparece este ex miembro de la burocracia petrolera de los años 70 – 90 proponiendo entregarles a las grandes empresas petroleras y financieras del exterior lo MÁS valioso como commodities que tenemos. Sin el control de estos recursos energéticos por parte de la Nación y el Estado, no lograríamos sobrevivir como Nación/Estado, Patria, País y Sociedad Venezolana en medio de la gran disputa global por el control y acceso a los recursos energéticos y sus rutas de tránsito.

Este ciudadano hace alrededor de un año en un evento programático de uno de los partidos de la oposición venezolano, afirmaba públicamente que se requerían 30.000 mil millones de $ (TREINTA MIL DE MILLONES DE DOLARES) para recuperar en varios años la industria petrolera venezolana. Ahora decidió multiplicar esa cifra por 8 veces (de 30 a 240 mil millones) y proponer que se le debe entregar de manera plena a las empresas transnacionales toda la industria de nuestro recurso fundamental. Es como asumir que los venezolanos después de 105 años de cultura petrolera, somos INCAPACES de manejar este negocio y por tanto debemos dejar de existir como NACION y pasar a depender de los impuestos y regalías que decidan entregarnos las empresas energéticas y los grupos financieros manejadores de préstamos. También es una forma de trasladar a TODOS los venezolanos las responsabilidades directas que han tenido las burocracias políticas y gerenciales en el manejo de la economía venezolana y la industria petrolera en particular durante estos últimos 60 años. Esta recomendación es equiparable a una exigencia a los padres de un hogar con varios hijos, que no hagan más esfuerzos creativos y organizativos para salir adelante y procedan a regalar la casa, los muebles y los hijos como solución para enfrentar las severas dificultades que nos afectan. Por eso alertamos que es necesario hacer uso de la conciencia crítica y tener mucho cuidado con la gata que ya está intentando subirse otra vez a la batea.

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