¡Cuidemos la Gasolina!

Viernes, 29/05/2020 03:07 PM

Tras las confesiones de los mercenarios capturados recientemente, los clanes del narcotráfico proveedores de drogas a EEUU que operan junto a la DEA libremente en el caribe colombiano, se vieron descubiertos al ser denunciados por el Gobierno Bolivariano. Como respuesta, la embajada norteamericana en el vecino país anunció la llegada de 800 soldados norteamericanos que reforzarán el Plan Colombia y se suman a los 600 contratistas distribuidos en las siete bases militares del vecino país.

Este es el centro operativo del ataque contra nuestra soberanía, necesitan fortalecer el anillo militar en toda la guajira colombiana conectado con Curazao y dirigido por EEUU desde la base militar de Palmerola en Honduras. Requieren extraer nuestra gasolina, que les garantiza materia prima y apoyo logístico en la producción de la droga y a la vez es la base de operaciones para futuras incursiones para derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro y alcanzar el anhelado control del petróleo venezolano a partir de la región zuliana. Es una amenaza de guerra que afecta directamente la paz de la región y que debe mantenernos en alerta permanente.

Simultáneamente preparan junto al FBI nuevas acciones para sabotear el convenio petróleo por alimentos al imponer medidas coercitivas unilaterales a empresas de América Latina y Europa que comercializan petróleo con nuestro país, profundizan el bloqueo para impedir la importación de gasolina y de insumos estratégicos vitales para reactivar nuestra economía postpandemia.

Ajuste del precio de la Gasolina

Estados Unidos busca impedir que nuevas potencias se relacionen en su "patio trasero" zona rica en recursos estratégicos y de pueblos aguerridos. Es un acto histórico, valiente y fija un precedente que Irán haya transportado sus buques en las narices del desacreditado imperio. Defendimos nuestro derecho a comercializar con el mundo y acercamos las fronteras con Asia. Representa de facto la pérdida de hegemonía del imperio norteamericano en el actual cambio del orden mundial acelerado por la pandemia del covid-19.

Estamos en vísperas de que arribe el quinto buque iraní "Clavel" cargado de gasolina para el pueblo venezolano. Es una victoria parcial que establece la ruta a seguir para afianzar la cooperación, solidaridad y hermandad de dos pueblos, aunque separados físicamente por miles de kilómetros, hoy gracias a la geopolítica de la multipolaridad nos unimos para entreayudarnos y cortar las cadenas del bloqueo imperial.

Es la oportunidad precisa para desarrollar la política de ajustes al precio del combustible, subsidiado en un 98% con aproximadamente doce mil seiscientos millones de dólares. En el país tenemos cuatro millones y medio de vehículos, el 2% es transporte colectivo y el 98% es particular (carga, taxis, motos). El 69% del subsidio beneficia a sólo el 20% de la población que tiene vehículos particulares. Ese enorme e inequitativo subsidio permite que el precio de la gasolina equivalga a 69 litros en comparación con el precio promedio en la región, que ronda 1,4 $. Somos los mayores consumidores de gasolina en América Latina cien puntos porcentuales por encima de México. Aunque gran parte de ese combustible vaya a parar a las mafias del narcotráfico que lidera el negocio del contrabando de extracción hacia Colombia.

Entonces, si el 80% de la población utiliza transporte colectivo el subsidio a este sector debería ser mayor e invertir parte de esos recursos en la dotación, reparación y modernización del sistema de transporte público severamente afectado por el bloqueo que encarece todas las políticas de inversión en este importante sector. Debemos ir hacia adelante y superar con argumentos, planificación y disciplina el chantaje en la narrativa para impedir el ajuste del precio de la gasolina, sobre todo en este momento que los precios del petróleo están por el suelo y la política imperial de robo y asedio a nuestros recursos que impiden atender las necesidades más sentidas de nuestra población.

Estamos atentos al plan que nuestra dirección política está diseñando para la distribución de la gasolina que está llegando que permita el consumo racional, la distribución equitativa en todo el territorio nacional, las políticas de ajustes y fiscalización necesarias de los precios, el seguimiento y control de nuestras fronteras para impedir el tráfico ilegal. Es un momento que requiere el despliegue de todas nuestras fuerzas organizadas para la defensa de un bien estratégico fundamental para la reactivación de nuestra economía.

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