PDVSA: De Giusti a Quevedo

Sábado, 31/08/2019 12:28 AM

Llegado al poder H. Chávez en 1998, el futuro de la dirigencia de la PDVSA cuarto republicano estaba ya signado; serian desincorporados de sus cargos. El comandante había expresado con razón durante su campaña, inconformidad en el manejo de nuestra industria petrolera al considerar que la misma había servido desde su nacionalización a intereses distintos al interés nacional.

Percibida dicha decisión desde varios centros del poder anglosajón, hubo intentos de hacer cambiar la matriz de opinión de manera que la directiva no fuese cambiada. Se nombró dos veces consecutivas ejecutivo del año al mayor destructor hasta entonces de PDVSA; L. Giusti, cuya único logro había sido alcanzar el menor ingreso neto en la historia de nuestra industria petrolera de $663 millones, al haber burlado los acuerdos de la OPEP y promovido un aumento de producción en "conchupancia" con las empresas de la apertura y en medio de un ambiente de abundante oferta, que terminó por llevar nuestro barril a menos de $9. Ese mismo personaje fue artífice del llamado "outsourcing", en donde se estimuló la "tercerización" de procesos medulares en la cadena de valor de nuestra industria, para entre otros, ceder de manera descarada (caso Intesa) a intereses anglosajones información estratégica en tiempo real que luego seria usada en contra de la nación.

Pero el entonces presidente H. Chávez no dio señal alguna de haber sido impresionado por dicha campaña de autopromoción de Giusti y por el contrario, arreció el verbo y dio al traste con la junta directiva en pleno y un grupo de atizadores que los secundaron en el llamado sabotaje petrolero de 2002.

DEL MITO AL SABOTAJE:

La "mitocracia" entregó PDVSA en 1999 con una producción nación de 3.127.000 B/D de la mano de R. Mandini y no los 3.449.000 B/D (1998) que han querido hacer ver. Entregó la industria con una relación pasivo patrimonio en crecimiento que excedía el 133%. Entre 2000 y 2001 durante las gestiones de H. Ciavaldini y G. Lameda, la producción nación logró remontar hacia 3.267 MBD para luego derrumbarse a menos de 650 MBD producto del funesto sabotaje petrolero entre 2002-03.

Superado el sabotaje petrolero, los indicadores de gestión de la nueva PDVSA lograron reponerse en tiempo record del ataque suicida de la "mitocracia". Es así como para el cierre de 2004, la producción nación mostraba ya un saludable nivel de 3.148.000 B/D y los ingresos netos reportados superaban los $5.406 millones con tan solo 38.515 empleados, mientras que la relación pasivo patrimonio mostraba una mejora sustancial rondando el 48% para entonces.

Llegado el 2005, el impulso que la gestión del desaparecido Félix (el gallito) Rodríguez, había logrado transferir al desarrollo de la producción, continuó dando sus frutos y para el cierre de 2005 la industria mostraba una saludable volumetría de 3.274.000 B/D sostenida hasta 2008 @ 3.260.000 B/D.

La nueva PDVSA a excepción de los años 1997 y 1998, había logrado sostener un nivel de producción superior al de toda la historia de sus predecesores aun con activos ya envejecidos. En todo caso ese máximo de producción observado entre 1997-1998 no fue producido por la propia PDVSA sino por las empresas de la apertura petrolera, a expensas de un costo de producción excesivo e inconveniente, que curiosamente impedía a nuestra industria competir en ciertos mercados, en donde sus socios extranjeros en Venezuela eran precisamente sus competidores naturales. El costo de producción en medio de esa apertura criminal paso de $3.73 por barril en 1994 a $6.17 por barril (nominal) en 1999, representando un incremento del 65% en costos. Aun en términos nominales, la nueva PDVSA era más eficiente que la "mitocracia"

Ubicando al país y PDVSA en el contexto nación antes de la llegada de Ramírez y Eulogio a finales de 2005, el escenario PDVSA-nación era el siguiente:

  1. Costos de producción: $3.93 por barril
  2. Deuda financiera: $2.3 billones
  3. Producción nación: 3.274.000 B/D
  4. Nivel de utilización aguas abajo: 78% @ 85%
  5. Reservas de crudo: 99.000 MMBbls
  6. PIB @ cierre 2004: 16% @ 18%
  7. Reducción de la pobreza extrema desde 43% en 1996 @ 11% en 2006

Con toda esa fortaleza relativa de nuestra principal industria, las reservas internacionales en el periodo 2002-2006 se catapultaban desde $14.8 MMM @ $37.4 MMM [http://economia.com.ve/historicos-de-reservas-internacionales-de-venezuela/]. La revolución estaba dando sus frutos.

LLEGA RAFAEL:

Que pudo haber salido mal; porque el país cayó en desgracia aun con el "Chavismo" en su máximo esplendor y con el total monopolio del poder político?

Políticamente la revolución necesitaba aliados, sobretodo ante el constante ataque desde el entonces gobierno de Bush. Chávez buscó amalgamar poder y una representación alineada en todos los eslabones del poder multinacional y lo logró, pero al costo de una onerosa carga pecuniaria para Venezuela. Pero Chávez era el ejecutor y por lo tanto, sus hombres más cercanos con injerencia directa en las finanzas debieron haberlo alertado a tiempo de los riesgos sobretodo en materia petrolera, por ser esta vital en el influjo de divisas.

A partir de 2005 la política comenzaba a penetrar la directiva de la industria. Comenzaban a verse las primeras señales de enfrentamiento interno. Germinaban colonias de corrupción posesionándose de los altos niveles de la industria. Iniciaba una cacería de brujas sin precedentes contra la gerencia profesional de entonces, contra esa misma gerencia que llevó sobre sus hombros el glorioso rescate de PDVSA durante los sucesos de 2002.

El plan estratégico de la industria concebido en 2004 da un giro severo siendo reemplazado en 2006-2007 por un parapeto llamado "plan siembra petrolera". Una especie de zambumbia indigesta de refritos de la vieja PDVSA, concebido por Ramírez y Del Pino para poder justificar acceso a presupuestos mil millonarios sustentados en "negocios mal planteados desde su origen tanto en costa afuera como en la Faja del Orinoco. Negocios que propiciaron el abandono de las áreas tradicionales, que elevaron mortalmente el costo de producción desde $3.93 por barril en 2005 a más de $18 por barril en 2014, rondando hoy los $25 @ $28 por barril. Negocios con un pésimo ensamblaje que resultaron como hoy ya es visible, por poner a Venezuela y PDVSA a la merced y de rodillas frente a sus socios.

A partir de Mayo 2009 se promueve la expropiación de una serie de empresas, bienes y servicios [https://informe21.com/zulia/chavez-expropia-bienes-servicios-petroleros-lago-maracaibo] que prestaban apoyo en subprocesos operacionales. Solo en occidente se expropiaron un total de 143 empresas, cerca de 1.000 embarcaciones y 39 muelles, según cifras oficiales. La industria no solo absorbió sus pasivos, sino también sus empleados.

La abrupta expansión de la fuerza hombre reflejada en una superpoblación anarquizada, terminó por llevar miseria a toda la base de empleados de PDVSA, al haber deprimido la base salarial, desmejorado su calidad de vida, enrarecido el ambiente laboral, suprimido los valores y la mística por la "mezcla no coalescente" de filosofías de trabajo. Originó un retroceso sin precedentes en las conquistas laborales y destruyó lo más preciado de una industria, la dignidad y el orgullo de pertenencia de su propio personal. El crecimiento anarquizado y descontrolado de la fuerza hombre de la industria desde 38.518 en 2004, a 152.072 en 2014; representó una irracional sobrepoblación improductiva del 295%.

La realidad es que partir de 2007-2008 PDVSA mostraba una falsa bonanza tipificada en un incremento en el valor de sus activos, pero que en realidad escondía un creciente e inédito endeudamiento, en medio del mayor crecimiento del barril en toda la historia de nuestra industria. Inversiones improductivas que no generaban valor adicional, que hundían la industria en pasivos y no generaban caja, que secaban nuestras arcas.

A partir de 2007-2008, PDVSA silente veía incrementar peligrosamente sus gastos y reducir consistentemente sus ingresos, ante la mirada inmutable de su directiva, alentada por la borrachera del precio del barril. Es así como la relación ingreso neto a ingreso total pasó de un saludable 8.7% en 2004 al 3.3% en 2012, mientras que el barril criollo migraba desde $32.9 en 2004 a $103.4 en 2012; es decir durante la gestión de Ramírez/Del Pino la relación ingreso neto a ingreso total cayó en cerca de 1/3 de su valor, mientras el precio de la cesta criolla prácticamente se triplicaba y mientras la relación pasivo/patrimonio pasaba de un 48% en 2004 a 201% en 2012.

Ramírez en vista del desastre financiero que había creado, pone mano a la debilidad coyuntural del país para entonces y se apoya en el mercado negro para "generar ganancias paralelas" a través del mercado negro de divisas. Los "ingresos financieros" nacidos en 2008 se "vulgarizan y prostituyen" entre 2013 y 2015, en un intento de tapar el ya insaciable hueco financiero producto de todas esas desacertadas decisiones estimuladas por ínfulas faraónicas, corrupción despiadada, indolencia y peor manejo gerencial. La industria petrolera Venezolana había sido herida de muerte. Pero el gobierno central no actuaba, no mostraba signos de rectificación.

ENTRA EULOGIO:

A mediados de 2014 Ramírez sale de la industria, pero "hereda" el desastre su principal co-protagonista Eulogio Del Pino. Nada cambiaria. Para 2014 la deuda financiera tocaba su máximo de $46.200 millones desde tan solo $2.300 millones en 2004. La producción cedía sostenidamente desde 2008 cuando promediaba 3.260 MBD para cerrar en 2.899 MBD al cierre de 2014. En Agosto 2017 sale Del Pino, entregando una producción de 2.100 MBD al desaparecido Nelson Martínez.

Es decir, entre 2014 y 2017 Eulogio Del Pino fue artífice y responsable de una caída neta de 800.000 B/D en la producción nación y del alza de costo real de producción superior a más de $22 por barril y no los $9.73 que hizo querer ver en su reporte de 2016. Del Pino fue responsable de la caída en los ingresos netos desde unos $9.074 millones en 2014, a menos de $828 millones en 2016, promovido por una combinación de gasto indiscriminado, derrumbe del barril, abrupta caída en la producción propia, creciente ineficiencia y galopante corrupción.

Derivado de la incesante caída de producción desde los activos tradicionales experimentada a partir de 2007-2008 y del aun no esclarecido accidente de "Amuay" de 2012, los gastos de la industria evolucionaban destructivamente, producto del inclemente crecimiento de las importaciones de crudo y productos, que antes eran en su mayoría producidos en el país, pero que a consecuencia de las erradas políticas adoptadas desde 2007-2008 y de la ausencia de mantenimiento proactivo, habían sido dejados de producir.

En corto plazo las importaciones de crudo y productos pasaron de un promedio-año menor a 16 MBD entre 2002 y 2005, a más de 100 MBD entre 2012- 2017, representado una colosal fuente de corrupción por las jugosas ganancias para propios y extraños, por las sumas mil millonarias representadas en jugosas comisiones derivadas de cada transacción y de cada barril negociado.

Hoy con Quevedo el panorama ha empeorado. PDVSA importa un 75% más de crudo y productos de lo que importaba anteriormente. Apenas produce 906.000 B/D y su nivel de utilización aguas abajo ha caído a menos del 20%. Nuestra industria no posee norte, porque su directiva es incompetente y no tiene idea de que hacer. La industria está en problemas e imposibilitada de suplir el necesario volumen de ingresos en divisas. Con ese panorama por delante y ya bajo el efecto de las despiadadas sanciones, la revolución se muestra impedida de sostener el gasto público, el clientelismo y las dadivas a que tenía acostumbrado ese segmento más deprimido de ese país, donde las clases sociales se comprimieron hacia abajo, amalgamándose en una masa aunque heterogénea en sus orígenes, forzada a "coalescer" en un país ya al borde del enfrentamiento civil. Era el momento para que desde fuera y desde dentro, se arreciara la pugnacidad política y social; ese momento que hoy vive ese glorioso aunque infortunado suelo de Bolívar, minado de ladrones, traidores y vende patria. Dios salve Venezuela!

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