PDVSA: Crímenes y Daño Patrimonial

Jueves, 09/04/2020 04:49 PM

La conspiración y desaciertos que confluyeron y se orientaron hacia la destrucción de la nueva PDVSA y por ende de la revolución patriota, ha sido un evento progresivo que tuvo su inicio tan pronto se logra torcer el brazo al sabotaje petrolero de 2002. Una destrucción para muchos inédita, aunque para otros; sospechosa. Imposible haber destruido nuestra industria petrolera, sin haber contado definitivamente con la "conchupancia" interna.

EL CRIMEN:

Entre 2003 y 2005, mientras el barril OPEP pasaba de $23 a $51 ya con Rafael Ramírez al frente, no fue solo la exacerbación de la ceguera política en cuanto al sector petrolero que en aquel entonces prevalecía, lo que impidió al presidente H. Chávez percibir claramente el desastre hacia donde estaba siendo dirigida PDVSA, la patria y el proceso. También tuvo su origen en la combinación de una atmosfera cargada de un irracional optimismo, ante la presencia de crecientes y elevados precios del barril, que le permitieron un arraigamiento político regional y global, enraizado a punta de petrodólares. La falta de talento del entonces ministro y presidente de Petróleos de Venezuela; el poco trillado ministro/presidente no pudo prever que ese barril no solo no era sostenible, sino que estaba siendo utilizado para dar la estocada fatal a la mismísima OPEP, desde el fortalecimiento de los EEUU no solo como país productor, sino como exportador neto de crudo. Ramírez no tuvo ni la capacidad, la visión, ni el valor para advertirle al entonces presidente H. Chávez, a cerca de las nefastas implicaciones de alimentar una política petrolera rentista y sus consecuencias en lo que hoy vive Venezuela. Por el contrario, alimentó el hundimiento de PDVSA y con ella el de la revolución.

Apenas en 2012, a 2 años de la catastrote del barril, Ramírez aun defendía un precio por encima de $100 pb. [https://www.reuters.com/article/us-oil-venezuela-idUSBRE8740AY20120805], mientras el crecimiento de la producción de los EEUU le pasaba frente a sus ojos desde 4.5 millones de barriles por día (MMBD) en 2005 a sobre 7 MMBD al cierre de 2012. Mientras se expandía la oferta y mientras los EEUU reducía importaciones. Mientras el vecino Brasil iba en vías a duplicar su producción durante el mismo periodo, pasando de alrededor de 1.4 MMBD a más de 2.2 MMBD entre 2005-2012 y mientras los productores de la costa occidental de África aceleraban la marcha para abrir sus reservas a producción. Rafael prefirió voltear la cara; prefirió empeñar a PDVSA, prefirió destruirla.

CRONOLOGÍA:

A juzgar por la cronología de eventos que se suscitaron luego del ingreso de Rafael Ramírez a la presidencia de Petróleos de Venezuela Noviembre’2004, no cabe la menor duda que representó un factor determinante en su destrucción. El primer adefesio de Ramírez, Vierma y Del Pino se llamó Plan Siembra Petrolera, el cual comenzó a ser ejecutado a partir de 2007. En Febrero 2007 Petróleos de Venezuela toma simbólicamente el control de los campos petrolíferos de la Faja del Orinoco, para luego promocionar conjuntamente el proyecto Costa Afuera. Sus artífices Eulogio del Pino y Luis Vierma junto a Ramírez, apoyaron la desmovilización progresiva de taladros desde los activos tradicionales hacia la Faja del Orinoco, mientras contrataban la compra de taladros chinos hoy inservibles y el alquiler con grotescos sobreprecios, de plataformas de perforación de segunda aunque pagadas como de primera, para ser asentadas en Costa Afuera (https://www.noticierodigital.com/2011/01/gustavo-coronel-otra-denuncia-sobre-las-gabarras-de-perforacion-costa-afuera-de-pdvsa/).

En Enero 2008, treinta y dos campos petroleros de la Faja del Orinoco pasaron oficialmente a control estatal. La consecuencia inmediata de estas pésimas decisiones y peores estrategias, se vieron reflejadas en un alza desmesurada del costo de producción, el cual pasó de unos $3.77/Bbl en 2004, a $4.3/Bbl en 2006 y más de $18/Bbl al cierre de 2015. A la producción promedio prevaleciente entre el cierre de 2007 y 2015 de 3.07 MMBD, el diferencial en el costo de producción del barril le originó a la nación perdidas acumuladas en dicho periodo por el orden de $138.000 millones por sobre costo de producción.

La movilización de taladros desde las áreas tradicionales tanto de Oriente como de Occidente, cuyos crudos eran más rentables y apetecidos en los mercados, originó entre el cierre de 2007 y 2015 una pérdida de producción superior a 1.360.000 BPD, lo cual traducido en valor promedio de mercado, representaron para el país un daño patrimonial superior a $356.000 millones por producción desaparecida.

A lo anterior habría que sumarle el abrumador desplome de producción que sufrió PDVSA GAS, como consecuencia de la desaceleración "impuesta" al migrar la atención y el esfuerzo hacia una faraónica oferta de producción de gas de Costa Afuera que nunca cuajó. Entre 2007 y 2015, PDVSA GAS ANACO pasó de producir en promedio 1.700 millones de pie cúbicos día (MMPCD) a tan solo unos 420 @ 450 MMPCD en la actualidad, impactando no solo el suministro domestico, sino el industrial y sobretodo el termoeléctrico. Este último le ha originado perdidas a la nación por un monto anual de hasta $230.000 millones por concepto de reemplazo del gas por diesel/refinados.

En febrero de 2009 se reavivó el proceso de expropiación con la toma en mayo de ese año de 76 empresas de servicios petroleros en el estado occidental de Zulia, mientras que entre Mayo y Junio 2009 se nacionalización 60 empresas de actividades petroleras complementarias (inyección de agua, vapor o gas, transporte) en el lago de Maracaibo (occidente) y el control de la "Planta Compresora de Gas PIGAP II", así como también se ordenó la nacionalización de 11 taladros petroleros de la empresa H&P.

Hoy Ramírez habla de "caos y abandono en las operaciones en el Lago de Maracaibo y Costa Oriental. Habla de falta de equipos, lanchas, remolcadores, plataformas; del abandono de plataformas". Habla del descuido de las operaciones y escasez de prestadores de servicio, cuando fue el mismo quien en 2008-2009, promovió la expropiación de esas mismas empresas de servicio hoy inservibles y a todas luces necesarias. La consecuencia natural de toda esa rancia de expropiaciones tuvo su asiento, no solo en la desaparición de la productividad y el hundimiento progresivo de la eficiencia operacional que venia trayecto PDVSA luego del sabotaje de 2002, sino en los costos de producción, en la creciente perdida de mercados y en la destrucción de procesos medulares. Es así como de una PDVSA que en 2004 superaba con creces la generación unitaria por fuerza hombre de la mitocracia con 82 BPD/empleado, fue llevada a generar tan solo 19 BPD por empleado en 2015 y 7.8 BPD/Empleado en la actualidad.

El desmesurado crecimiento del clientelismo en la forma de captación irracional, anarquizada y destructiva de un personal que no solo desconocía y aun hoy desconoce la filosofía y cultura de PDVSA, la conciencia de SHA, costos y rigurosidad en sus procedimientos, operaciones y procesos, puso en riesgo y terminó por destruir lo que se había logrado luego de superar el sabotaje de 2002. A ello se le sumó el arribo en el entorno de 2010 de las empresas mixtas, las cuales operaron y aun operan prácticamente sin supervisión calificada de PDVSA.

Todo ello desembocó en un desproporcionado aumento en los ilícitos ambientales, accidentes e incidentes, que tuvo como inicio precisamente a partir de 2008 con el arribo de las expropiaciones, para luego ser agravada a partir de 2010 con la llegada de las mixtas. Toda esa serie de eventos sucesivos conllevaron paralelamente a la expansión de costos y gastos de PDVSA, que terminaron por asfixiarla y ponerla finalmente contra la pared. En medio de todo ese festín de decadencia y destrucción financiera, operativa y estratégica, la corrupción se salía fuera de control, varios directivos, gerentes e incluso personal de bajo nivel fueron luego detenidos; pero el mal ya estaba hecho.

En 06’2014 arribó el desplome del barril y de inmediato en 2015, llegó el golpe de gracia con el inicio de las sanciones. El ex presidente Obama había definido a Venezuela como una "amenaza extraordinaria" para la seguridad nacional de los EEUU y su política exterior. El objetivo era dificultar y encarecer el acceso a recursos financieros de una PDVSA irresponsablemente endeudada y diezmada por Ramírez y Del Pino, en medio de la mayor bonanza del barril jamás vivida en el mundo. El objetivo era arrinconar a PDVSA hasta el punto de llevarla a perder mercado, los cuales serian luego ocupados tanto por los EEUU como por sus pares de la OPEP. Se acababa la fiesta. Ya para entonces PDVSA llevaba plomo en el ala y no volvería a levantar vuelo.

MADURO:

Las medidas que ha tomado el gobierno respecto a la estatal petrolera confunden al no apuntar a su rescate como corporación, sino a su protección como bastión político y particularmente como medio de consolidación clientelista. A partir de entonces, las acciones que han emanado desde el gobierno de Maduro hacia PDVSA han sido erráticas, confusas e incapaces de promover cambios que generen resultados hacia adelante. Políticos y militares que desconocen los más básicos conceptos de la industria petrolera y fallidos calienta puestos que no presentan logro alguno tangible en su pasar por PDVSA, jamás podrían rescatar una empresa que necesita conocimiento actualizado, exposición internacional tangible y experiencia comprobada. Esa PDVSA es una empresa en peligro. Una empresa que desde 2014 ha dejado de producir 2.100.000 BPD; superpoblada cuya relación de productividad por fuerza hombre es 10 veces inferior al promedio mundial. Una empresa donde la cultura de seguridad y riesgo es inexistente; que no cuenta en el futuro inmediato con sus empleados, talento y tecnologías, sino con empresas foráneas con intereses propios para levantarla, es una empresa sin futuro.

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