PDVSA: El Entendido de la Declaración de Emergencia

Jueves, 20/02/2020 03:17 PM

De acuerdo a información reciente, el presidente N. Maduro ha decidido declarar en emergencia a PDVSA. Como acción colateral designa una comisión cuyo objetivo central según sus propias palabras es; la restructuración, transformación y recuperación integral de la industria petrolera nacional, colocando al frente de dicha comisión a Tareck El Aissami, secundado por Asdrúbal Chávez entre otros. Sorpresivamente, se incluye a Manuel Quevedo en dicha comisión; precisamente uno de los principales responsables de la misma debacle [https://www.aporrea.org/energia/a287008.html] que ha servido de piso para la declaración de dicha emergencia.

En el discurso previo al nombramiento de dicha comisión, el presidente expresó entre otras cosas, que "la verdadera PDVSA roja rojita fue la de Ali Rodríguez Araque; y que lo que le sucedió fue corrupción, pudrición y descomposición de bolichicos y ladrones…"; exactamente lo que ya hemos venido señalando de manera reiterada [https://www.aporrea.org/energia/a287118.html] en nuestros artículos.

Un hecho importante resulta la mención de parte de Maduro, sobre la posibilidad de acceso a un capital de inversión por el orden de $25.000 millones procedente de intereses foráneos. Aunado a lo anterior, existen señales que llaman poderosamente la atención, sobre el verdadero propósito de la creación de dicha comisión. Muchos se preguntaran el por qué:

  • haber dejado a Quevedo
  • la presencia del ministro de defensa
  • presidirla alguien que nada ha tenido que ver con la industria
  • la ausencia tan notoria entre sus miembros, de experticia y experiencia en el negocio petrolero y sobretodo, en el ámbito geopolítico y estratégico

Dentro de estos elementos se podrían explicar los dos primeros, como el interés de asegurar una transición suave o también, como una acción dirigida a reducir resentimiento/distanciamiento con el sector militar. Sin embargo, por más que se trate de buscar respuestas al resto de ellos, no tienen asidero alguno, particularmente dentro del marco del rescate integral de la industria petrolera, tal y como la conocemos.

EL MISMO ERROR VARIAS VECES:

En todo caso, es evidente que Nicolás Maduro no ha aprendido de sus errores. Insiste en caer en el mismo desliz de siempre, en no salir de su círculo íntimo, de su zona de confort y en despreciar el talento, el conocimiento, la tecnología y particularmente, la experticia. Repite el mismo error que ha llevado a PDVSA a pasar de ser, una empresa pujante, influyente, reconocida y sobretodo solvente entre 2003-2008, a ser prácticamente una empresa en decadencia, que se ha convertido en una carga para el estado, en ser irónicamente un centro de costo y finalmente en convertirse en una especie de espada de Damocles, ya que la misma esta siendo precisamente utilizada, para infligir el mayor daño posible al país y particularmente a su propio gobierno.

Quizá desde el gobierno mismo, algunos podrán decir que luego del sabotaje, quien estuvo al frente durante su rescate era un político, que de la industria quizá solo conocía el marco legal que la regía. Lo que no se dice es que detrás de Ali Rodríguez estaba gente preparada, gente conocedora y sobretodo gente comprometida; estaba Félix Rodríguez, Nelson Martínez y Luis Marin, además de una gerencia de primera línea también preparada. Uno a uno, esos directivos fue diezmado por Rafael Ramírez, para poner en su lugar a los artífices del desastre, del robo, de la destrucción y la corrupción que hoy se conoce. Artífices cuya gestión dicho sea de paso, fue defendida por muchos de los que hoy son gobierno, hasta Agosto’2017 y luego desde Noviembre’2017 con el desafortunado ingreso de M. Quevedo.

¿Dónde estuvieron todo ese tiempo, desde 2008 hasta 2017 y más allá, las instituciones y mecanismos control del estado; los encargados de ejercer el control y seguimiento; la transparencia?

En contraposición a lo anterior, dentro de la comisión recién nombrada por N. Maduro, pareciera que entre sus miembros no abunda la exposición, la experticia, el conocimiento, ni la madurez en la industria petrolera, tal que permita asegurar resultados que se traduzcan en beneficio tangible para Venezuela, sino más bien, más de lo mismo.

¿Quién pondría en frente a una comisión cuyo objetivo es reestructurar, transformar y recuperar, una corporación prácticamente destruida como PDVSA, a un equipo cuyos integrantes no han madurado dentro de industria petrolera alguna, que desconoce sus operaciones naturales, que no posee dominio de sus estrategias a lo largo de su cadena de valor natural, que no tiene idea de sus indicadores, y que no ha tenido exposición en la geopolítica energética? ¿Qué tipo de valor podría agregar una comisión de ese tipo? ¿Con qué base van a valorar una oportunidad, un riesgo y una amenaza tal que redunde en un cambio positivo a la PDVSA de hoy?

Desafortunadamente para Venezuela y como ya antes expresamos, las condiciones no están dadas entre los integrantes de dicha comisión, para asegurar la mayor suma de valor para Venezuela.

Aun así y sin embargo, todo apunta a que el plano real de acción de dicha comisión se estaría orientando, hacia el análisis y valoración de su cadena de valor, con miras a una segmentación de funciones y negocios, teniendo como objetivo reducir a corto plazo la vulnerabilidad política y a mediano plazo la preparación para su negociación hacia fuera, una vez estén dadas las "condiciones" políticas y legales; es decir una posible privatización.

LA ABIERTA PRIVATIZACION:

Hemos sostenido la inviabilidad en la Venezuela de hoy, de una abrupta apertura a la privatización, al libre mercado y la globalización. Para que sea exitosa una privatización hoy o bajo el gobierno que sea, a Venezuela hay que reinventarla; pero de fondo y de forma, ya que lo que estaría en juego seria la dicotomía entre un desarrollo económico basado en el conocimiento y la consolidación social e institucional, versus un desarrollo económico basado en la depredación generalizada de una economía y de una sociedad sin principios, ni valores, sin instituciones sólidas y sobretodo sin amor patrio.

Una cosa es una privatización abierta y otra es una cesión parcial y a tiempo definido de ciertos eslabones deficientes de la industria. Hacia esto último es hacia lo que habría que apuntar. Pero solo bajo el entendido de reciclar el producto de tales negociaciones, hacia la debida re-valoración y re capitalización de aquellos negocios más productivos dentro del portafolio natural de PDVSA. Las preguntas que nuevamente cabrían en este punto serian:

  • ¿Está realmente capacitada dicha comisión para tal efecto?
  • ¿Estaba claro el presidente Maduro del alcance, variables y complejidad de tales acciones, a la hora de haber escogido a los miembros de dicha comisión?
  • ¿Está claro el país, del grave riesgo de subvaloración, de errores u omisiones que podrían desembocar en un masivo e irreversible daño patrimonial a la nación?

Nota leída aproximadamente 4874 veces.

Las noticias más leídas: